Muérete de envidia, Motín del Té de Boston. Así es como Rusia destruye alimentos.

A Boston Tea Party of sorta, brought to you by Vladimir Putin. Image edited by Kevin Rothrock.

La versión de Putin del Motín del Té de Boston. Imagen editada por Kevin Rothrock.

Siguiendo un decreto de Vladimir Putin, Rusia se ha embarcado en una campaña para destrozar cualquier alimento sujeto a boicot que haya sido confiscado en su territorio. Ante las cámaras, se están destruyendo, incinerando y enterrando toneladas de alimentos ilegales; un espectáculo que, en apariencia, quiere expresar la voluntad de Moscú de castigar a los productores de alimentos extranjeros por las sanciones occidentales contra Rusia. Es también una muestra de fortaleza, de que el país no necesita importaciones de Europa y Norteamérica.

RuNet Echo recoge algunos de los chistes y declaraciones más mordaces que aparecen en el Twitter en ruso acerca de esta nueva guerra de alimentos prohibidos.

Muchas de las bromas relacionadas con la destrucción de los alimentos importados confiscados juega con la iconografía sagrada rusa de la Segunda Guerra Mundial, intencionadamente cultivada por el Kremlin en los últimos años, en su enfrentamiento con Occidente por el futuro de Ucrania. La destrucción de alimentos ha sido objeto de burla (a los usuarios de Internet se les ha ocurrido sustituir a héroes soviéticos por trozos de queso) y una razón para el enfado (pues la idea de malgastar comida en un país con una memoria reciente de hambruna es ofensiva para muchas personas).

Mientras que numerosas políticas del gobierno ruso parecen coordinadas para sacar partido a la memoria de la Segunda Guerra Mundial, la instigación del patriotismo es una manera de conseguir que el país acepte ciertos sacrificios. La decisión de Putin de quemar, destrozar y enterrar cientos de toneladas de alimentos en buen estado es un torpe ataque a la frecuente veneración de las memorias de la guerra. De hecho, al revisar los tuits más populares sobre la nueva política alimentaria rusa, es digna de destacar la discreción que mostraron los simpatizantes del Kremlin la semana pasada. Hasta ahora, parece que las críticas casi monopolizan los comentarios sobre esta nueva política, al menos en Twitter.

La Tercera Guerra Mundial: la batalla contra los quesos, y esas cosas

Esta imagen se readueña de un famoso cuadro de Zoya Kosmodemyanskaya, la célebre heroína soviética ejecutada por los nazis:

Interrogando a un parmesano [juego de palabras con «partisano», los militantes irregulares rusos que resistieron la ocupación nazi]. Lienzo, óleo. Moscú, 2015.

Alexey Venediktov, editor jefe de Echo of Moscow, la emisora de radio independiente más acosada y longeva de Rusia, mostró su incredulidad ante la idea de que los veteranos rusos de la Segunda Guerra Mundial toleren la nueva política del gobierno de eliminación de alimentos. Venediktov compara el relativo silencio sobre la destrucción de alimentos importados de hoy con un escándalo que, en enero de 2014, casi acabó con el canal de televisión independiente TV Rain al preguntar a sus espectadores si Leningrado debería haberse rendido a los nazis en vez de sufrir un asedio que mató a cientos de miles de personas debido a la hambruna.

Aquellos veteranos que se ofendieron tanto por la pregunta [de TV Rain] sobre el bloqueo [de Leningrado] no están preocupados por la destrucción de alimentos importados. ¿De qué se trata?

La figura de los medios, Vladimir Soloviev, que por lo general es afín al Kremlin, aunque algunas veces se ha aventurado a criticar al gobierno (recientemente sugirió que los funcionarios que niegan la crisis económica rusa son «incompetentes»), mostró el mismo asombro que Venediktov:

No comprendo cómo, en un país que sobrevivió a una terrible hambruna en la guerra y en los horribles años del período posterior a la revolución, podamos estar destruyendo comida.

El caricaturista político Sergey Elkin también se ha divertido con el punto de vista militar de la amplificada «guerra» rusa contra la comida bajo boicot.

http://t.co/QQNsMHii76 pic.twitter.com/vR2twJDTGM                                       

— Sergey Elkin (@Sergey_Elkin) 3 de agosto, 2015

 

Otros han compartido sus recuerdos personales de familiares que lucharon en la guerra y cómo esa experiencia marcó su actitud hacia la comida:

Mi bisabuelo solía darme en la cabeza con una cuchara si jugaba un solo segundo con la comida en la mesa. Puedo imaginar cómo destrozaría a Putin ahora mismo.

Simplemente, di no (a las importaciones ilegales de productos lácteos)

En un tono más ligero (o quizá no), muchos han bromeado en línea sobre la manera de actuar de Rusia con respecto a los alimentos importados ilícitamente, pues parece ser más dura que sus métodos para combatir las drogas ilegales:

Es curioso que nadie haya pensado nunca en montar un equipo para incinerar los narcóticos de contrabando. Pero el queso—ahora sí que estamos ante el mismo demonio.

Por cierto, nadie en nuestro país incinera públicamente los narcóticos ni los entierra en un vertedero.

Cómo saber si tu hijo es adicto al parmesano.

¿Has tomado leche?

Muchos de los usuarios rusos de Internet que dirigen su atención a la campaña de destrucción de alimentos se muestran avergonzados de que su país esté malgastando una gran cantidad de comestibles, simplemente por razones políticas. El plan anterior de alimentar al ganado con la comida confiscada, en vez de destruirla, surtió el mismo efecto:

El Servicio Federal Ruso de Veterinaria y Vigilancia Fitosanitaria está pensando en alimentar al ganado con los productos confiscados. Eso es más o menos todo lo que necesitas saber sobre el moderno estado ruso.

Tristemente, el país ha perdido completamente la maldita cabeza. [Titular: «Una rica cosecha— ¿Nuestra respuesta a Occidente?]

Motín del Té de Boston versión petróleo

Mientras aumentan los precios de los alimentos en Rusia y una recesión económica promete durar varios meses, al final, muchos en Internet parecen creer que su país no está en posición de destruir o prender fuego a los alimentos que gran parte del país tiene dificultades para comprar. La popular personalidad satírica de Twitter «KermlinRussia» bromeó sobre la sorpresa verdaderamente desagradable que los rusos podrían llegar a tener si las reservas del gobierno (establecidas para equilibrar el presupuesto cuando baja el precio del petróleo) disminuyen aun más:

Hoy en día, la gente va a dar un paso atrás y reflexionar sobre todas estas noticias sobre los alimentos [importados] y se preguntarán, «Pero, ¿dónde están todos los dólares y euros del Fondo de Estabilización?» Y Putin dirá, «Oh, los he incinerado también».

Ten cuidado, comprador

Otros han bromeado acerca de que los productores nacionales de alimentos (en este caso, de queso) deben estar celebrando las medidas sobre las importaciones extranjeras, que eliminan la competencia europea que, presuntamente, permite a los rusos mantener estándares, relativamente permisivos, en sanidad y seguridad:

Los productores de queso de Omsk dan la bienvenida a la destrucción de queso en perfecto estado y envían un gran saludo desde el tanque de leche.

Una nación de ascetas

Algunas alusiones a la historia son más recientes que las experiencias rusas de la Segunda Guerra Mundial. El famoso esfuerzo fallido de Mikhail Gorbachev para reducir el consumo de alcohol ha inspirado algunos chistes sobre el esfuerzo aparente de Putin para suprimir el consumo de comida:

El país ha recorrido realmente un largo camino. Del «NO BEBAS» de los primeros años de Gorbachev al «NO COMAS» de Putin.

 Te estás viniendo abajo, queso

Otros chistes han parodiado la retórica política rusa más reciente, fuertemente contra Occidente, con frecuencia sobre bases morales. La cuenta satírica «Todo es malo» caricaturizaba lo que un enfadado patriota ruso podría decirles a todos los quesos europeos, destrozados y quemados en vertederos de todo el país:

AHORA QUÉ, MALDITO QUESO. HAS RECIBIDO LO QUE MERECÍAS, MALDITO, QUESO GAY DE YANKILANDIA Y EUROPA. ARDE EN EL INFIERNO, QUESO.

Come al rico

En una mezcla de recuerdo de la Segunda Guerra Mundial y crítica de la élite rusa de hoy en día (conocida por criticar duramente la decadencia europea pero también por enviar a sus hijos a estudiar y vivir en Occidente), KermlinRussia se burló de que estos jóvenes podrían finalmente ser útiles para su país en el extranjero:

Rusia está creando unos grupos guerrilleros formados por los hijos de diputados de la Duma y otros burócratas que irán a destruir los productos occidentales sancionados en el propio territorio del enemigo.

Prioridades

La destrucción y enterramiento de toneladas de comida ha recordado a algunos usuarios de Twitter a los soldados rusos asesinados en Ucrania y devueltos a sus ciudades de origen en Rusia. El secretismo que encubre estas muertes fue el objeto de la investigación que Boris Nemtsov estaba llevando a cabo, antes de que fuera asesinado. Tras su muerte, salió a la luz un informe basado en sus descubrimientos.

Rusia es el tipo de país donde entierran a los soldados en secreto y con vergüenza pero destruyen el queso orgullosa y atrevidamente.

Oportunidades

Como si fuera un anuncio ilícito garabateado en un sanitario («para un buen momento»), o un músico que busca atraer clientes, algunas empresas de venta de quesos (o, más probablemente, algunos humoristas inteligentes) ya están tratando de explotar el mercado negro de productos europeos prohibidos:

He estado esperando el momento en que anuncios como este comenzarían a aparecer. Y aquí vamos…

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