Abel Wabela: «Luchar contra el efecto del espectador apático… Esa es mi misión como humano»

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Abel Wabela. Dibujo hecho por Melody Sundberg.

En abril del 2014, nueve blogueros y periodistas fueron arrestados en Etiopia. Muchos de estos hombres y mujeres habían trabajado para Zone9, un blog colectivo que cubría los asuntos políticos de este país y promovía los derechos humanos y la rendición de cuentas por parte del gobierno. Cuatro de ellos eran autores de Global Voices. En julio, fueron acusados en virtud de la Proclamación Antiterrorista del país. Desde entonces se encuentran en prisión y con un juicio que apenas ha empezado.

Esta es la sexta publicación de nuestra serie – “Ellos tienen nombre” – que busca dar a conocer a los blogueros individuales que se encuentran actualmente en la cárcel. Deseamos humanizarlos, contando sus peculiares y particulares historias. Esta semana la artista y bloguera de nacionalidad sueca Melody Sundberg escribe acerca de Abel Wabela, miembro de Zone9 y administrador del sitio Ahmaric de Global Voices.

Nunca he estado en Etiopía, pero he seguido muy de cerca los juicios de nunca acabar de los blogueros a través de los medios de comunicación y conversaciones. Un nombre usualmente mencionado es el de Abel Wabela, un bloguero de 28 años, autor y traductor de Global Voices. Durante los primeros tres meses de la detención de aquellos blogueros en Maekelawi, Abel se negó a firmar un documento testimonial preparado en el que se le incriminaba junto a sus compañeros. Por esto Abel fue sometido a extremas torturas. De acuerdo al Proyecto de los Derechos Humanos Etíopes (EHRP), él fue golpeado por una persona usando un palo y sus pies fueron azotados por alguien usando un cable de conector de computadora. Abel se vio forzado a permanecer tirado en el suelo mientras los interrogadores pisoteaban su espalda, cuello y cara. Como resultado de este hecho, Abel ha tenido que usar audífonos de apoyo debido a su discapacidad auditiva.

De acuerdo con Endalk Chala, co-fundador del grupo de blogs, Abel había sufrido malos tratos aún antes de su arresto, tal es asi que tres semanas antes, retornando del trabajo Abel fue golpeado mientras caminaba a casa. Unas personas aparecieron y lo golpearon severamente hasta perder la conciencia y tomaron su celular y laptop. Él temió que la golpiza fuera una amenaza, un intento por detener sus publicaciones en su blog, pero Abel siguió con su trabajo.

Abel Wabela. Photo courtesy of family.

Abel Wabela. Foto cortesía de la familia.

Quise saber más acerca de Abel, entonces le pregunté a algunas de las personas cercanas a él acerca de su amigo. Endalk Chala lo describe como el alma más bondadosa y maravillosa. Abel es un hombre de conocimiento y un gran conversador que cree en la discusiones abiertas y honestas. Jomanex Kasaye lo describe como un ser directo y que sabe lo que defiende. Al mismo tiempo es muy humilde. Abel esta siempre hambriento de más conocimiento. Le gusta pasar su tiempo debatiendo con historiadores, maestros universitarios y autores. Su fé es importante para él, le encanta asistir a la iglesia. Usualmente visita prisioneros, teniendo al país y a su gente en su corazón y siempre piensa en los otros antes que en si mismo.

El cruel trato hacia Abel continuó después de su detención en Maekelawi. En uno de los juicios siguientes en febrero, los oficiales de la prisión habían olvidado esposarlo en el bus que lo llevaba de regreso a la cárcel, y por esto Abel fue castigado. Ellos lo ataron con cadenas para perro por todo el día y se llevaron sus audífonos. En pleno juicio en mayo, Abel fue una vez más castigado por hacer uso de su libertad de expresión. Abel cuestionó a los jueces por no permitir a los presos a hablar, y por esto fue sentenciado a cuatro meses por desacato al tribunal.

El tipo de trato por el que Abel ha pasado podría quebrantar a cualquiera pero aún así ha conservado la resistencia. Yo me pregunto: ¿Que es lo que hace que alguien se arriesgue a ser encarcelado, golpeado y torturado? Leyendo la última carta de Abel, encontré la respuesta:

My purpose is to communicate. My aim is to learn. My reason is to engage in a deep insightful intuitive understanding of life and fight bystander apathy. This is my mission as a human. It is not a task I was given from a stranger. I will not allow anyone to trample on this basic right. I will not bargain with anyone whether they are people of political power, individuals, institutions or even a society to give away my basic speech right. I practice my free speech rights in a public sphere, in my own private space, on social media, in prison, in a court room, in a police interrogation rooms. I use my free speech rights responsibly without hindering other peoples’ rights and I want to practice it everywhere. In hindsight warnings, intimidations, arrest and torture have not stopped me from exercising my free speech rights neither they do in the future.

Mi propósito es comunicar. Mi objetivo es aprender. Mi razón es involucrarme en un profundo y alto conocimiento intuitivo de la vida y pelear contra el efecto espectador apático. Esa es mi misión como humano y no es una tarea encomendada por un extraño. No permitiré que nadie pisotee este derecho básico. No negociare con nadie, así tengan poder político, sean individuos, instituciones o sociedad alguna que me aparte de mi derecho a expresarme. Pongo en práctica mi derecho a la libertad de expresión ya sea en una esfera pública, en mi propio espacio privado, en las redes sociales, en la cárcel, en una corte o en una sala de interrogatorio policial. Uso mis derechos de libertad de expresión responsablemente sin obstaculizar los derechos de otras personas y quiero practicarlo en cualquier lugar. Advertencias retrospectivas, intimidaciones, arrestos y torturas no me detuvieron al seguir ejerciendo mi derecho a la libertad de expresión, ni podrán hacerlo en el futuro.

“Luchar contra el efecto del espectador apático…Esa es mi misión como humano”. Las oraciones forman una simple respuesta a tan complicada pregunta. La razón por la que Abel continúa usando su libertad de expresión se debe a que es un derecho básico que puede ser aplicado en cualquier lugar y en cualquier situación. Él tomó la decisión de usar su derecho porque denunciar la injusticia es pelear contra el efecto del espectador apáticor. Estoy más que convencida que el continuará defendiendo su derecho por el resto de su vida.

Vivimos en un mundo donde algunos etiquetan el uso de la libertad de expresión como un acto de terrorismo. Nosotros vivimos también en un mundo en donde otros sacrifican su libertad mientras defienden nuestro derecho a decir lo que pensamos. Los blogueros de Zone9 defendieron los derechos humanos. Ellos optaron por levantarse en contra de la injusticia y decir la verdad, es por ello que se les privó de su libertad.

Hoy no sé nada sobre Abel, pero espero que llegue el día y saberlo.

* Tras su detención, los blogueros y periodistas fueron encarcelados en Maekelawi. Maekelawi es el Sector de Investigación Criminiìalistica de la Policía Federal en Addis Abeba. Los presos políticos, periodistas, blogueros, protestantes, entre otros son reclutados allí antes de sentenciarlos a prisión. Human Rights Watch (HRW) ha informado acerca de la tortura, los métodos coactivos de interrogación y las malas condiciones de detención que tienen lugar allí.

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