Encarcelan a dos mujeres tras besarse en un mitin religioso en Brasil

[Todos los enlances que aparecen en este artículo están en portugués a menos que se exprese lo contrario.]

El domingo 15 de septiembre de 2013, dos jóvenes fueron encarceladas por orden del diputado federal brasileño Marco Feliciano después de que se besaran durante el acto evangélico «Glorifica Litoral» en la ciudad de São Sebastião al norte de São Paulo.

Feliciano, que además de pastor evangélico también es diputado federal y presidente de la Comisión de Derechos Humanos y Minorías [es], paró su presentación durante el festival de gospel, anunciado como la «semana sociocultural evangélica», para pedir a los agentes de seguridad que arrestasen a las dos jóvenes.

Beijo que provocou a prisão de duas jovens. Foto: Reprodução You Tube

El beso que acabó con la detención de las dos jóvenes. Foto: YouTube

Lo que dijo a través del micrófono fue exactamente esto: «Estas chicas deben salir de aquí esposadas. No corran, pues los guardias ya se dirigen hacia ustedes. Aquí no pueden hacer lo que les dé la gana, están en la casa de Dios».

Según informan personas que estuvieron presentes en el acto, el pastor continuó incitando a la multitud de 70.000 personas en contra de las chicas mientras las sacaban del recinto.

La policía municipal se llevó a las dos mujeres (Yunka Mihura de 20 años y Joana Palhares de 18) a la comisaria de policía del primer distrito de São Sebastião, donde se archivó el incidente para ser investigado. Las jóvenes manifestaron que parejas heterosexuales se estaban besando durante el acto y añadieron que fueron asaltadas por la policía.

En el blog iGay manifestaron que ya se habían besado algunas veces durante el acto y que parecía que a nadie le molestaba. Por su parte, Yunka expuso:

O evento era público, pago com o nossos impostos. Aquele palco, aquele microfone, tudo tinha dinheiro público. Também era um espaço aberto, na Rua da praia. Estar ali era direito nosso.

El evento era público, financiado con nuestros impuestos. El escenario, el micrófono, todo era con dinero público. También se trataba de un espacio abierto en la calle de la playa. Teníamos derecho a estar allí.

Según Daniel Galani, el abogado de las jóvenes, se produjo un conflicto de derechos durante el acto:

A comunidade "Moça, você é machista" publicou imagem questionando o ato que levou à prisão das jovens. Foto: Reprodução Facebook

La comunidad online «Moça, você é machista» (Chica, eres una machista) publicó una imagen que ponía en duda el acto que derivó en el arresto de las jóvenes. (En el texto se lee: ¿Qué es eso? ¿¿¿Un beso entre mujeres es intolerancia religiosa???) Foto: Facebook

A gente vê que foi uma situação que fugiu completamente ao controle. A gente sabe que existiam dois direitos em conflito: um é a liberdade de expressão e o outro a liberdade do ato religioso. Os dois direitos são constitucionais e estão previstos para que as pessoas possam fazê-los.

Observamos que la situación estaba fuera de control. Sabemos que había dos derechos en conflicto: por un lado, la libertad de expresión y, por el otro, la libertad de culto. Ambos derechos son constitucionales y están estipulados para que la gente haga uso de ellos.

En sus declaraciones a la Revista Fórum, Martim de Almeida Sampaio, el director de la Comisión de Derechos Humanos del Colegio d Abogados de Brasil (conocido por su acrónimo OAB, Ordem dos Advogados do Brasil) en São Paulo, dijo que consideraba ilegal el arresto de las jóvenes y añadió que, si hubiesen conocido el Código Penal, las mujeres podrían haber pedido que se arrestase al pastor por abuso de poder.

Sin ofrecer ninguna entrevista a la prensa, Feliciano usó su cuenta de Twitter para hablar sobre el acontemiento y citó el Código Penal brasileño para justificar sus acciones:

1) El Artículo 208 del Código Penal brasileño establece: burlarse de alguien públicamente por motivos de creencias o funciones religiosas;

2) impedir o entorpecer una ceremonia o acto religioso; despreciar públicamente actos u objetos de culto religioso:

3) Pena de cárcel de un mes a un año o pago de fianza. Si hay uso de violencia, la pena se verá incrementada en un tercio sin perjuicio de la violencia correspondiente.

La red social también fue utilizada por personas que mostraron su oposición al pastor; por ejemplo, Marcelo Gerald, un activista de derechos humanos de LGBT, describió el incidente como fanatismo religioso:

El derecho de los fanáticos religiosos está sobrepasando los límites aceptables.

Y destacó:

Respecto a Feliciano, solo diré que tiene que recibir un castigo, NADA justifica la violencia empleada contra las lesbianas en un espacio PÚBLICO.

El diputado federal Jean Wyllys, defensor de los derechos del colectivo LGBT y uno de los principales rivales de Feliciano tanto en la Cámara como en la Comisión de Derechos Humanos, recibió ataques en su cuenta por parte de algunos usuarios. Wyllys consideró arbitrario el arresto de las jóvenes y declaró:

¡Estos policías no investigan ni a los charlatanes ni la explotación comercial de la fe! RT “@camilo_aggio: ¿Has visto eso, Jean? http://t.co/4z1iZoO0Kl

A lo largo de la semana, la productora cinematográfica WAPTV Comunicação obtuvo un contrato para publicar un vídeo que defendiese al pastor. Dicha empresa tiene entre sus clientes a pastores como Marco Feliciano y Silas Malafaia que, según Forbes [en], se encuentran entre los clérigos más acaudalados de Brasil.

El vídeo sostiene contar la verdad sobre la detención de las jóvenes y expone que el acto tuvo lugar en un «espacio cerrado» y que, además, no se había financiado con dinero público como reclaman los activistas, sino que se había financiado con recursos procedentes de iglesias evangélicas de la costa norte del estado de São Paulo. Más tarde, aparece el pastor Feliciano repitiendo los mismos argumentos que se citaban arriba:

Después de hacerse conocido por sus declaraciones controvertidas y racistas, Feliciano se ha enemistado con un gran porcentaje de políticos brasileños desde el inicio de su mandato como presidente de la Comisión de Derechos Humanos. A principios de mes, el Colegio de Abogados de Brasil anunció que creará una petición junto con otras 20 entidades del ámbito de los derechos humanos, para conseguir la expulsión de Feliciano y del diputado federal Jair Bolsonaro por delitos de incitación al odio.

Según el ayuntamiento de São Sebastiao, el caso contra las dos jóvenes será investigado por la oficina de inspectores de la policía del municipio.

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