Lástima por los pobres, o ¿Cuándo escucharemos buenas noticias?

CC BY AdamCohn

Expertos en comunicaciones de ONG danesas están comenzando a valorar imágenes como esta, pero aquellos encargados de recaudar fondos a menudo están estancados en un relato de dolor y desastre. Imagen por Adam Cohn (CC BY-NC-ND 2.0)

Lo has visto antes: un niño cubierto de harapos con la mirada vacía y moscas en los ojos; una madre abrazando un niño desnutrido con gesto de impotencia. Ver estas imágenes puede ser doloroso y puede inspirarnos a hacer algo, pero imágenes como esta sólo muestran un lado de la historia.

Los comunicadores siempre deben seleccionar un ángulo, por supuesto, y reconozco que las imágenes tristes son parte de la realidad. Pero ¿qué hay de la otra parte?, la que muestra recursos, potencial, desarrollo. En Latinoamérica, por ejemplo, hay más mujeres que hombres en las universidades. En África, la mortalidad infantil está decreciendo. Desde 1990, 2.1 mil millones de personas han logrado acceso al agua, y entre 1999 y 2011 el número de niñas que asisten a la escuela en Afganistán aumentó de 15,000 a 2.2 millones (Fuente: ONU).

Estas son cifras contundentes que cuentan historias bastante sorprendentes—pero ¿reciben tanta atención como aquellas que pintan escenas de dolor y desastre? No estoy diciendo que nuestra tarea está cumplida y que hemos alcanzado el codiciado objetivo de un mundo más justo y equitativo. Pero mi impresión es que muy rara vez se cuentan las historias verdaderamente constructivas o se muestran las imágenes positivas.

Dinamarca: Grandes Resultados, Poco Conocimiento

Cada año, DR, radiodifusión pública de Dinamarca [en], y una docena de ONG son los anfitriones de un evento a nivel nacional para recaudar fondos. El lema del show de este año fue «Cuando mamá no está», se concentró en los huérfanos y las fotografías de prensa [da] muestran a los anfitriones del show, a niños felices y a niños serios con ojos llorosos. Desde 2007, los daneses han invertido más de 500 millones de coronas danesas (90,5 millones de USD) en proyectos de desarrollo en África. Es mucho dinero y hace una diferencia. ¿Pero qué hay de las imágenes que reproducimos cada año de los países en desarrollo?: ¿no estaremos promocionando una imagen desigual de un Norte misericordioso y un afligido e indefenso Sur?

Dinamarca tiene una larga tradición de trabajo solidario, ayuda bilateral y multilateral ofrecida por expertos reconocidos y organizaciones que navegan el complejo campo del desarrollo. Por eso me molesta ver una imagen tan simplista proyectada por un evento de recaudación de fondos a nivel nacional: alguien necesita asistencia -> ayudemos -> hemos ayudado -> sintámonos bien. Valoro que el evento está haciendo un gran trabajo recaudando fondos—pero el relato subyacente debilita el propósito. Y la desafortunada verdad es que este tipo de relato está bastante difundido en todo el mundo.

Un reciente informe [da] producido por DANIDA [en], la Agencia para el Desarrollo Internacional de Dinamarca muestra que el 65% de los daneses apoyan la ayuda al desarrollo. Al mismo tiempo, el 64% cree que el número de personas que viven en la pobreza permanece igual desde hace veinte años y que a nivel mundial sólo 3 de cada 10 niños asisten a la escuela. En realidad, 9 de cada 10 niños van a la escuela y en los últimos veinte años la cantidad de personas que viven en la pobreza en el mundo ha disminuido a 700 millones. En pocas palabras, han habido grandes progresos en muchos frentes, pero aparentemente los daneses no han escuchado las noticias.

Buenas Noticias en Aumento

En 2010 se lanzó una iniciativa cuyo objetivo principal era comunicar los resultados positivos de los países en desarrollo, para crear conciencia entre los daneses y brindar un contrapeso a las numerosas historias de desastre en las noticias. Se llama World's Best News [da] (Mejores Noticias del Mundo) y usa los Objetivos de Desarrollo del Milenio [en] de la ONU como punto de partida. El proyecto fue iniciado por DANIDA y la ONU, con la colaboración de 90 ONGs danesas y 90 empresas. Una coalición bastante excepcional, con el objetivo no tan tradicional de difundir buenas noticias.

Nota importante: Trabajo para World's Best News y mi visión de esta iniciativa es, en consecuencia, sesgada, pero efectivamente tengo una observación para compartir: algo está sucediendo en el ambiente de las ONG. Más y más ONG se están contactando con World's Best News buscando consejos sobre cómo enmarcar sus comunicaciones y campañas de manera más constructiva. Y World's Best News no es el único jugador en el campo.

En 2012, el editor de noticias Ulrik Haagerup publicó un libro llamado «Noticias Constructivas: confrontando la visión mundial negativa de la prensa». Una obvia provocación para los medios. Haagerup señala el poder de la prensa y alienta a los periodistas a esgrimir ese poder con más cuidado y practicar el periodismo crítico de manera constructiva.

Un año antes, en 2011, una ex productora ejecutiva y periodista, Cathrine Gyldensted, publicó en línea su tesis de maestría [en] de la Universidad de Pensilvania. Su estudio muestra que, ambos, consumir y producir informes de noticias clásicos tienen un impacto emocional sustancialmente negativo en periodistas y sus lectores y que los informes positivos podrían ser la base de un gran cambio potencial en los medios de noticias. 

Otro hallazgo importante fue que demasiada negatividad genera apatía. Para lograr respuesta y reacción de los lectores, Gyldensted concluye, necesitamos mostrar una vía de salida, una solución posible—una chispa de esperanza. No significa que debemos irnos al extremo de crear sólo noticias positivas—eso, también, sería poco digno de confianza—sino presentar noticias con matices, equilibradas y constructivas.  

Esto me lleva de nuevo al mundo de las ONG. Los departamentos de comunicaciones de las ONG danesas están mostrando cada vez más interés en la comunicación constructiva, pero los que recaudan fondos, en general, no tanto.

Una amiga que se dedica a recaudar fondos me contó lo que los números le indican: ellos recolectan más dinero con avisos que muestran a niños en harapos que con avisos en los que los protagonistas están mejor vestidos. Sin embargo, si creyéramos en los hallazgos de Gyldensted, demasiados harapos terminarán creando apatía y la apatía es improbable que genere donaciones a largo plazo. La esperanza, por el contrario, motiva a las personas.

Creo que es sólo cuestión de tiempo antes de que los lectores y donantes empiecen a valorar los relatos constructivos tanto como los comunicadores. Es una reacción en cadena—alguien tiene que ir adelante para poner en marcha el mecanismo.

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