Vacaciones en Burkina Faso: Días Libres y Buenos Viajes

Para los extranjeros que viven y bloguean en Burkina Faso, el agrupamiento de este año de las fiestas cristianas y musulmanas no sólo proporcionó un número incontable de días libres, sino que también dio la oportunidad a la gente de hacer algunos buenos viajes.

Charlie de Blooming Desert intentó sacar el máximo provecho a ambos mundos: viajando al Reino Unido para la boda de una amiga antes de Navidad, antes de coger un avión de vuelta a Burkina Faso para llegar a tiempo a acoger a 50 invitados en una cena de Nochebuena. Sin embargo, incluso los planes mejor preparados a veces fallan. El segundo tramo de su vuelo tuvo sobreventa, y Charlie fue mandada de improviso con un grupo de pasajeros a Togo, donde pasó la fiesta:

Claro, cuando te quedas colgada con cuatro extraños en un país extranjero durante dos días no puedes evitar preguntarte si Dios tiene un propósito más grande en mente. Ciertamente éramos un grupo curioso – una pandilla poco probable que comprendía un hombre de negocios burkinabés que vive en Norwich, un musulmán volviendo de La Meca, un mochilero francés y un líder religioso musulmán que explora mezquitas por Burkina Faso. Todos fueron muy agradables y nos llevamos extraordinariamente bien, unidos por nuestra desgracia e intercambiando tarjetas de visita y direcciones de correo electrónico al final de nuestro suplicio.

Burkinamom y su familia se quedaron en Ouagadougou durante las fiestas, pero se vio en la necesidad de negociar algunas barreras culturales para celebrar la Nochevieja en un restaurante local. Estas barreras no las levantaron los locales, sino otros extranjeros:

Habíamos llegado tarde a la reunión y los demás (una multitud de misioneros todos americanos) habían decidido segregar los asientos. Todas las mujeres estaban en una punta de la mesa y los hombres en la punta opuesta. El centro estaba ocupado por un montón de niños pequeños. Después de echarle un vistazo a la mesa, JP me lanzó una mirada de profundo sufrimiento. Es antropólogo y sabe que las culturas extranjeras tienen sus propias costumbres, pero concretamente ésta la encuentra particularmente penosa. Se sentó entre los hombres y lo intentaron integrar en la conversación con perlas como “¿Cuál es tu deporte de invierno favorito?” y “¿Dónde serán los próximos Juegos Olímpicos?” Pues bien, a mi marido le encanta charlar sobre política, filosofía, actualidad… cualquier cosa EXCEPTO deportes. Vi que tenía que hacer algo. De alguna manera conseguí convencer a las otras mujeres de que los niños estarían más contentos en su propia mesa y que los campos XX y XY se podían combinar.

Para Girl Raised in the South, la Nochebuena se convirtió en la historia de dos fiestas. La primera tuvo lugar en el bar local de su pueblo donde empezó a entrar en el Nuevo Año a lo grande con un montón de chicos jóvenes bailando hasta no poder más. Poco después, sin embargo, los jóvenes fueron acompañados hacia afuera para dejar sitio a los adultos que querían bailar. Después de volver a casa, fue convocada a la casa del Prefet, el gobernador regional, para celebrarlo con la “élite” de la ciudad, de la cual rápidamente se dio cuenta que no sabían como hacer una fiesta:

Después de eso el Prefet se levantó y nos dio un conmovedor discurso diciendo a todo el mundo que los “funcionnaires” (esto es, gente rica… comparada con el resto de la gente en el pueblo) tienen que mantenerse unidos, y hacer fiestas de este tipo más a menudo. No pude evitar sentirme un poco elitista… mientras estábamos teniendo esta velada reservada, se podía oír el estruendo de la música y el griterío de los villageois. Si hubiera podido escoger, seguramente habría escogido a los villageois/gente común.

Para los blogueros que salieron del país, las costas y bosques de Ghana fueron los destinos más populares. Sin embargo, como Ex Africa señala, puede que los viajeros de Burkina Faso encuentren un mundo diferente en Ghana, pero eso no siempre significa que sea un mundo mejor:

Ghana es definitivamente un lugar lleno de atracciones interesantes, con sus estupendas junglas y selvas tropicales, buen número de animales silvestres, bellas playas, y más gente estupenda y cultura del África occidental… Fue un lugar tan genial. Pero el viaje. Ahora me doy cuenta que en realidad Burkina Faso tiene uno de los mejores sistemas de transportes del África Occidental.

Becca Faso disfrutó de un buen viaje por el río Butri de Ghana:

…[N]os subimos a un tronco hueco/canoa y remamos río abajo. Fue genial. Estábamos rodeados de montañas y de bosques manglares a cada lado – lo que mola bastante si eres un apasionado en biología. Había bonitos pájaros y peces de fango y cangrejos. Entonces, cuando estábamos por volver, el tipo nos preguntó si queríamos ver dónde hacen el vino de palma. “Faltaría más, ¡claro que queremos verlo!” Me sentí como Okonkwo en Todo se desmorona de Chinua Achebe mientras parábamos en un hueco del bosque de manglares y seguíamos un sendero por la jungla hacia la fábrica de vino de palma del tipo. Fue bastante bueno. Simplemente quitan el floema de la palmera y lo fermentan en barriles. El tipo también agarra el vino de palma y lo destila en un licor que sabe a etanol. Puaj. Tomé un sorbo y perdí una parte sustancial de mis células cerebrales. Nunca las recuperaré.

Para los que viven fuera durante un cierto tiempo, viajar a otro país extranjero puede ser una lección de humildad. No sólo porque la cultura es diferente, sino porque tus conocimientos locales adquiridos a duras penas ya no son adecuados. Como el resto de la gente, también los expatriados pueden convertirse en turistas. De Jill and Marcus in Burkina Faso:

En contraste con los pesados vendedores burkinabeses, que te meten agresivamente en la cara sus postales y cajitas de cuero y que caminan a tu lado hasta que se cansan, a menudo siseando “racista” mientras lo hacen, los vendedores egipcios son más zalameros. Realmente zalameros. En nuestra primera salida nosotros, los listos voluntarios de Peace Corps, picamos al anzuelo de un timo clásico –un tipo encantador nos desvió del Museo Egipcio hacia adonde nos dirigíamos diciéndonos que estaba cerrado, y nos atrajo hacia la tienda de papiros de su amigo. Entonces su amigo consiguió vendernos unos cuantos cuadros haciéndose aún más encantador, MUCHO más, y culminó diciendo que nos daba “un precio especial” porque me parecía a su hija. Aunque sabíamos que nos estaban timando, los tipos haciéndolo eran tan increíblemente amables, que nos supo mal intentar escapar. Pues bien, eso es un buen timo.

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