Cómo influye el contexto social y político en las copas del mundo en América Latina

EstadioOlímpico

Estadio Olímpico de la Ciudad de México, sede de la Copa del Mundo 1970 y 1986. Imagen en Flickr del usuario djmfuentes (CC BY-NC 2.0).

En este artículo, seguimos con el análisis de la relación entre copas del mundo y descontento social, pasamos a ver algunos casos concretos. Ver la primera parte acá.

México 1986
En el blog de periódico El Universal se recuerdan los abucheos que Miguel de la Madrid, entonces presidente de México, recibió durante el acto inaugural del Mundial en 1986. El discurso del mandatario fue opacado por los más de 90.000 espectadores que mostraron su descontento de albergar un campeonato deportivo de tal magnitud apenas ocho meses después del terremoto que había azotado al país el 19 de septiembre de 1985.

México fue encargado de organizar el Mundial de 1986 luego de que Colombia renunciara a ser anfitrión en 1982 por no poder cumplir con las exigencias de la FIFA. Fue así que Rafael Castillo, presidente de la Federación Mexicana de Fútbol en aquellos años, señaló que los estadios mexicanos “sólo necesitaban una brocha y un bote de pintura”, 16 años después de la organización del Mundial de 1970.

Chile 1962
En 1956, la FIFA convocó un congreso para designar al país que se encargaría de la organización de la Copa del Mundo 1962, ocasión en la que Chile y Argentina presentaron sus candidaturas. Reconociendo la escasez de recursos e infraestructura, el entonces dirigente deportivo chileno Carlos Dittborn presentó un brillante discurso que le adjudicó a Chile la calidad de anfitrión, que cerró con la frase: “porque no tenemos nada queremos hacerlo todo”.

No obstante, al igual que en México, el mundial de Chile se vio amenazado pues el país había sido azotado dos años antes por el terremoto más fuerte de la historia. La crisis en la que se encontraba Chile fue comentada en ese entonces por medios internacionales, donde destaca la crítica realizada por Antonio Ghirelli y Corrado Pizzinibelli para el diario “Il Resti del Carlino”, reproducida por ESPN Magazine:

[Chile] Es el símbolo triste de uno de los países subdesarrollados del mundo y afligido por todos los males posibles: desnutrición, prostitución, analfabetismo, alcoholismo, miseria… Bajo estos aspectos Chile es terrible y Santiago su más doliente expresión, tan doliente que pierde en ello sus características de ciudad anónima”, criticó la publicación.

Uruguay 1930
La primera Copa del Mundo no estuvo libre de problemas debido al contexto social de la época. El país elegido como sede en ese entonces fue Uruguay como una forma de desviar la atención de Europa que aún en 1930 estaba enfrentando las consecuencias de la Primera Guerra Mundial. Además, la crisis de Wall Street de 1929 hizo peligrar la asistencia de los países europeos por el costo que del transporte. Según señala el artículo “En Uruguay 1930, comenzó la historia de la Copa del Mundo”, la situación se resolvió cuando el país anfitrión ofreció solventar los gastos de transporte y compensar a los equipos participantes, a lo que se sumaron los “esfuerzos” diplomáticos del entonces presidente de la FIFA, Jules Rimet. 

Sin embargo, según lo señalado en el blog del29alneobatillismo, Uruguay organizó el campeonato de fútbol en medio de un escenario social desfavorable, que comprendía la caída de la actividad comercial, devaluación de la moneda, desocupación y disminución de los salarios, factores que se vieron agravados por una crisis política interna que produjo un golpe de estado en 1933.

Los contextos sociales no han sido siempre favorables para los campeonatos de la FIFA que se han realizado en América Latina, dada la alta demanda económica que representa para el el país anfitrión realizar la Copa del Mundo. No obstante, esto no implica que el pueblo latinoamericano sea poco hospitalario, muy por el contrario. El quid del asunto está en que la población en general se resiste al hecho de ver cómo la pasión de multitudes se sobrepone a las necesidades de una nación. Aun así, la FIFA tomó la determinación de que para la próxima asignación de sedes deberá evitar aquellos países con movimientos sociales activos y altos niveles de desigualdad. Así lo expresó periodista deportivo chileno Francisco Sagredo (@panchosagredo) a través de la tribuna de la revista Qué pasa (@revistaQP):

Esto ocasionó cuestionamientos y reacciones en Twitter. Desde La Serena, al norte de Chile, el tuitero Roberto Peralta (@cahuescar) sentenció:

Típico Chileno (@juancarlostopo) plantea que ningún país está exento de movimientos sociales.

Aun así, según Sagredo, la FIFA habría considerado que tanto Rusia como Qatar no presentan inconvenientes. Pero independiente de los movimientos sociales, debe recalcarse la importancia de sacar lecciones de los hechos para evitar que la historia se repita. Ya lo dijo el político francés Camille See: «dicen que la historia se repite, lo cierto es que sus lecciones no se aprovechan».

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