¿Es la dimisión del líder indio anticorrupción Arvind Kejriwal un acierto o locura?

Delhi Chief Minister Arvind Kejriwal briefing the journalists. Image by Sarika Gulati. Copyright Demotix (21/1/2014)

Arvind Kejriwal informa a los periodistas. Imagen de Sarika Gulati. Copyright Demotix (21/01/2014).

Tras la insólita victoria del activista anticorrupción Arvind Kejriwal y su partido Aam Aadmi [en] (Partido del hombre común, abreviado como AAP) en las elecciones legislativas de Delhi [en] del pasado diciembre, con lo que se puso fin a los 15 años de gobierno del Congreso Nacional Indio, Kejriwal dimitió [en] como ministro principal tras apenas 49 días en el puesto. 

Mientras la capital india espera el nombramiento de un nuevo presidente, se extienden las conjeturas sobre qué supondrá la dimisión de Kejriwal para las elecciones generales y cómo actuará el AAP en comparación con los principales partidos políticos existentes.

Hace unos años, algún gracioso decidió bautizar al hombre común de la India como el «hombre-mango». La lógica del apodo es clara. «Aam» en hindi significa «común», pero también puede significar «mango», en función del contexto. Actualmente, hombre-mango o gente-mango [en] ha entrado a formar parte de la jerga política popular del país para refererirse a la gente común de la India.

El partido del «hombre común» Arvind Kejriwal se llama Aam Aadmi Party.

Cuando el AAP consiguió el máximo número de votos en las elecciones de Delhi, la gente-mango de la India se sintió llena de júbilo. Sin embargo, la decisión de Arvind Kejriwal de renunciar al puesto [en] tomó a muchos por sorpresa y ha incitado un gran número de especulaciones. Su forma de gobernar era poco convencional y sus artimañas publicitarias, como su protesta de 33 horas contra el cuerpo policial de Delhi, le aseguraron una presencia constante en los noticiarios.

Kejriwal había declarado que renunciaría a su puesto si la Asamblea Legislativa de Delhi no aprobaba la ley anticorrupción «Lokpal», que supondría el nombramiento de un defensor del pueblo para la investigación de los casos de corrupción. Esta ley permitiría iniciar pesquisas oficiales en relación con denuncias de corrupción que implicasen a oficiales del Estado de alto rango. No obstante, cuando se presentó la propuesta de ley ante la Asamblea del Estado, la oposición se mostró totalmente en desacuerdo y no pudo aprobarse.

Kejriwal ha defendido su decisión diciendo que era una cuestión de principios, pero muchos de sus seguidores se han sentido decepcionados.

@ArvindKejriwal ya engañó al hombre común de Delhi y ahora Arvind Kejriwal quiere engañar al resto.

En Facebook y Twitter, varios ciudadanos que piensan que se trata de una rabieta de Kejriwal se han mostrado críticos y han compartido esta particular frase.

Arvind Kejriwal me recuerda a un niño de un campamento de verano que tiró el bate y dejó de jugar sólo porque le eliminaron en la primera bola.

En su carta de dimisión [en], Kejriwal acusó al partido Bharatiya Janata (BJP), con 32 representantes entre los 70 miembros de la Asamblea de Delhi, de haber conseguido el apoyo del multimillonario Mukesh Ambani. Hace poco, el AAP de Kejriwal presentó cargos por corrupción contra Ambani.

El ahora exministro principal asegura que si se hubiera aprobado la ley anticorrupción, más políticos habrían entrado en el punto de mira y que por eso los partidos de la oposición se habían asegurado de que la propuesta de ley no saliera de la Asamblea de Delhi. Puede que Kejriwal se haya ganado la fama de líder alborotador, pero para muchos, como Anand Pradhan, Kejriwal ha «mostrado el camino» hacia una política transparente:

¿Qué es más importante? ¿El compromiso por el poder o el sacrificio ante los conflictos? Kejriwal nos muestra el camino. Ahora falta saber cómo lo verá la gente.

Amrita Roy comentó en un post del blog Aparna Wanchoo in Youth Ki Awaaz:

Bueno, al menos se mantuvo fiel a sus palabras. Seguro que había problemas en relación con su gobierno de 49 días. Seguro que no sabía cómo manejar la anarquía del Parlamento. Pero se mantuvo fiel a lo que siempre había defendido. Es una de las pocas personas que predica con el ejemplo. Si no hubiera dimitido tras la votación contra la aprobación de la ley Lokpal, tanto el Congreso como el BJP lo habrían calificado de oportunista. Seguro que habrían dicho que Kejriwal sólo quería el poder de ser ministro principal y que por eso no dimitía a pesar de que se había rechazado su plan. Ahora que ha renunciado, ambos partidos dicen que es incapaz de gobernar. Lo habrían atacado de cualquiera de las formas. Sólo puede controlar si ser consecuente con sus palabras. Y es lo que ha hecho.

El acto de Kejriwal puede ser en realidad un movimiento estratégico eficaz en relación con las elecciones generales [en] de este año. El AAP ya ha anunciado a sus principales candidatos [en] para la Cámara Baja del Parlamento, el Lok Sabha.

La cuenta atrás para las elecciones de 2014 ya está en marcha y el AAP está sacando la artillería pesada en la escena política de la India. Guiándose por los ánimos, parece que la gente-mango de la India tiene una posibilidad real y están apoyando al único partido que, al menos, parece ser el más transparente de todos.

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