Sureste Asiático: Las dictaduras han desaparecido, pero la censura permanece

Protesta contra la ley de lesa majestad en Tailandia. Foto de Matthew Richards, Derechos de autor @Demotix (12/10/2011)

Protesta contra la ley de lesa majestad en Tailandia. Foto de Matthew Richards, Derechos de autor @Demotix (12/10/2011)

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Desde finales del siglo XX, muchos países del Sureste Asiático han pasado de dictaduras militares y gobiernos no electos a sistemas de democracia representativa. Aunque estas transiciones han traído muchas mejoras en las leyes nacionales y las obligaciones de los gobiernos, aún quedan ciertas costumbres antiguas.

En la red y fuera de ella, en varios países todavía se practica la censura aplicando leyes draconianas y estrictas regulaciones de los medios. Los grupos de comunicación han acusado a algunas leyes y normativas controvertidas de ser herramientas de represión de medios en Vietnam, Tailandia, Filipinas, Singapur y Birmania.

Vietnam: Persecución masiva de blogueros políticos

En Vietnam hay actualmente 35 blogueros políticos en prisión. La continua persecución sufrida por los blogueros y disidentes ha sacado a la luz la urgente necesidad de reformar las leyes que regulan lo que se dice dentro y fuera de la red en el país.

El artículo 88 del código penal, que prohíbe la propaganda contra el estado se utiliza a menudo para detener personas que se oponen al gobierno. El artículo 258 del código penal castiga «el mal uso de las libertades democráticas para atacar los intereses del estado y los derechos e intereses legítimos de colectivos y personas» con condenas de siete años de prisión. El pasado año, el primer ministro del país publicó una directiva que ordenaba la represión de los blogs «reaccionarios». Generalizando, las imprecisiones de la ley permiten a las autoridades realizar arrestos arbitrarios sin tener que dar explicaciones.

A principios de este mes entró en vigor el decreto 72 [es], haciendo efectiva una ley que muchos activistas han descrito como la ofensiva legal más implacable contra la libertad de información que se ha llevado a cabo en el país. La nueva regulación prohíbe la publicación de noticias o de la llamada «información compilada». Pero el gobierno afirma que solo pretende proteger la propiedad intelectual.

Frecuentemente se usa un sistema de «pases de prensa» para controlar a los medios importantes. El antiguo periodista Pham Doan Trang lo explica con más precisión:

Sin tarjeta no hay acceso. Sin un pase de prensa, los periodistas no tienen ninguna esperanza de poderse reunir con funcionarios de alto rango, visitar contactos en oficinas públicas o cubrir conferencias de prensa oficiales.

El estado no necesita matar periodistas para controlar los medios, porque en líneas generales, a los periodistas que tienen el pase de prensa en Vietnam no se les permite hacer un trabajo por el que merece la pena morir.

Tailandia: Si insultas al rey, vas a la cárcel

La regulación de medios más notable de Tailandia se aplica con el artículo 112 [es] del código penal del país, conocido como la ley de lesa majestad, que prohíbe los insultos al rey y a los miembros de la familia real.

Muchos comentaristas la describen como una de las leyes contra la libertad de expresión más severas [es] del mundo, ya que una simple infracción se castiga con penas de prisión de tres a 15 años. A menudo se recurre a esta ley para censurar contenidos de Internet y cerrar webs. Además de administradores de páginas y editores [es], también se ha encarcelado [es] a ciudadanos ordinarios, supuestamente por enviar mensajes SMS que insultan a la familia real.

Los especialistas en leyes de la universidad Thammasat argumentan que la ley necesita varias enmiendas:

… la sección no contempla excepciones para las críticas, opiniones o declaraciones hechas de buena fe y con la intención de defender la constitución y el sistema de gobierno democrático.

Filipinas: Se cierne la amenaza de la difamación

En Filipinas, la ley contra los delitos en la red [es] impone amenazas directas e indirectas a la libre expresión, pero la ley que criminaliza la difamación es probablemente la peor amenaza del gobierno a la libertad de expresión en su conjunto

Con la revisión del código penal del país, que cuenta 83 años, la difamación se convierte en un delito que se castiga con penas de prisión de seis meses a seis años, o una multa de 200 a 6000 pesos (entre cinco y 140 dólares). Pero con frecuencia las multas son mucho mayores para los detenidos. El veterano periodista Luis Teodoro señala que «la ley contra la difamación se ha utilizado sobre todo para suprimir la libertad de expresión, y no para abordar los abusos en los medios».

Como alternativa a criminalizar la difamación, los defensores de los medios de comunicación han propuesto una amplia campaña de educación sobre los medios públicos y la autoregulación para reconocer y exponer los abusos.

Singapur: Licencias de medios y censura abierta

El nuevo esquema de licencias para webs impuesto en Singapur ha sido rápidamente denunciado [es] por los internautas, que lo tachan de ser una medida de censura. Bajo el nuevo reglamento, las webs de noticias que informen sobre Singapur y tengan visitas de 50 000 IP por mes deben solicitar una licencia y publicar una «garantía de ejecución» de 50 000 dólares estadounidenses.

El gobierno también mantiene un estricto control de los medios masivos. Después de trabajar durante tres años como redactor en un importante diario de Singapur, Mark Fenn expuso cómo se aplica la censura en el país:

El control a los periódicos se ejerce abiertamente y por medios más sutiles. La autocensura, por otra parte, está en todas partes.

… no era raro que los periodistas alteraran sus historias en el último momento porque el protagonista de la noticia o algún departamento gubernamental quisiera modificar la redacción de una cita o de un titular.

Birmania: El legado de la censura se resiste a desaparecer

En Birmania se han llevado a cabo varias reformas de los medios en los últimos años, como la disolución del consejo de censura, pero sus efectos todavía se sienten y se aplican indirectamente. Los periodistas más incisivos siguen enfrentándose a acusaciones de difamación [es] y todo tipo de acosos legales. También se acusa al gobierno de impedir deliberadamente la mejora de las conexiones a Internet en el país con la intención de controlar la difusión de información crítica.

La situación de los medios en estos países del Sureste Asiático prueba que las reformas políticas y económicas no siempre se traducen en más libertad para los medios de comunicación. Los legisladores que siguen preservando y promoviendo políticas arcaicas que socavan la libertad de expresión deben rendir cuentas de sus actos.

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