Haití: Las perspectivas de los adolescentes sobre el terremoto

Aunque la cobertura de las secuelas del terremoto de 7.3 grados que ha dejado a la capital de Haití parcialmente devastada ha sido masiva, un grupo de bloggers haitianos ha sido ignorado – los adolescentes. Aca un vistazo a lo que los jóvenes tienen que decir sobre esta catástrofe, que presagia una nueva era en sus vidas.

Tal vez no quieran saber lo que me pasó. Ustedes tal vez estén interesado solamente en lo que le pasó a tu tía o tu abuelo que están en Haití y a los que no puedes llamar por teléfono. No puedo culparte por eso, aunque no puedes culparme por querer escribir todo esto, ya que no hay nadie más aparte de mi blog al que pueda sentarse y escucharlo.

Estas son las primeras palabras de la blogger Krizkadiak en su post del 15 de enero titulado “Desde ojos de 16 años” y revelan su necesidad de hablar, de ser escuchada y que se reconozca su dolor. Esto hace eco de un post de Frantz Duval [fr] publicado por Espas Ayisien, titulado “Olvidamos que los niños también sufren”, donde se recopilan testimonios de adolescentes haitianos.

Ambos posts nos informan acerca de las primeras señales del terremoto. En palabras de Krizkadiak:

Sentimos que el piso se sacudía, pero no prestamos atención, porque ninguno de nosotros había pasado por eso antes, así que seguimos caminando. Pero entonces empezó a sacudirse más y podíamos escuchar al profesor de educación física que gritaba para que nos echáramos en el suelo.

Esta experiencia la repite Nathalie, de 15 años, citada en el post de Espas Ayisien[fr]:

Estábamos en clase de danza donde Joëlle Donatien Belot, en el salón de abajo, cuando sentimos una fuerte vibración. Nadie se inquietó. […] Al momento en que salíamos, hubo una nueva sacudida.

Los testimonios de ambas chicas destacan la falta de preparación para un terremoto de esta magnitud, y también comparten un tema común, que es la necesiddad de conectarse con la familia – sobre todo con sus padres. Krizkadiak dice:

Entonces todos se levantaron y corrieron a agarrar sus teléfonos y trataron de llamar a sus padres… Traté de llamar a mi papá; lo único que escuché fue el «beep beep» que suena cuando está ocupado. Y desconectados.. Me preocupé muchísimo por él. Preocupada.

En tanto que Nathalie agrega [fr]:

Dejé de tener miedo cuando mi padre vino a buscarme.

Estos adolescentes comparten palabras de sabiduría, y reconocen que han tenido suerte. Esta es la declaración de Nathalie [fr]:

Hoy, cuando pienso en todo esto, en mi colegio, la Institución del Sagrado Corazón que se destruyó, me digo que tuvimos suerte.

En el mismo post, tras presenciar escenas de horror en su camino de regreso a casa, continúa:

Vi a mi colegio caer delante de mí.

Vi personas corriendo, cubiertas de polvo, escuchando que sus casas se habían caído… a veces con personas adentro.

Vi un campo de refugiados, como los que hay en televisión… personas rezando, personas vivas pero no realmente…

Vi un bebé medio muerto, cubierto con vendas…

Vi casi 150 personas en pequeñas carpas… y miles en el suelo afuera.

Vi a un amigo en el cementerio enterrando a su primito.

Vi las casas más antiguas y más bonitas de Jacmel reducidas a nada.

Vi un camión lleno de cadáveres…

Vi a mi profesor caminando al cementerio detrás del carro en el que estaba el cadáver de su esposa…

Vi chicos del colegio, personas que CONOZCO, en el campo de refugiados….

Krizkadiak concluye:

Cuando regresamos a la playa, el hotel de mi vecino tenía una enorme rajadura a lo largo, el mar todavía no estaba en su sitio, mi casa no tenía mucho daño, había botellas y vasos rotos en el suelo, pero nada muy importante…

De todas maneras, estos testimonios no pueden ocultar el hecho que otros adolescentes también han sido afectados por el terremoto. En el post de Espas Ayisien, leemos sobre Fanorah, de 16 años, que no experimentó ella misma los temblores, pero que vio su vida convertida en una pesadilla al día siguiente [fr]:

[…] No entendía nada de este asunto de los temblores porque Pétion-Ville y las alturas de Delmas no fueron muy afectados. Como mucho, eso había provocado un gran embotellamiento que fastidió a mi hermana, cuenta ella.

El horror lo descubrió 24 horas más tarde, cuando comenzó el conteo de los muertos. Su madrina y tres de sus amigos murieron y también mucha gente que ella conoce. «No entiendo, hasta ahora no entiendo qué ha pasado» responde cada vez que se le hace un pregunta sobre el terremoto del 12 de enero.

En su siguiente post titulado “no es un sueño… enfréntalo: es real“, Krizkadiak explica cómo este terrible acontecimiento ha alterado su perspectiva acerca de las preocupaciones cotidianas de los adolescentes, que ahora parecen tan superficiales:

… es una buena causa, te das cuenta, ninguna de todas estas estupideces que todos acá quieren importan de verdad. Ir a fiestas nunca importó, ropa a la moda, preocuparse tanto por cómo está tu peinado, enorme y caros autos blindados, veranos en la playa en Miami, tener un lindo cuerpo, lindo pelo… te das cuenta de que todo esto era BASURA; que todo esto no te lleva a ninguna parte, ¡una enorme y molesta pila de basura SIN SENTIDO que hace perder el tiempo! Ahora tienes que abrir los ojos y enfrentar la realidad con todos sus detalles y encontrar una manera de comprimir años de crecimiento en esos 35 segundos que lo cambiaron todo.

También habla de atesorar a la familia y del don de estar vivos:

No puedes pensar igual a como pensabas, no puedes tener las mismas prioridades que tenías antes… Ahora sabes qué es lo que de verdad cuenta en la vida… amar a tu hermano más que a nada, tener cerca a los que te quieren… o simplemente estar vivo, poder comer, dormir… nada más.

Esta toma de conciencia y sensiblidad hacen aun más tangibles los miedos y dudas para un chico de 16 años:

tener dudas sobre cómo será mañana, sentir el suelo sacudiéndose en cualquier momento (la sacudida hasta te despertó una vez), escuchar todos los días sobre muertos,… bancos cerrados, colegios también… Esto te vuelve loco, ¿no? Te estás volviendo paranoico, no puedes ir solo en la oscuridad, lloras sin razones.
[…]
Cuanto más tiempo pasa, más debo enfrentar al hecho de que esta realidad no se irá… si. No es un sueño.

Los comentarios en el post de Krizkadiak muestran el gran impacto que sus testimonios han tenido en los lectores fuera de Haití, en países como Italia, Ghana y el Caribe, por mencionar algunos. Acá algunos de los más reveladores:

34 GreyOne
18 de enero de 2010 a las 3:45
Tus palabras son importantes. Eres una voz para muchos que ahora no pueden hablar.
Las cosas que has visto y sufrido son más de lo que la mayoría conocerá nunca.
Que te den fuerza, que tu fuerza consuele y dé voz a tus conciudadanos.
Gracias por ayudarnos a entender lo que ha pasado, como si fuera nuestra hermana la que nos lo cuenta.

37 Michele (Italia)
18 de enero de 2010 a las 6:26
Sigue en este camino.
Habla. Cuenta. Haz la Historia.
Reconstruye. Sigue viviendo.
Chau Yael

44 Kate
22 de enero de 2010 a las 7:10
Tus palabras lo dicen todo mucho más elocuentemente de lo que todos los periodistas en el mundo han tratado durante más de una semana en decir.

Que Dios te bendiga a ti y a tu familia, Yael. Mis oraciones están contigo y con Haití.

Si quieres saber más de la realidad cotidiana del pueblo haitiano a través de los ojos de los adolescentes, también puedes seguir al blogger Krizkadiak en Twitter @yatalley.

La página de cobertura especial de Global Voices sobre el terremoto en Haití está acá.

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