Hijo del fallecido dictador nigeriano Sani Abacha defiende el legado de su padre

Former First Lady Maryam Abacha receiving the Nigeria Centenary Award for her deceased husband from President Jonathan [Image by Reuben Abati. Used with permission.]

La ex primera dama Maryam Abacha recibiendo el Premio Centenario de Nigeria por su difunto marido (Sani Abacha) del presidente Jonathan [Imagen de Reuben Abati]

Nigeria celebró cien años desde que los colonialistas británicos unieron el norte y el sur en una sola nación en 1914. Como parte de las actividades para conmemorar el aniversario, el gobierno nigeriano honró a cien nigerianos con un Premio del Centenario [en].

Sin embargo, algunos nigerianos rechazaron el premio, entre los cuales destaca el catedrático Wole Soyinka, escritor y ganador del Premio Nobel de Literatura en 1986. Soyinka rechazó el premio debido a la inclusión en la lista de honores del general Sani Abacha, el fallecido dictador [en] de Nigeria, quien se cree robó entre tres y cinco mil millones de dólares [en] en cinco años.

En una carta publicada en el sitio de noticias Vanguard, titulada «La canonización del terror» [en], Soyinka describió a Abacha de este modo:

El general Sanni Abacha, un despiadado usurpador bajo cuya autoridad se extinguieron las vidas de un presidente electo y su esposa. Los asesinatos ─ incluso mediante bombas cínicamente atribuidas a la oposición – se convirtieron en rutina. Bajo ese gobernante, la tortura y otras formas de barbarie fueron consagradas como la norma de gobernanza. Para acorralar, nueve ciudadanos nigerianos, entre ellos el escritor y ecologista Ken Saro-wiwa, fueron ahorcados tras un juicio nauseabundo incluso bajo los estándares más primitivos de proceso judicial, y en desafío a la intervención del liderazgo mundial. Estamos hablando de un hombre que puso a esta nación en estado de sitio durante un implacable reino de terror, apenas diferente de los ataques actuales de Boko Haram [un grupo yihadista en el norte de Nigeria]. Es precisamente este psicópata que fue canonizado recientemente por el gobierno de Goodluck Jonathan, en conmemoración de los cien años de trauma nigeriano.

El escritor, dramaturgo y poeta rechazó el premio [en] con esta observación:

[…] un asesino y ladrón sin ninguna cualidad redentora conocido como Sanni Abacha, aquel cuyo botín todavía se busca por todo el mundo y se recupera poco a poco por consorcios internacionales ─ ¡A instancias de este mismo gobierno que considera oportuno ponerlo en el cuadro de honor de la nación! No se me ocurre nada más grotesco y burlón frente a la lucha de toda una vida por varios integrantes de esta lista, y sus servicios desinteresados ​​a la humanidad. Todo encaja. En esta nación de lectores de presagios la coincidencia no debería ser muy difícil de descifrar. Rechazo mi parte en este insulto nacional.

Sin embargo, el hijo del ex líder, Sadiq Abacha, escribió una apología en el diario en línea Daily Post, «Una conferencia/carta abierta al profesor Wole Soyinka» [en]:  

Late General Sani Abacha (Image by  AfricanSuccess and released to the Creative Common Licence)

El difunto general Sani Abacha. Imagen de AfricanSuccess y publicada bajo licencia de Creative Common

Aquí me encuentro defendiendo a mi padre 15 años después de su muerte, ya que algunos de ustedes no tienen a nadie más sobre quien abalanzarse, o más bien, han elegido a un muerto sobre quien abalanzarse una y otra vez, cuando tienen una gran variedad de contendientes. Un acto cobarde, creo. He oído referirse a usted como “un escritor común” últimamente y creo que una mente madura ahora estaría de acuerdo con tales referencias. Con el debido respeto, el país se enfrenta a un gran desafío, tenemos que aunar nuestros esfuerzos en lugar de enfrentarnos; nuestras naves colectivas deben navegar en la misma dirección, dejemos a los fantasmas de la discordia del pasado y afrontemos el futuro unidos con valentía; criticar el pasado no ayuda al presente ni define un camino hacia el futuro.

Sadiq Abacha dijo a Soyinka que su difunto padre merecía el premio:

¡Usted es un hombre culto, que tendría que deshacer todo su aprendizaje para desear a sabiendas deshacer todos estos logros! Seré el primero en proclamar que el liderazgo de mi padre no fue perfecto ni libre de manchas, eso no existe, tal vez en la utopía, pero no aquí en la tierra, así que vamos a mantener nuestro discurso ubicado en la esfera de la realidad, por favor; se merece el premio y no hizo campaña por él, déjelo pasar, señor…y permita que Nigeria, al menos, disfrute de nuestra supervivencia y resistencia, de nuestra creciente prosperidad y desarrollo en estos tiempos difíciles.

La carta de Abacha a Soyinka precipitó una tormenta en la blogosfera y tuitosfera de Nigeria. El bloguero Ayo Sogunro respondió en «A Sadiq Abacha – en nombre de Wole Soyinka» [en]:

Estimado Sadiq Abacha, 

[…] 

Su carta comenzó con principios lógicos, lo cual es una espléndida base común para nosotros. Por eso, vayamos a los hechos: el general Sani Abacha fue un dictador. Llegó al poder y lo ejerció durante cinco años de una manera sin precedentes hasta entonces en la historia de Nigeria. Hechos: incómodos para su familia, pero sin embargo ciertos.

Ahora, en cuanto a mis interpretaciones personales: entre 1993 y 1998, ambos inclusive, cuando su papá estaba en el poder, yo era un muchacho de 9 a 14 años y muy capaz de hacer observaciones sobre mi entorno político y cultural. Aquellos años fueron los peores años de mi vida material como ciudadano nigeriano. Éstos son algunos recuerdos: recuerdo despertar varias mañanas para raspar el serrín de los talleres de carpintería, cargando las bolsas desde muy lejos hasta casa, para poder encender nuestras «cocinas de Abacha», porque el queroseno no era asequible — bajo su padre. Recuerdo acurrucarme al amparo de la oscuridad, con la familia y los vecinos, escuchando emisoras de radio — prohibidas por su padre. Recuerdo a mi maestro de la escuela pública explicándonos el gobierno constitucional en tono de disculpa y con temor ─ porque la libertad de expresión era un crimen bajo el gobierno de su padre. Por encima de todo, recuerdo cómo la noticia de la muerte de su padre me condujo ─ y a mis colegas en la escuela ─ a un entusiasmo salvaje, y nos echamos a la calle en una celebración delirante. Nadie nos animó, pero incluso como niños de 13 y 14 años, entendíamos el vínculo entre la muerte de Abacha y la esperanza de libertad para el hombre común.

Muchos usuarios de Twitter expresaron su vehemencia en contra de la carta de Abacha a Soyinka:

Estaba de acuerdo con Sadiq Abacha en lo relativo a esas leyes, pero dejé de apoyarlo cuando intentó alabar a su papá. Esas leyes sin embargo…

El escritor nigeriano Tunde Leye escribió: 

Sobre la respuesta de Sadiq Abacha. Si le preguntas a Eva Braun, Hitler era un dulce amante. Si le preguntas a los supervivientes del Holocausto, sin embargo…

El comentarista público Chimabiala hizo una pregunta a Abacha:

¿Sabes cuántos padres y madres de gente murieron como resultado del reino de terror de tu padre? Creo que Sadiq Abacha está drogado

Area_Boy criticó la lógica de Abacha:

Sadiq Abacha nunca debería haber intentado desplegar las 3 leyes clásicas del pensamiento como empuñadura para su diatriba, es simplemente increíble.

Sin embargo, algunos expresaron su apoyo a Abacha. Por ejemplo, el abogado Uzoril dijo: 

Ese artículo de Sadiq Abacha explicó con claridad algunos puntos destacados. Discrepa todo lo que quieras, el chico dijo la verdad.

Abigail, maestra y escritora, preguntó:  

Pero la pregunta es: tanto si es el hijo de un dictador como si no, ¿planteó algún argumento válido?

Es un deber filial, dijo Pierre:  

Acabo de leer la carta de Sadiq Abacha… está bien defender tu sangre, sin importar los crímenes

Oluwatony Adepoxy, ingeniero y comentarista social, hace referencia al debate sobre el asunto en Twitter:

Espero que Sadiq Abacha no esté en Twitter. Jaja

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