De la voluntad de mejorar a la colección de identidades: La historia de Cynthia, una joven peruana de Italia

Cyntia Ramos Perú

En su experiencia de vida y en su formación Cynthia vive lo complejo del proceso sin fin de la construcción de identidad: «Para mí ya es muy difícil conjugar la parte de tener dos lenguas, dos países. Escribo en italiano pero pienso en español. Cuando alguien se distancia de una cotidianidad percibe con más claridad como las cosas cambian.»

Éste es el cuarto de las encuentros que continúa la serie de entrevistas que exploran las experiencias de latinoamericanos que dejan su país de origen en busca de oportunidades nuevas, y que pueden leerse aquí. La entrevista fue publicada originalmente en el blog de Ana y en el anexo de este blog dedicado a entrevistas. En esta ocasión, Ana conversa con Cynthia Lizeth Ramos, una joven peruana que lleva fuera de Sudamérica veinte años. Sin embargo ella se declara de Perú, donde dice haber obtenido todos sus valores, la base de lo que hoy es

Cynthia Lizeth Ramos tiene 29 años y hace veinte que dejó Perú. Nació en Trujillo, donde vivió hasta los nueve. Allí cambió todo cuando su madre la llevó a vivir con ella a Italia. Con los años volvería de visita, pero sigue sin ver Lima ni el Machu Picchu con la idea de que son sitios que serán siempre cercanos. Después estos años fuera, Cynthia calcula las distancias como cualquier italiano. Así, el trayecto entre Roma y Venecia se parece al que hay de Lima a Trujillo. Cinthya tiene hoy nacionalidad doble, un idioma nuevo y el corazón repartido:

Éramos pobres. No tuve una infancia con juguetes modernos, ni crecí con un padre y una madre. Me faltaba el padre, porque como suele ocurrir, me abandonó a la edad de un año. Mi madre tuvo que viajar a Italia porque no tenía oportunidades de trabajo en Perú. Crecí con mi abuela, de quien me quedé todos los valores que poseo. Así que por muchos años que lleve fuera, soy peruana, conservo y practico mis raíces cada día porque tengo mis valores. El ejemplo que tengo es el que me dio mi abuela, el de ser una persona humilde, trabajadora y sobre todo tener un corazón abierto a las situaciones buenas y malas que suceden en la vida.

Cynthia asegura que dejar a su abuela fue lo más difícil. Sin embargo, asegura también que todo lo aprendido en esa época le quedará para el resto de su vida. Más positiva con el paso de los años, ahora no puede negar que de fuera se suma otros muchas características que de haber permanecido en su país natal no hubiera alcanzado. Ahora dice tener una mente más abierta:

Muchas veces me quedo sorprendida porque veo  las opiniones que tengo en comparación con los jóvenes de mi edad y noto que son muy distintas. La mentalidad es diferente, no digo atrasada, porque cada año Perú mejora pero hay bastantes diferencias.

De Italia, las experiencias de esta joven peruana se viven ahora en Bristol, en el Reino Unido:

Mi recorrido es la voluntad de mejorarse a sí mismo. El empeño de decir, ‘esto lo puedo hacer por mí misma, sin necesidad de apoyo familiar, económico o moral’. Hay momentos en los que, naturalmente, como ser humano, pienso ‘no lo puedo hacer, no tengo las capacidades’. Sin embargo, al final le doy vueltas y me digo: ‘si todo el mundo lo hace yo también puedo’.

Ese esfuerzo de mejora constante impulsó a Cynthia a dejar Italia y a su familia para a aprender inglés. Su objetivo es educarse, no solamente de modo profesional para la carrera que hizo en Relaciones Internacionales, sino también como futura madre:

Hay que pensar también en el futuro. Yo me veo con familia, con hijos. Es por esto que intento mejorarme a mí misma para poder ser un modelo. Si antes solo podía tener rabia por la marcha de mi madre hacía otro país, ahora lo veo claro. Soy consciente del porqué y el para qué. Sé que yo también lo haría. Por mis hijos.

Cynthia hace dialogar también los modos de hacer familia que vienen de las culuras que forman parte de su identidad actual y reflexiona sobre los modos de relacionarse y de hacer familia:

En Sudamérica hay generaciones diferentes que conviven y avanzan. Veo allí cosas que no he sentido fuera. En Latinoamérica veo más unión en la familia. O la humildad que allá va ligada a la dependencia, cosa contraria a Italia, donde se hace vida familiar de forma más independiente. Hay más egoísmo también”.

Aunque Cyntia Ramos ya no tiene amigos en Perú no se desliga de su país de origen, y se mantiene informada a través de su familia y de medios como Marca Perú, Perú 21, y el diario El Comercio. Sin embargo, sostiene con claridad que su vuelta a Perú no sería sino una visita, en particular por las convenciones sociales que existen con la posición de las mujeres:

Pienso que no me acostumbraría de nuevo. Mis primos son muy posesivos, son machistas, la mujer debe estar en casa. Pero para mí eso ya no existe más. No quiero recuperar eso. Las veces que estuve de visita nunca pude ir al centro sola. Siempre tenía un hombre a mi lado. Para mí eso ahora es imposible, sencillamente no lo veo.

Y sin embargo, el futuro tampoco parece verse en el Reino Unido:

Aquí la vida no es que sea dura, pero muchas veces tienes que saber inglés perfecto para poder avanzar y eso dificulta todo. Para mí ya es muy difícil conjugar la parte de tener dos lenguas, dos países. Escribo en italiano pero pienso en español. Cuando alguien se distancia de una cotidianidad percibe con más claridad como las cosas cambian. Veo como el Perú avanza, pero soy consciente de la falta de herramientas que tiene, le faltan las oportunidades que Europa tiene. Sin embargo, sea como sea, cada país tiene un proceso diferente.

 

 

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