La sociedad civil tailandesa y el público en general se enfrentan a una lucha para expresar sus opiniones después del golpe de 2014. La falta de foro y libertad impide la crítica abierta contra el gobierno dirigido por los militares, conocido como el Consejo Nacional para la Paz y el Orden.
Libertad en el Mundo 2015, la última edición de su informe anual sobre los derechos políticos y libertades civiles en 195 países de todo el mundo, pone de manifiesto la preocupante tendencia de violaciones en Tailandia.
Thailand’s political rights rating declined from 4 to 6, its civil liberties rating declined from 4 to 5, and its status declined from Partly Free to Not Free due to the May military coup, whose leaders abolished the 2007 constitution and imposed severe restrictions on speech and assembly.
La valoración de los derechos políticos de Tailandia se redujo de 4 a 6, de las libertades civiles de un 4 a un 5, y su estado se redujo de parcialmente libre a no libre debido al golpe militar en mayo, cuyos líderes abolieron la Constitución de 2007 e impusieron graves restricciones a la expresión y la asamblea.
Thailand saw biggest declines in freedom, leading Libya, South Sudan & Egypt: 2015 Freedom House report pic.twitter.com/EvxDN2pLLe
— Suluck Fai Lamubol (@FaiSuluck) February 2, 2015
Tailandia vió grandes caídas en lo relacionado con la libertad, liderando Libia, Sudán del sur y Egipto: informe del 2015 por Freedom House
Tres casos recientes ejemplifican la hostilidad de la junta hacia la libertad de expresión
El Gobierno respaldado por los militares detiene a un activista de derechos a las tierras
Es común que la junta convoque a los individuos que considera disidentes o que requieren un «cambio de actitud» por tener diferentes puntos de vista. En un reciente incidente, las autoridades convocaron y detuvieron durante tres días al activista indígena del sur, Peerat Bunrit, como parte de un «cambio de actitud» después de que liderara a un grupo de agricultores locales para luchar por sus derechos a la tierra. El señor Bunrit es el líder de la Federación de Campesinos del sur de Tailandia, en la provincia de Surat Thani.
Según ha expresado Veera Prateepchaikul en el Bangkok Post, las citaciones para los «cambios de actitud «, emitidas por la Junta hacen poco para mejorar la reconciliación nacional y lo que hacen es ampliar la brecha entre los opositores políticos en conflicto. Las conversaciones cara a cara con funcionarios militares se utilizan «para silenciar o neutralizar a los opositores», escribió.
«Esta es la triste realidad política, la profunda desconfianza mutua entre los dos campos opuestos, lo que hace que la reconciliación sea una tarea muy cuesta arriba», dijo Prateepchaikul.
Líder opositor recibe en casa el «cambio de actitud»
La Junta considera la disidencia política como contraproducente para la visión del jefe del golpe y primer ministro Prayut Chan-ocha. Un ex miembro del partido Pheu Thai fue recientemente convocado a la primera región del Cuartel General del Ejército en Bangkok después de haber denunciado en enero el juicio de la destituida primera ministra Yingluck Shinawatra.
Sin embargo, el ejército envió a un oficial a reunirse con él en su casa.
Army Officer Visits Red Leader at Home for ‘Attitude Adjustment’ http://t.co/Ki7U2m7itl pic.twitter.com/sFF6eJH7MI — Khaosod English (@KhaosodEnglish) February 2, 2015
Un oficial del ejército visita al líder Rojo en su casa para el «cambio de actitud»
Los soldados acuden al seminario de la sociedad civil sobre la libertad en Internet
El domingo 1 de febrero, un grupo de la sociedad civil llevó a cabo un seminario en Bangkok para compartir preocupaciones y cuestiones acerca de la elaboración de las leyes de delitos informáticos del país. Los organizadores y los participantes se sorprendieron por la repentina aparición de los soldados. Incluso había un soldado que se ofreció como voluntario para hablar.
Al imponer graves limitaciones en la expresión y al prevenir la participación activa en el proceso de toma de decisiones, la Junta está apartándose de la reconciliación y reformas nacionales. Silenciando las personas para mejorar el país, no haría más que crear un futuro inestable para la «tierra de las sonrisas» que ha perdido hasta su sentido del humor.