Bolivia: ¿la retórica anti-EEUU daña sus relaciones diplomáticas?

Este post es parte de nuestra cobertura especial Relaciones Internacionales y Seguridad.

En la última década, el equilibrio de poder ha cambiado en América del Sur. La hegemonía de los EE.UU. ejercida en la segunda parte del siglo XX en la región ha sido cuestionada, principalmente por la sólida aparición de Brasil, pero también por las iniciativas políticas dirigidas por los gobiernos de izquierda como el de Bolivia.

A pesar de su tamaño relativamente pequeño, el país sin salida al mar en el corazón de América del Sur ha liderado las iniciativas anti-Estados Unidos desde 2006, cuando el presidente Evo Morales, un líder indígena de izquierda y sindicalista cocalero, fue elegido democráticamente.

Raul Prada Alcoreza, ex miembro delpartido del presidente Morales, describe el contexto diplomático en los primeros días del 2006 en su blog:

Una gran legitimidad sostenía al flamante gobierno y al presidente indígena. También se gozaba de una gran simpatía internacional. En la cancillería se comenzó a trabajar en la perspectiva de una diplomacia indígena, que descolonice nuestras relaciones con los países en el mundo diplomático, también se comenzó a trabajar en la diplomacia de los pueblos, una idea del presidente que abría la posibilidad de que los mismos pueblos intervengan efectivamente en las relaciones entre los países, dejando de tratarse de relaciones sólo entre estados. Todo parecía augurar un proceso continuo de cambio.

Durante sus dos periodos consecutivos en el poder, Morales ha abrazado una agenda “anti-colonialista” que directamente apunta a las políticas de los EE. UU. El presidente boliviano lidera las críticas al “Capitalismo occidental”, y ha mejorado las relaciones con otros gobiernos visiblemente anti-EE.UU. en la región, como Venezuela, Cuba, Ecuador y Argentina.

Bolivia además ha priorizado el fortalecimiento de foros políticos y mecanismos fuera de la influencia de los EE.UU. La Unión de Naciones Suramericanas  (UNASUR), la Alianza Bolivariana para América (ALBA), y la recientemente lanzada Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC ) son tres iniciativas que desafían a la Organización de los Estados Americanos (OEA), manejada por los EE.UU.

Además de la agenda anti-estadounidense, el enfoque internacional de Bolivia se define principalmente por tres aspectos estratégicos: el tema de la coca-cocaína, la inversión extranjera para mejorar la calidad y los ingresos de las exportaciones de gas a Brasil y Argentina, y el acceso a la costa del Pacífico, todos los cuales el país ha fracasado en abordar.

Además, las relaciones bilaterales entre Bolivia y Brasil no son tan eficaces como lo fueron cuando Lula da Silva tenía las riendas del poder en Brasilia. Un impasse diplomático [en] permanece irresuelto entre los dos gobiernos pues Roger Pinto, un exsenador y miembro de la oposición boliviano, buscó asilo en la Embajada de Brasil en La Paz luego que fuera acusado de corrupción por funcionarios bolivianos. Anteriormente, Pinto había revelado evidencia de que altos funcionarios de Bolivia negociaban con las organizaciones de tráfico de drogas. Con la desaprobación de Bolivia, el gobierno brasileño concedió asilo a Pinto.

La Ministra boliviana de Comunicaciones, Amanda Davila, insiste en que las relaciones diplomáticas entre los dos países no han sido afectadas, a pesar de una serie de otras cuestiones sin resolver, tales como los intereses brasileños en la carretera a través del Parque Nacional del TIPNIS. Por el contrario, una reciente mejora en las relaciones [en] entre Bolivia e Irán fue criticada por Washington y Brasilia. Estrechar los vínculos entre La Paz y Teherán unicamente se añade a las preocupaciones de que las políticas contra Estados Unidos de Bolivia no sólo ponen en peligro sus relaciones con Brasil, sino también su situación en los sistemas políticos regionales.

ISN logoEste post y sus traducciones al español, árabe y francés han sido comisionados por la International Security Network (ISN) como parte de una alianza para localizar voces ciudadanas de todo el mundo en temas de relaciones internacionales y seguridad.

Este post fue publicado primero [en] en el ISN blog [en], vea más historias similares aquí [en].

2 comentarios

  • LatAm

    ¿por qué «retórica» y no «señalamientos»?
    ¿no existen el colonialismo y neocolonialismo? ¿desde cuándo? el artículo reconoce de entrada la «hegemonía» de eeuu.
    ¿no existe un capitalismo occidental? después de todo, hasta hace poco se hablaba del fin de la historia y un solo modelo predominante, el neoliberalismo («democracia liberal»), conducido por EEUU y Europa.
    ¿quiere decir el artículo que EEUU no hace nada por dañar las relaciones con Bolivia? EEUU desdeña a Bolivia como uno más de los países «populistas», y mueve sus piezas en el país como las de USAID para minar al gobierno. eso no es palabra, sino acción.
    ¿o es que se toma por dado que las políticas de EEUU representan un modelo éstandar global, y cualquier punto de vista contrario es mera retórica?
    quizá se debe entender que se permite algo vago como «la sólida aparición de Brasil», país donde el sector predominante es el de las corporaciones, pero no la defensa de los recursos naturales nacionales, como en Bolivia.
    el senador pinto, por cierto, es un corrupto y ladrón comprobado. pidió asilo en Brazil, cuyas leyes al respecto son notoriamente generosas, para evitar ser enjuiciado. EEUU insiste en la lucha contra la corrupción, pero no cuando involucra a sus amigos políticos.

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