Presidente de Panamá niega que su hijo esté involucrado en escándalo italiano

Presidente Ricardo Martinelli. Foto de Presidencia de la República de Ecuador en Twitter, bajo licencia Creative Commons (CC BY-NC-SA 2.0)

Presidente Ricardo Martinelli. Foto de Presidencia de la República de Ecuador en Twitter, bajo licencia Creative Commons (CC BY-NC-SA 2.0)

El presidente panameño Ricardo Martinelli ha vuelto a causar enojo entre los usuarios de redes sociales después de hablar en televisión nacional para aclarar ciertas grabaciones publicadas por el diario La Prensa en las cuales se involucraba a su hijo en el escándalo italiano de Valter Lavitolla que ha salpicado al gobierno panameño.

El escándalo señalaba a Martinelli y a varios funcionarios de su gobierno aceptando sobornos por la construcción de cárceles en Panamá. Las cárceles nunca llegaron a construirse y Lavitolla fue capturado en Italia acusado de corrupción. 

El presidente había aclarado en su cuenta de Twitter que el jueves 10 de octubre se acabaría la «novela» que había montado La Prensa, pues tenía en su posesión evidencias que acabarían con la conspiración.

En el canal Telemetro, el presidente Martinelli, fiel a su estilo polémico y agresivo, no presentó las ansiadas evidencias pero sí aclaró que todo era una «encerrona» (emboscada) en su contra y de su familia:

«Esto es una pelea de italianos robándose entre ellos, es una pelea de poder de las altas esferas italianas», manifestó el mandatario, y agregó que no le extraña que se le hayan acercado a su hijo para perjudicarlos por no acceder a una contratación.

RPC Radio tuiteó algunas de las frases dichas por el mandatario. En una de ellas el presidente asegura vulgarmente no necesitar ni un «real» (cinco centavos de Balboa, equivalente a cinco centavos de dolar)   

Fue este modo de hablar lo que le pareció indigno a varios usuarios de Twitter. Tito Herrera, por ejemplo, cree que este tipo de entrevistas son deprimentes, pero que al mismo tiempo revelan la verdad sobre las personas («cómo se sale el cobre»).

Aurelio Barria pide al presidente un lenguaje más digno:

Otros, como es el caso de Thais Llean, son más pragmáticos y recuerdan que Ricardo Martinelli llegó a la presidencia por mayoría democrática y que es el presidente escogido por los panameños, aun cuando parte de su eslogan de campaña era presumir de ser «loco»

Ursula Kiener concluye que Panamá tiene al presidente más chabacano (ordinario o vulgar) de la historia, y se queja de la carencia de ejemplo para el resto de los ciudadanos panameños:

Vivian Moreno se pregunta si es necesaria la vulgaridad:

Hay también quienes lo toman con humor, como Abraham Bernalcorrea, quien propone que para las entrevistas del mandatario se cuente con un público en vivo:

El programa satírico Proyecto Criollo se burla de la forma en que el gobierno responde a todos los escándalos diciendo que son mentiras e insultando, pero sin dar aclaraciones

Edilberto Gonzalez, sin embargo, se hace una pregunta valida: pese a la indignación desatada por las palabras del presidente, es difícil saber qué piensa el resto de los panameños que no participan en las redes sociales.

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