¿El terrorismo regional llegó a Bahréin?

Mientras la tensión sectaria se expande por Irak y Siria, Bahréin ha estado mostrando algunos síntomas de que el conflicto está tocando a su puerta, lo que se refleja en las respuestas oficiales ambiguas y el aumento del miedo en la población.

Las informaciones de que el acérrimo clérigo saudita suní Mohammed Al-Arifi visitaría Bahréin el 8 de julio de 2014, no hizo sino agravar la situación. El clérigo, quien fue vetado de ingresar al Reino Unido por sospechas de que habría reclutado a yihadistas en Siria, realizaría eventos dirigidos a los jóvenes musulmanes de Bahréin. Esto ha levantado controversia entre los usuarios de Twitter, quienes llamaron a cancelar la visita de Al-Arifi, especialmente por llamar apóstatas a los fieles chiíes, los cuales constituyen la mayoría de la población de Bahréin.

Desde hace mucho tiempo, Bahréin ha recibido críticas por lo que algunos consideran políticas muy próximas al apartheid. Ni siquiera las protestas populares del 2011 ayudaron a poner fin a tales prácticas sino que solo contribuyeron a endurecer la discriminación contra la mayoría de la población chií por parte de la minoría suní gobernante. Mientras la tensión sectaria aumenta en Irak y Siria, los bahreiníes temen que esta ola llegue a su país, ya que los yihadistas reclutados en Bahréin han estado involucrados en el conflicto armado de Siria, pudiendo incluso haber regresado, según señala una declaración oficial del Ministro del Interior de Bahréin.

Bajo estas circunstancias, una visita del acérrimo clérigo, conocido por avivar las llamas del sectarismo, no es vista con buenos ojos en un país ya colmado de tensión.

La abogada Fatima Al Hawaj, quien cuenta con más de 48 mil seguidores, tuiteó:

Instamos al Ministerio del Interior a prohibir la entrada a Bahréin de Al-Arifi para que no incite a la gente a participar en la Yihad en Siria e Irak. Su mentalidad es igual a la de ISIS y no necesitamos más incertidumbre en Bahréin.

El activista de derechos humanos Said Yousif Al Muhafda tuiteó a sus más de 99 mil seguidores:

Los usuarios de Twitter de Bahréin expresan su rechazo por permitir que el instigador del terrorismo Mohammed Al-Arifi de sus discursos incitadores en Bahréin con la etiqueta #Al-Arifi no es bienvenido en Bahréin.

En tanto, Abbas Al Jamry les dice a sus 2.000 seguidores:

El criminal Al-Arifi hará crecer el extremismo en Busaitín y Riffa. El país es pequeño y no puede soportar más fuego.

El 4 de julio, el jefe de seguridad pública Tariq Alhassan publicó un comunicado oficial llamando a los padres a supervisar a sus hijos y a aconsejarles no participar en grupos o conflictos terroristas.

The Chief also warned against joining extremist religious groups or any group that is classified as a terrorist organization.

El Jefe también aconsejó no unirse a grupos religiosos extremistas o a cualquier grupo clasificado como organización terrorista.

Sin embargo, anteriormente había tuiteado lo siguiente:

Umar ibn al-Jattab (tercer califá) dijo: No se derrota a los enemigos con números ni con armas, sino con la religión, pero si tus pecados se les equiparan, entonces triunfará el más fuerte.

El logo grabado en la bala es del movimiento yihadista Al-Shabaab Al-Mujahideen de Somalia, y ha sido utilizado recientemente por ISIS en su bandera, al igual que los logos de otros grupos terroristas desde el año 2000.

La misma bandera ha aparecido en todo Bahréin después de los avances de ISIS en Irak.

La usuaria de Twitter @ZainabAtteya compartió con sus 19 mil seguidores lo siguiente:

Durante el período de ley marcial, a uno le podían encarcelar por mostrar la bandera de Bahréin en su automóvil porque se le considera terrorismo, hoy la bandera de ISIS pasa desapercibida.

Por su parte, Yosuif Alkhaja compartió esta imagen del logo en un graffiti pintado en una escuela de Bahréin.:

Buen día, Ministro del Interior.
El logo está en el muro de una escuela en Muharraq.
¿Acaso esto no será considerado violación de propiedad?

En el pasado, se han izado en Bahréin otras banderas similares, alarmando a muchos sobre el peligro de que Al Qaeda se volviera una amenaza para Bahréin. Esto porque las políticas de «cuasi-apartheid» serían el caldo de cultivo perfecto para el extremismo, especialmente en momentos en que toda la atención está puesta sobre las severas medidas aplicadas sobre la disidencia contra el régimen.

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