Cuba: Independientemente de las reformas del estado, más dinero supone más tecnología

Correos de Cuba, Cuban postal service kiosk. Photo by Victor Manuel via Flickr (CC BY 2.0)

Correos de Cuba, quiosco de servicio postal cubano. Foto de Victor Manuel vía Flickr (CC BY 2.0)

La declaración del miércoles 17 de diciembre de 2014 mediante la cual los gobiernos de Estados Unidos y Cuba decidieron restablecer los lazos diplomáticos tras 56 años de distanciamiento, ha causado alegría, asombro y desconfianza en todos los cubanos del mundo. (Y también cierta indignación en algunos cubano-americanos). Mientras el discurso del Presidente Obama se transmitía en directo (televisado y trasmitido en directo en la página web de la Casa Blanca) aquellos que se encontraban fuera de Cuba, tuvieron que esperar pacientemente para que se transcribiera el discurso de Raúl Castro y se subiera a la web de los medios cubanos. El breve discurso emitido por el comandante cubano, no se trasmitió en directo, ya que la débil infraestructura cubana de Internet, no lo puede soportar. Al menos hasta el momento. 

Entre miles de preguntas que sobrevuelan hoy en día internet, las calles de Miami, La Habana y Wahington, se encuentra la cuestión de la tecnología. ¿Qué supondrán estos cambios para el acceso de Internet y la telefonía móvil en Cuba? De momento, casi nada es seguro. Sin embargo, hay varias cosas que podemos deducir de lo que ambos líderes dijeron (y no dijeron) hasta el momento. 

Más dinero, más tecnología

Mientras que los defensores occidentales pueden precipitarse a la hora de centrarse en cómo esta decisión afectará la política y la práctica del gobierno sobre Internet, el impacto de las reformas económicas sobre el ámbito tecnológico en Cuba puede ser el cambio más crítico que observar en este momento. Con más dinero, más cubanos comprarán móviles y servicios. Esto no significa que vayan a disponer de acceso a Internet – la tecnología 3G escasea en la isla. Sin embargo, acelerará los cambios que ya se están produciendo en Cuba, debido al aumento de la habilidad de los ciudadanos para conectarse entre ellos a través del teléfono móvil. Más que nunca, las noticias y la información que, una vez, viajaron solamente de boca en boca, ahora circularán más rápido y en mayor volumen. También es probable que aumente la capacidad de los cubanos para comunicarse con amigos y familiares en el extranjero. 

Así mismo, podemos anticipar la entrada de objetos tecnológicos y hardware en la isla – existe una gran demanda de ordenadores, teléfonos móviles, discos duros, pen drives en Cuba y no son fáciles de encontrar. Sin duda alguna, los cambios anunciados, facilitarán la adquisición de dispositivos tecnológicos que permitirán a los cubanos mejorar la comunicación y compartir información. 

Además, el acceso al capital permitirá a los cubanos acceder a Internet en los hoteles y los cibercafés, donde las tasas (oscilan desde los $4.50 dólares norteamericanos a $12.00 por hora) están fuera del alcance de la mayoría de la población. Esto no solo incrementará el número de usuarios cubanos de internet, sino también la cantidad y la diversidad de los medios digitales activos en la isla. Los videos, la música, las noticias y la literatura se mueven regularmente a través de los pen drive, las aplicaciones de los teléfonos móviles y otros mecanismos de almacenamiento de datos livianos – una persona con acceso a Internet descarga el video, lo almacena en un pen drive y lo hace circular de mano en mano entre sus amigos que ven el video, lo copian y los distribuyen a más amigos. La importancia de estas redes de segunda mano, a las que el bloguero Orlando Luis Pardo llamó la «Internet sin conexión» de Cuba, no deberían ser subestimadas. 

Dos países, dos sistemas legales

Es difícil averiguar demasiado sobre lo que trataron decir ambos líderes en cuanto a la política de telecomunicaciones. Tras reconocer que las sanciones de EE.UU. sobre el país «le han negado a los cubanos el acceso a tecnología que ha empoderado a individuos en todo el mundo», Obama afirmó: 

I’ve authorized increased telecommunications connections between the United States and Cuba. Businesses will be able to sell goods that enable Cubans to communicate with the United States and other countries.

He autorizado el incremento de las conexiones de telecomunicaciones entre los Estados Unidos y Cuba. Las empresas serán capaces de vender bienes que permitan a los cubanos comunicarse con los Estados Unidos y otros países. 

Esta promesa y, más bien, difusa afirmación, plantea muchas preguntas – ¿A qué tipo de empresas hace referencia? ¿Qué tipo de bienes? En los años recientes, las empresas de telecomunicaciones como Verizon y AT&T han presionado para aliviar las restricciones en sus industrias en un esfuerzo por entablar relaciones con el gobierno cubano, así mismo, han progresado desde que Obama llegó al poder. Sin embargo, este tan solo es uno de los dos obstáculos. El segundo es el gobierno cubano que, como en todo país, impone sus requisitos y restricciones en las empresas extranjeras que desean establecerse en su territorio. 

Con unas pocas excepciones, las empresas extranjeras pueden celebrar un contrato con el gobierno cubano solamente si están dispuestas a ceder, a dicho gobierno, el 51 por ciento de sus propiedades en la isla. Esto significa, efectivamente, que el gobierno cubano tiene la propiedad mayoritaria de todas las empresas extranjeras. Es difícil imaginar que la política del estado cubano haya cambiado al respecto. El discurso de Obama sugiere que esto ha podido ser parte de sus negociaciones. Sin embargo, la única mención que Raúl Castro ha hecho sobre el asunto, sugiere que el próximo paso depende de Obama. El presidente cubano no discutió sobre el cambio de la política tecnológica o de infraestructura cubana, tan solo dijo que él «hacía un llamamiento al gobierno de Estados Unidos para eliminar los obstáculos que dificultan…las telecomunicaciones». 

De momento, muchas cosas permanecen inciertas. Obama no puede desmantelar unilateralmente las políticas que limitan el contacto y el comercio con Cuba – tal como ambos líderes señalaron, el embargo está codificado en legislación que solo el Congreso puede cambiar y, aunque Obama promueve que los líderes de ambos países avancen y olviden sus respectivos legados de «colonialismo y comunismo», no está claro cómo se desarrollará en la práctica. Los hábitos antiguos son difíciles de eliminar – y la confianza no se genera más fácilmente en la era digital que en 1961. 

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