Muerte de tres miembros de una familia a manos de la policía enluta a Nicaragua

Imagen genérica de un ve˙eiculo policial nicaragüense a propósito de la muerte de tres personas a manos de la policía del país.

Imagen genérica de un vehículo de la Policía Nacional de Nicaragua a propósito de la muerte de tres personas a manos de agentes de esa fuerza del orden que ha causado la indignación de la población. Foto tomada de la cuenta en Flickr de Jorge Mejía Peralta bajo licencia Creative Commons.

Nicaragua está de luto tras la muerte de tres miembros de una familia, entre ellos dos menores de edad, luego de que agentes de la Policía Nacional abrieran fuego indiscriminadamente contra el vehículo en el que viajaban y que no se detuvo ante sus señales de alto porque los agentes no estaban identificados.

La noche del sábado 11 de julio, según información de la Policía Nacional de Nicaragua, se realizaba una operación de antinarcóticos en una zona rural de la capital, Managua. Oficiales del operativo salieron de en medio de la oscuridad y realizaron señales a un vehículo para detenerse, pero el conductor decidió acelerar la marcha al observar que los oficiales no portaban ninguna señal distintiva de la fuerzas del orden.

Al no detenerse, por temor a ser víctimas de un grupo de vándalos, los oficiales decidieron acribillar el vehículo. La persecución llegó a su fin cuando el chofer perdió el control y chocó contra una camioneta 700 metros después de haber iniciado el tiroteo. En el vehículo viajaba una familia de siete miembros que iban rumbo a su casa procedentes de la iglesia que visitaban los fines de semana.

La operación fallida cobró la vida de tres civiles (2 de ellos hermanos menores de edad), enlutando no solamente a una familia, sino a todo un país. Las reacciones en redes sociales y blogs no se hicieron esperar en contra de la policía y, específicamente, de la primera comisionada Aminta Granera, directora general de la Policía Nacional.

En el blog Gabriela Kame, su autora Simone Montiel escribió:

Las armas son invenciones humanas, y desde que fueron creadas tienen una única función: MATAR. No ayudar, proteger, brindar seguridad. MATAR cuando sea necesario, dicen, y eso está siempre en dependencia y criterio de quién la porta. Cualquier puede ser blanco de un arma en cualquier momento. Sobre todo de aquellas armas que están permitidas, institucionalizadas. Creadas para matar legalmente.

Tres horas después, la directora general de la Policía Nacional, primera comisionada Aminta Granera se hizo presente en el lugar para brindar su apoyo a la familia afectada y hacer un recuento de los hechos. Vecinos y familiares exigían justicia por el fallecimiento de personas inocentes debido al fallido operativo policial.

En twitter se ha creado el hashtag #AmintaRenunciaYa con el que la comunidad twittera manifiesta su descontento con el actuar de la Policía Nacional y solicita públicamente la renuncia de la primera comisionada Granera.

El blogger Alberto Sánchez escribió en el blog Políticamente incorrecto:

Si algo sabemos acerca del futuro es que en esas ocasiones en que nuestro gobierno considere que el cuerpo muerto, torturado, violado o secuestrado, es digno de recibir algún tipo de disculpa, entonces la primer comisionada pedirá perdón, pedirá perdón, pedirá perdón…una y otra vez.

La primera comisionada ha prometido en medios de comunicación a la familia y a la población en general que los oficiales involucrados serán llevados ante la justicia y enfrentarán el proceso penal debido.

Los abusos policiales y el uso excesivo de la fuerza vienen ocurriendo en Nicaragua de manera constante desde hace años. En 2008 un oficial le disparó mortalmente a un niño de 15 años y la entidad policial lo calificó el hecho de un lamentable accidente.

El bloguero Alberto Sánchez escribe un post recapitulando abusos policiales que no fueron investigados ni aceptados públicamente por la Policia Nacional:

La primer comisionada nunca pidió perdón por la niña violada por tres policías en las inmediaciones de la casa del presidente de la república…

La primer comisionada nunca pidió perdón por permitir que Francisco Javier Ponce muriera “ahorcado” en las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial del Chipote.

La primer comisionada nunca pidió perdón por los campesinos asesinados a tiros por policías en la comunidad del Carrizo…

Ni por las torturas y vejámenes a las mujeres de Nueva Guinea, ni por #OcupaINSS, ni por asediar a los movimientos de mujeres en sus marchas públicas, ni por la reacción desmedida en el último plantón del CSE…

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