¿Cómo proveer electricidad a 620 millones de personas?

Reliable electricity is coming to more of Sub-Saharan Africa. In this photo, a student studies in Zambia. Photo by Flickr user SolarAid Photos. CC-BY-NC-SA 2.0

Nuevas regiones de África Subsahariana ahora disponen de un suministro eléctrico confiable. Un alumno estudiando en Zambia. Fotografía por el usuario de Flickr SolarAid Photos. CC-BY-NC-SA 2.0.

Este artículo por Tom Jackson fue publicado originalmente en Ensia.com, una revista que destaca soluciones ambientales internacionales en acción, y es republicado en Global Voices en el marco de un acuerdo para compartir contenidos.

En Sudáfrica, las principales ciudades están sometidas a periódicos cortes de energía puesto que la compañía de electricidad Eskom interrumpe la distribución por zonas para reducir la presión sobre una red cada vez más obsoleta. Zonas enteras de Cape Town y Johannesburgo sufren cortes alternados del suministro de electricidad, el “último recurso” que Eskom está obligado a usar de manera regular.

En Nigeria, el mayor proveedor de servicio inalámbrico, MTN, ha declarado que quizás deba interrumpir su servicio de manera temporal debido a la escasez de diesel, con la producción de electricidad en su mínimo histórico.

El problema de la escasez crónica de energía afecta a la totalidad del África subsahariana. Alrededor de 620 millones de habitantes — 60 por ciento de la población de la región — carecen de acceso a la electricidad, según datos del Banco Africano de Desarrollo. Incluso los que en teoría tienen acceso enfrentan precios muy elevados por un suministro deficiente y no confiable. La consultora McKinsey llegó a decir que la región está “sedienta” de electricidad.

Esta falta de energía es relevante: Los países con tasas de electrificación menores al 80 por ciento tienen sistemáticamente un PIB per-capita menor que los demás. Incrementar la producción de energía es fundamental para que África alcance los objetivos básicos de desarrollo. Pero cuál es el método elegido para mejorar la situación también es importante. ¿Debe la electrificación centrarse en soluciones dependientes o no de la red? ¿Deben priorizarse los combustibles fósiles o las energías renovables? ¿Cuál es el rol de gobiernos, entes regionales, sector privado e iniciativas comunitarias?

El modo en que estos interrogantes sean resueltos jugará un rol fundamental en la sustentabilidad a largo plazo de la infraestructura eléctrica emergente así como también — debido a las consecuencias para el consumo de combustibles fósiles — al bienestar general de todo el planeta. También contribuirá a determinar la medida en que las naciones del África Subsahariana pueden alcanzar los objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero que se han fijado como parte del proceso de negociaciones sobre el cambio climático de la ONU.

Sistema con conexión a la red eléctrica, sin conexión y mini redes

África del sur es líder en la región en términos de capacidad de red instalada con 58 gigawatts, aunque 46 GW están en Sudáfrica. África occidental tiene 20 GW, y África oriental tiene 8.1GW y la región central, 4GW — en comparación con los 80GW del Reino Unido y los 1,060 GW de los EE. UU. Esta falta de capacidad de la red eléctrica explica en gran medida la escasez de electricidad de la región.

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Gráfico por Ensia.

Lograr que los ciudadanos que no están actualmente conectados a la red puedan acceder a suministro eléctrico en las zonas rurales de África Subsahariana requerirá soluciones descentralizadas. Según la Agencia Internacional de Energía (IEA), 315 millones de personas en zonas rurales tendrán acceso a la electricidad en 2040 — 220 millones del total mediante soluciones sin conexión a la red y mini redes, que generalmente involucran la producción local de electricidad usando generadores diesel o energías renovables.

Uvie Ugono, director ejecutivo y cofundador de Solynta Energy, dedicada a la instalación de centrales de energía solar en Nigeria y Ghana, sostiene que la descentralización es “definitivamente el camino a seguir”, la “única alternativa viable” teniendo en cuenta las condiciones precarias y deficientes de la infraestructura eléctrica.

“Se requerirá invertir trillones de dólares para poner a punto la [infraestructura de la red eléctrica], para lograr la generación de energía suficiente para las necesidades del continente,” señala. “A esto hay que agregarle el terrible estado de la infraestructura de transmisión, que tampoco es apta para sus propósitos. Sería mucho más sencillo reconstruir por completo la infraestructura… que intentar repararla y aumentar su capacidad”.

“A grid system remains the first best option. Decentralized solutions are really a second-best option in the absence of the former. The distinction is crucial.” — Grant McDermott

Un sistema de red eléctrica continúa siendo la mejor opción. Las soluciones descentralizadas realmente son una segunda opción ante la ausencia de una mejor. Establecer esa distinción es crucial”. — Grant McDermott

Grant McDermott, académico investigador de la Escuela de Economía de Noruega, tiene una mirada un tanto distinta de la situación. Las grandes redes centralizadas aún constituyen la manera más eficiente y rentable de llevar electricidad a las economías modernas, sostiene. Aunque las redes eléctricas deficientes han limitado el crecimiento económico en numerosos países en desarrollo, eso no significa que “la alternativa descentralizada ofrezca una solución intrínsecamente superior”, señala. “Un sistema de red continúa siendo la mejor opción. Las soluciones descentralizadas realmente son una segunda opción ante la ausencia de una mejor. Establecer esa distinción es crucial”.

Energía y ecosistema

Debates similares surgen en torno a los combustibles fósiles y las energías renovables.

For all the talk of renewables, fossil fuels will remain vital.

A pesar de todo el debate sobre las energías renovables, los combustibles fósiles siguen siendo vitales.

En la actualidad el origen de la energía varía sustancialmente de un país a otro. En toda África Subsahariana, según el Banco Mundial, el carbón representa el 38 por ciento del suministro de electricidad; el gas, el 31 por ciento; la energía hidroeléctrica, el 18 por ciento y el petróleo, el 10 por ciento. Sin embargo, el gas suministra el 62 por ciento de la electricidad de Nigeria, mientras que la de Kenia proviene en un 46 por ciento de usinas hidroeléctricas y un 19 por ciento de energía geotérmica. En Sudáfrica, el carbón supone un 94 por ciento del suministro, y la mayor parte del resto proviene de la energía nuclear.

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Gráfico por Ensia.

Los combustibles fósiles probablemente seguirán jugando un rol fundamental en el futuro energético de África. Aunque se espera que la importancia global del carbón disminuya en términos de su porcentaje de aporte a la generación de energía, existe potencial para alrededor de 300 GW extras de capacidad, según la IEA. África Subsahariana también tiene un potencial para generar aproximadamente 400 GW de energía a partir del gas. Nuevos hallazgos de yacimientos de gas y petróleo ocurren periódicamente en ambas costas. Pese a todo el debate sobre renovables, los combustibles fósiles siguen siendo vitales.

Dicho esto, Tony Seba, conferencista sobre el tema negocios y energía limpia de la Universidad de Stanford en California pronostica que para 2030 el petróleo, el gas y el carbón y la energía nuclear serán fuentes de energía superfluas en un mundo impulsado por las renovables. Otros expertos son más cautos, pero está claro que las renovables están destinadas a tener una importancia cada vez mayor. Incluso sin incentivos activos, McKinsey pronostica que más del 25 por ciento del total de energía en todo África en 2040 provendrá de fuentes limpias como la geotérmica, hidroeléctrica, solar y eólica.

The IEA projects solar energy will power mini-grid and off-grid systems in rural areas in the region by 2040, and account for more than 30 percent of capacity additions between 2030 and 2040. 

La IEA proyecta que la energía solar será la fuente de energía en los sistemas de mini redes y sin conexión a la red en las zonas rurales de la región en 2040, y representará más del 30 por ciento de la capacidad extra de generación eléctrica entre 2030 y 2040.

Sudáfrica acertadamente demuestra lo que podría ser el comienzo de un sutil cambio en esta dirección. Con una fuerte dependencia del carbón, el gobierno está realizando operaciones de fractura hidráulica en la región semiárida de Karoo en busca de combustibles fósiles para incrementar la capacidad de generación eléctrica. Pero al mismo tiempo el gobierno ha hecho inversiones importantes— especialmente a través del Programa de aprovisionamiento energético a partir de productores independientes de energías renovables o proceso REIPPP — que se ganó un lugar en la lista elaborada por la empresa de investigación en energía solar Wiki-Solar entre los 10 principales países productores de energía solar a nivel mundial. Un incremento de la capacidad basada en la energía nuclear también es prioritario en la agenda.

La IEA proyecta que la energía solar será la fuente de energía en los sistemas de mini redes y sin conexión a la red en las zonas rurales de la región en 2040, y representará más del 30 por ciento de la capacidad extra de generación eléctrica entre 2030 y 2040. Para Sachi DeCou, que dirige la empresa de energía solar Juabar en África oriental esa energía es clave para el futuro energético de África.
«No será la única solución, por supuesto, pero será una parte importante del ecosistema energético que permitirá acceder a la electricidad a millones de personas y empresas que actualmente carecen de un servicio eléctrico confiable y de calidad constante» señala ella.

Inversiones necesarias

La única certeza es que se requieren inversiones en toda la región de África Subsahariana y en todas las esferas. “Si cada país construye la infraestructura necesaria, estimamos que la región necesitará alrededor de $490 mil millones de capital para mejorar la capacidad de generación y otros $345 mil millones para la transmisión y distribución”, según McKinsey.

[C]ombined investment in grid and off-grid, fossil fuels and renewables, could speed the electrification of Africa — if adequate collaboration exists.

Una combinación de inversiones en redes eléctricas y soluciones sin conexión a la red, en combustibles fósiles y renovables, podría acelerar la electrificación de África — si existiera colaboración adecuada.

Han existido avances en la dirección correcta, pero las consultoras de investigación sostienen que el ritmo no es lo suficientemente veloz. Dicho esto, los programas de reforma están comenzando a mejorar la eficiencia del suministro de la red, mientras los gobiernos lentamente están eliminando las barreras a la inversión, como regulaciones prohibitivas, controles y aranceles sobre el intercambio de capitales. La capacidad de generación eléctrica basada en la red en África probablemente se cuadriplicará para 2040, según la IEA.

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Gráfico por Ensia.

Aunque la IEA pronostique que 950 millones de africanos tendrán acceso a la electricidad para 2040, esto no es suficiente. Más de 500 millones de personas seguirán sin suministro eléctrico. Pero la agencia señala que este desafío es “superable,” y los beneficios que se pueden lograr son “inmensos”.

Consultoras de investigación, individuos y empresas que trabajan en el sector de la energía concuerdan en que los recursos y soluciones están disponibles y que una combinación de inversiones en soluciones de red, sin conexión a la red y en combustibles fósiles y renovables, podría acelerar el proceso de electrificación de África — si existe la colaboración adecuada. El informe «Energía, población, planeta: Aprovechando las oportunidades para África en energía y clima» presentado esta primavera por el ex secretario general de la ONU Kofi Annan ante el Africa Progress Panel — exige incrementar diez veces la generación de energía y exhorta a los gobiernos a comenzar una “revolución energética” para conectar a los que carecen de conexión y satisfacer la demanda de consumidores, empresas e inversores. Los “consorcios energéticos” regionales que le ofrecen a las naciones una manera de compartir electricidad más allá de las fronteras — de los cuales Southern Africa Power Pool es un ejemplo bastante sólido — podrían cambiar el terreno de juego y ahorrar $40 mil millones de dólares estadounidenses al permitir el acceso a fuentes más eficientes de electricidad.

La electrificación de África es un proceso en marcha, con resultados destinados a ser sorprendentes. Ligeros cambios en la estrategia podrían garantizar que las luces se enciendan en mucho menos tiempo — y, eventualmente, de una manera más sustentable.

Tom Jackson es un periodista dedicado a temas vinculados con la energía, tecnología y negocios con sede en África y cofundador de Disrupt Africa. Él divide su tiempo entre distintos lugares de África, Cape Town, Johannesburgo, Nairobi, Lagos y El Cairo. Su cuenta de Twitter es @TomJackson1988.
Cecilia Cárdenas colaboró en la traducción de este artículo.

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