Una activista rusa luce tacones y un collar de perro para protestar contra la «ley de los sádicos»

Polina Nemirovsky (left) and Olga Borisova (right), June 2, 2015. St. Petersburg, Russia. Photo: Facebook.

Polina Nemirovsky (izquierda) y Olga Borisova (derecha), 2 de junio de 2015. San Petersburgo, Rusia. Foto: Facebook. En la foto se puede leer «El Servicio Penitenciario Federal, va a doler».

Los legisladores de Rusia consideran promulgar una ley que podría ampliar las acciones que los guardias de las prisiones tienen permitido llevar a cabo para controlar a los presos poco dispuestos a colaborar. Presentada a la Duma a finales de mayo, la «ley de los sádicos», como la llaman sus detractores, ampliaría las circunstancias en las que los guardias tienen permitido usar la fuerza, incluyendo medidas mortales, al enfrentarse a cualquier cosa desde una fuga hasta un prisionero desobediente. Mientras que la ley vigente obliga a los guardias a minimizar el riesgo para la seguridad de los presos, la nueva ley únicamente especificaría en que lugares no pueden golpear los guardias a los presos (en la cabeza o en la garganta, por ejemplo), al reaccionar utilizando la fuerza física.

Los activistas de la oposición rusa están furiosos con este proyecto de ley, por lo que organizaron una serie de pequeñas manifestaciones para intentar concienciar sobre este asunto, aunque la atención pública se ha centrado últimamente en los esfuerzos del gobierno para legislar sin contar con «organizaciones indeseables» o «agentes externos».

Las manifestaciones de la vieja guardia

El 29 de mayo, dos días después de que presentaran el proyecto de ley a la Duma, un puñado de los activistas por los derechos humanos más antiguos de Rusia establecieron piquetes de personas puestas en paralelo en frente del parlamento. Incluso Lyudmila Alexeyeva, historiadora y activista de 87 años, estuvo dispuesta a sujetar un cartel en el que se podía leer, “Estoy en contra de la ‘ley de los sádicos.”

La semana siguiente, el 3 de junio, Alexeyeva apareció en el canal de televisión ruso independiente TV Rain, donde prometió utilizar su recientemente recuperado asiento en un grupo consultivo presidencial para hacer una petición a Putin y pedirle que no firme el proyecto de ley, si llega a su escritorio.

“Estoy segura de que esta ley no se aprobará”, declaraba Alexeyeva, y añadía con ciertas dudas, “porque, no sé, yo protestaré contra ella de todas las formas posibles e imposibles. Haré una huelga de hambre, por ejemplo”.

Esta es la nueva guardia

Polina Nemirovsky (izquierda) y Olga Borisova (derecha), 2 de junio de 2015. San Petersburgo Rusia. Foto: Facebook. En la foto se puede leer, El Servicio Federal Penitenciario va a doler.»

Un día antes de que Alexeyeva amenazara con una huelga de hambre, un miembro del partido de la oposición, el RPR-PARNAS, y una activista por los derechos humanos organizaron una manifestación poco común contra la «ley de los sádicos» en San Petersburgo. Olga Borisova, una ex sargento auxiliar en la policía local, y Polina Nemirovsky, una activista del grupo Zona Prava por los derechos de los prisioneros (fundado por miembros de Pussy Riot), aparecen vestidas como una esclava y una guardia de prisión respectivamente, en un anuncio satírico y sexualizado sobre la polémica ley de la Duma. Mas tarde ambas mujeres subieron fotos de este espectáculo con el eslogan, “El Servicio Federal Penitenciario va a doler”.

Las dos mujeres recorrieron San Petersburgo, parándose en una nueva exposición fotográfica patrocinada por la ciudad y dedicada al éxito de Rusia en los Juegos Olímpicos de Invierno de 2014 en Sochi. Esta exposición incluía fotos de los campeones olímpicos rusos, así como una gran fotografía de Vladimir Putin, que lo hacía formar parte de los «heroes olímpicos.» Borisova y Nemirovsky se aseguraron de hacerse una foto en frente de la foto del presidente.

Borisova declara que se le ocurrió la idea hace poco y se puso en contacto con Andrei Pivovarov, el presidente adjunto de PRP-PARNAS en San Petersburgo, quien la aprobó. Seguidamente, Borisova reclutó a su amiga, Nemirovsky, quien creó el eslogan de “va a doler.” También afirma que sabían que no a todo el mundo le gustaría su tratamiento sexualizado del asunto, pero que lo único que importa es conseguir que se preste más atención a la ley. “La política resulta muy aburrida para el ciudadano medio, y estamos captando su atención con esta sesión fotográfica. Así, la gente estará interesada en saber de que va todo esto,” dijo Borisova a RuNet Echo.

Nemirovsky hablo también sin pelos en la lengua, y afirmó que le daba igual como atraer la atención de la gente hacia la «ley de los sádicos», lo importante era atraerla lo suficiente como para que la gente aprendiera sobre ello. “Puedes formar parte de un piquete, firmar una petición o puedes hacer algo como lo que nosotras hicimos. Todo esto son lados diferentes y necesarios de la misma moneda,” escribió en Facebook.

La ley

La ley en cuestión, número de ley 802242-6, autoriza a los guardias de prisión a usar 13 respuestas violentas diferentes ante presos que les amenacen o que incumplan las normas de la prisión: porras especiales, gases especiales, esposas y otras ataduras, dispositivos eléctricos, dispositivos dañinos para la vista, rejas separadoras, dispositivos especiales que emiten luz y sonido, ataduras para el transporte, dispositivos de inmobilización, carros lanza-agua, vehículos armados, obstáculos que bloqueen el tráfico y herramientas para atravesar barreras.

No obstante, se aplican ciertas restricciones, como la necesidad de que el director de la prisión de su permiso antes de utilizar carros lanza-agua y vehículos armados, pero el uso de la mayoría de los otros medios físicos se deja a la elección de los mismos guardias. En el caso de que un prisionero muriera al sujetarlo con alguna de las ataduras mencionadas, la nueva ley otorga a las autoridades de la prisión un período de tiempo de 24 horas antes de tener la obligación de contactar con la policía.

El 5 de junio, el director del Servicio Penitenciario Federal de Rusia señaló que la ley no es “nada revolucionario,” diciendo que simplemente “especifica los momentos en los que un guardia tiene el derecho de usar la fuerza física”.

Según Oksana Trufanova, una observadora de los derechos humanos en Cheliábinsk, las autoridades penitenciarias rusas están respaldando la ley económicamente, introduciéndola poco a poco en el parlamento para que sea aprobada y sea más fácil ganar dinero torturando a los prisioneros. “La tortura es simplemente un negocio. Renuncia a tu dinero, si no quieres ser apaleado, si quieres ser tratado como un ser humano; renuncia a tu dinero, si quieres comer alimentos decentes. Hay un gran componente corrupto del sistema penitenciario,” declaraba Trufanova recientemente. También especulaba sobre que los oficiales penitenciarios podrían estar sometiendo a los presidiarios a condiciones insoportables intencionadamente, con la intención de provocar motines que parecerían justificar leyes como la «ley de los «sádicos».

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