Violencia mortal e intriga: ¿Qué está ocurriendo en Tayikistán?

BelAZ dump trucks burned during the Civil War in Tajikistan. Wikipedia image.

Camiones de basura de BelAZ quemados durante la guerra civil en Tayikistán. Imagen de Wikipedia.

En el exsoviético Tayikistán, las conspiraciones no son un hábito ocasional del gobierno, son su elemento vital.

Hace cerca de 18 años, el gobierno tayiko y la Oposición Tayika Unida (OTU) suscribieron un acuerdo de paz respaldado por las Naciones Unidas y Rusia que puso fin a una sangrienta guerra civil que duró cinco años y que cobró 100,000 vidas.

El acuerdo prometía a la OTU compartir el poder a cambio de que depusieran las armas y reconocieran el gobierno del presidente Emomali Rakhmon como legítimo. Pero a Rakhmon, de 62 años, exadministrador de una granja colectiva, nunca le gustó la idea de compartir el poder con sus enemigos. A su vez, a estos les parecía un jefe difícil de querer.

La mañana del 4 de setiembre, la agencia de noticias Asia Plus informó que un puesto de control policial en Dusambé y la estación policial de Vakhdat –ciudad provincial a 10 kilómetros al este de la capital– habían sido atacados por militantes.

La cantidad de militantes y policías que murieron durante el atque cambió a lo largo del día. El Ministerio del Interior se decidió por 13 militantes y nueve policías. Una operación militar en curso ha cobrado la vida de cuatro militantes más, dice el ministerio.

En medio de la confusión y sin declaración policial, muchos tayikos relacionaron los ataques con el supuesto asesinato de un estudiante de 23 años cuya familia sostiene que la policía mató a golpes porque usaba barba.

Contexto: la policía «antimusulmana» en Tayikistán golpeó a esta estudiante por tener barba. Murió anoche.

El Ministerio del Interior tayiko negó luego que la familia del fallecido hubiera iniciado los ataques.

En cambio, dijo que los ataques estuvieron planeados y «personalmente dirigidos» por el viceministro de Defensa, Abduhalim Nazarzoda, excomandante de OTU que se integró al gobierno en 1999. Fue relevado de su cargo ese mismo día.

Luego de presuntamente haber llevado a cabo los ataques, Nazarzoda huyó a una región remota y montañosa al noreste de la capital con una cantidad desconocida de partidarios armados.

Aclamando la muerte de cuatro militantes más en el operativo, el ministerio anunció el 6 de setiembre que solamente quedaba por atrapar a siete u ocho.

Oficialmente, el general Hoji Halim «dejó solamente entre siete y ocho partidarios» y, como en las películas indias, esos siete u ocho no terminan nunca. :)

Eso resultó ser falso cuando la noche del 7 de setiembre el ministerio anounció que otros 20 habían sido detenidos pues el operativo continuó.

Dos (o más) lados de una historia

Los medios sociales, donde los usuarios siguen esforzándose por entender por qué un coronel de la policía de alto rango abandonó su puesto para unirse al radical ISIS en Medio Oriente en mayo, no pudieron explicar los motivos detrás de la rebelión del general Nazarzoda.

¿Fue, tal como dijo el presidente Rakhmon durante una visita a Vakhdat el domingo 6, solamente un criminal queriendo desestabilizar el país?

Afiche del presidente en impresionante nueva carretera en Vakhdat: «El presidente es quien garantiza la paz y la estabilidad».

Un usuario tayiko de Facebook que dijo representar al exministro hizo una publicación el 6 de setiembre donde citaba al general Nazarzoda diciendo que había huido de la capital sin lanzar los ataques luego de recibir una nota de una fuente en un buen puesto dentro del gobierno.

Supuestamente, la fuente le había informado que todos los antiguos comandantes de OTU serían arrestados luego de un operativo de bandera falsa a través de la cual el gobierno incriminaría a la antigua oposición con la que había suscrito la paz en 1997 por el asesinato de varios oficiales de policía.

No se pudo verificar si el mensaje era del general Nazarzoda, pero como señaló Edward Lemon, no sería el primer general en ser erradicado luego de lo que parece un plan para desestabilizar el gobierno:

Yakub Salimov (en prisión en 2005), Mahmadruzi Iskandarov (en prisión en 2005), Ghaffur Mirzoyev (en prisión en 2004) y Mirzo Ziyoyev (muerto en 2009).

En Fergana.ru, científicos políticos tayikos debatieron los acontecimentos de los días anteriores, y Parviz Mullojonov dejó ver que Nazarzoda «era un oficial militar leal, sin mucha influencia ni conexiones especiales… no el tipo de figura que organiza un golpe de estado».

Mullojonov dijo también que los ataques marcaron el final del Partido Renacimiento Islámico de Tayikistán, partido que consiste en parte de exmiembros de OTU que se levantaron de las cenizas de la guerra civil para convertirse en una fuerza de oposicón legítima y moderada en la república.

En semanas recientes, el gobierno clausuró la sede central del partido, los ha acusado de tener vínculos con ISIS y declaró ilegales sus actividades. El 4 de setiembre, luego de la violencia, dijo que Nazarzoda era un miembro secreto del partido, acusación que el partido niega.

Bloqueos en YouTube, Facebook y la red social rusa Odnoklassniki, y también una serie de artículos en sitios web de noticias, han agravado la pobreza de información que sale de la república y reprimido las voces tayikas en el debate sobre lo que está ocurriendo en su país.

Estación de policía de Vakhdat. ¿Se ve como si hubiera habido una gran batalla aquí?

Pero mientras la imagen general de los ataques del 4 de setiembre se pone más turbia, surge una mejor compensión de Tayikistán –un país que sigue asumiendo el legado de su terrible guerra civil.

John Heathershaw, académico británico que ha pasado gran parte de su carrera estudiando el país, escribe:

Our ongoing research on Tajikistan suggests that what is true in this particular case is also found in general. Rather than facing rebels whose motives lay outside of their control, the post-conflict state actually generates incentives to rebel. Therefore, the state actually produces the conflicts to which it claims to be arbiter.

Nuestra investigación en curso sobre Tayikistán sugiere que lo que es cierto en este caso en particular también se encuentra en lo general. Antes que enfrentar rebeldes cuyos motivos están fuera de su control, tras el conflicto el estado en realidad genera incentivos para rebelarse. Por lo tanto, el estado realmente produce los conflictos de los que sostiene ser árbitro.

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