El Caribe pondera el legado de Nelson Mandela

Luego de varios días desde el anuncio de la muerte de Nelson Mandela, los bloggers del Caribe tuvieron el tiempo para procesar sus ideas sobre su vida y legado.

El Caribbean Book Blog [en], de Santa Lucía, notó que la isla se unió a la comunidad internacional «para celebrar la vida de uno de los líderes más amados y venerados»:

Entre las muchas virtudes por las que Nelson Mandela será recordado se encuentra el modo en el que fue capaz de trascender la política, razas y clases, y reposicionarse a sí mismo en el rol de anciano sabio y padre simbólico de todo el mundo, incluso otros líderes políticos y jefes de estado…

Nelson Mandela, photo by Festival Karsh Ottawa

Nelson Mandela, foto del Festival Karsh Ottawa

El post recuerda [en] la visita de Mandela a Santa Lucía en 1998, para participar de la 19no Encuentro de la Conferencia de Jefes de Estado de la Comunidad del Caribe:

La humildad, gracia y carisma de Mandela eran evidentes… Durante la visita, participó de un rally de jóvenes realizado en su honor. Con su típico estilo cálido y afectuoso encantó a los jóvenes y los abrazaba mientras venían a su encuentro. Desestimando el protocolo, se reía y bailaba con ellos. Luego les ofreció unas palabras inspiradoras de sabiduría y los alentó a utilizar la educación como una herramienta para convertirse en líderes. Les rogó que no se dejasen desalentar por la pobreza.

El blog también reiteró [en] el acuerdo de Mandela con la noción de que CARICOM [en] estuvo al frente de la lucha contra el apartheid; finalizó citando las palabras de Mandela a la gente de Santa Lucía, al partir:

‘Santa Lucía es uno de los lugares más hermosos que he visitado. Su belleza es deslumbrante. Sé que algún día, dentro de mucho tiempo, moriré, pero visitar Santa Lucía parece garantizarme que tomará cierto tiempo antes de que la muerte prevalezca sobre mi.’
Él pronunció esas palabras con toda seriedad. Quince años después, parecen ser bastante proféticas. 

El blogger de la diaspora jamaiquina Can a Jamaican Take Cali? [en] dice que el ejemplo de Mandela ayudó a moldear su propia vida:

Recuerdo vívidamente estar caminando alrededor de mi casa cantando ‘Libérelos Presidente Botha’, la canción que me enseñaron cuando niño como parte de la ‘lucha contra el apartheid’. En un breve racconto, Botha fue el líder de Sudáfrica en los '80 y su gobierno llevó a cabo una brutal mano dura con Mandela, sus hermanos de la ANC y con la gente de color en general. Siempre me fastidió que Botha pudiera vivir su vida sin haber ido a prisión jamás – Siempre creí que debió haber muerto en prisión, tal como muchos temimos que podría haber sucedido con Mandela. Hasta donde sé, Botha nunca se disculpó por el apartheid, lo cual encuentro dificil de digerir, pero si Mandela pudo perdonarlo… tal vez yo deba también.

También estaba esperanzado [en] por que más jóvenes puedan aprender sobre la lucha de Mandela: 

Nelson Mandela siempre me pareció un hombre equilibrado, gentil y con fuerza de caracter, lamentablemente creo que no muchos jóvenes de hoy sepan quién es y lo honren y respeten lo suficiente. Afortunadamente su muerte, como buena parte de su vida, renovarán en la juventud de color un sentido del propósito, un sentido de orgullo interior y quizás un momento de profunda reflexión.

Mandela statue outside Drakenstein prison, in silhouette; photo by HelenSTB

Silueta de la estatua de Mandela en el exterior de la prisión Drakenstein; foto de HelenSTB

La sincronicidad de honrar a Mandela en ocasión del Día Mundial de los Derechos Humanos [en] no fue pasada por alto por el blogger literario jamaiquino Geoffrey Philp, mientras que Breezeblog, de Bermuda, elogió a Mandera por enseñar con el ejemplo [en]:

Si tu o yo fuésemos encarcelados injustamente por 27 años, en gran parte en aislamiento solitario como ocurrió con Nelson Mandela, probablemente nos hubiésemos amargado y buscado venganza con sus responsables.

En el Reino Unido a finales de los '70, mientras estaba en mi adolescencia y primeros 20s, muchos de mi generación estaban furiosos por esa injusticia y los males del sistema de apartheid del gobierno sudafricano. De hecho, en ese tiempo cuando el partido de derecha Frente Nacional estaba en su apogeo, estábamos bastante alterados por el racismo en general. Si no estábamos en una marcha o concierto por la liberación de Mandela, estábamos en un rally anti-racismo o en una liga anti-nazi. Nosotros vilipendiamos a esos hombres de negocios y deportistas que desoyeron las sanciones del gobierno y fueron a Sudáfrica.

Pero si hubiésemos creído que un día, Nelson Mandela iba a ser liberado, no creo que ninguno de nosotros hubiera predicho que se iba a convertir en el primer presidente de color en el país, y que en lugar de encabezar la ANC en una sangrienta retribución en contra de sus opresores, iba a liderar una increíble y valiente reconciliación que ayudó a sanar a una nación amargamente dividida y evitar una casi cierta guerra civil.

Nelson Mandela ya era mi héroe incluso antes de dejar la prisión. Su dignidad y humildad luego de su liberación hicieron de él, para mis ojos y los de millones de otras personas, el ser humano más grande de nuestra era, cuyos ideales e integridad pusieron en verguenza a todo otro estadista.

De un modo interesante, el post también exploró otras opiniones [en]:

Había otros sudafricanos que veían a Madiba de un modo distinto, como encontré cuando finalmente visité el país en 2010 para la Copa del Mundo… En lo que respecta a Frankie, la dura mujer blanca que estaba a cargo de la casa de invitado donde me alojé, en las afueras de Johannesburgo, Mandela era todavía un ‘maldito terrorista’. Criada en una familia racista y habiendo sido asaltada en su propia casa por criminales de color, Frankie temía y desconfiaba de toda la gente de color, veía al gobierno de la ANC como una banda de corruptos y creía que Sudáfrica se estaba yendo al tacho.

El blogger, Chris Gibbons, fue cuidadoso al señalar que:

La Nación Arcoiris de Mandela es un país increíblemente complejo donde las divisiones tribales y raciales llevarán generaciones para ser curadas, si es que lo hacen, y la brecha entre los suburbios ricos y la pobreza extrema de los municipios sigue siendo increíblemente vasta.

Pero lo que hizo Mandela fue iniciar a Sudáfrica en ese recorrido, ofrecerle esperanzas donde no existían y mostrar que trabajando juntos y poniendo a un lado las diferencias, la gente puede alcanzar cosas realmente destacables.

Otro blogger de Bermudas, Catch a Fire [en], sintió que:

El mejor modo de honrar a Mandela – el mito si no el hombre- es renovar el mandato de construir un mundo mejor y lanzar una segunda lucha de liberación.

Esta próxima lucha de liberación es tan relevante para Bermuda, el Caribe y todo el resto del mundo, como lo es para Sudáfrica.

Esta segunda lucha de liberación debe sobreponerse al racismo encubierto y estructural, que todavía acecha nuestras tierras, e incluso a nivel global; también debe ser una lucha contra el colonialismo mental, de mentes coloniales.

Aún más, esta segunda lucha de liberación debe ser en contra del sistema socioeconómico – capitalismo – que amenaza con condenar a generaciones y poblaciones enteras al basurero, que se desarrolla con la guerra y envenena nuestro planeta, todo en pos de las ganancias económicas y no en pos de la realización del postencial del ser humano.

Nelson Mandela sculpture by Marco Cianfanelli; photo by Fr Lawrence Lew, O.P.

Escultura de Nelson Mandela por Marco Cianfanelli; foto de Fr Lawrence Lew, O.P.

Ivan Garcia [en] ofreció una perspectiva desde Cuba:

Madiba deja como legado una clase maestra sobre cómo hacer política en tiempos difíciles.

El estatista actual debe tomar nota. Mandela no era perfecto. Fue señalado como comunista y revoltoso, hasta 2008 el FBI lo tuvo en su lista de ‘terroristas’. Pero sabía cómo maniobrar en las turbulentas aguas de una nación donde el racismo de estado permanecía, en las intrigas de su partido, el Congreso Nacional Africano, y cómo alcanzar el milagro de la unidad nacional en Sudáfrica. 

Este proyecto colosal comenzó en prisión. Desde una celda en la Prisión Robben, donde estuvo detrás de los barrotes por 27 años, hasta 1994 cuando Madiba se convirtió en presidente, entendió que en condiciones de fragilidad política, su misión era asegurarse de que todo el mundo se viese representado en el primer gobierno democrático del país.

Fue un presidente para todos los sudafricanos.

En sus cinco años de mandato, Mandela dio prueba de sus magníficas políticas. Su ética, honestidad y transparencia fueron su sello distintivo. Mantenía buenas relaciones con todos, sin comprometer su perspectiva política. Un hombre diplomático y respetuoso con el otro.

Su gran amigo en América, Fidel Castro retirado del poder, también podría aprender algunas lecciones sobre transparencia de la conducta de Mandela.

El post comparó, luego, a ambos líderes [en]:

Nadie puede negar la amistad sincera que unía a Castro con Madiba. Pero ambos estadistas no se parecían en nada en sus métodos para alcanzar la armonía nacional. Si Fidel Castro hubiera sido Nelson Mandela, tiempo atrás se hubiera sentado a negociar con sus oponentes políticos.

Primero, se hubiera entrevistado con los disidentes. Luego con la Casa Blanca. Si Mandela hubiese sido Castro, el embargo sería historia antigua. La habilidad de Mandela – para adaptarse a los tiempos cambiantes y convivir con las reglas democráticas – es algo que el expresidente cubano no tiene.

En Cuba hubiésemos necesitado a Nelson Mandela.

El blog de la diáspora Capitol Hill Cubans coincidió [eng] en que, a pesar de la amistad entre ambos, «Fidel Casto es la antítesis de todo lo que Mandela representa»:

Castro encabeza, él mismo, un régimen antidemocrático y racista.

Sin embargo, para disgusto de Castro, luego de ser democráticamente elegido como presidente de Sudáfrica, Mandela rechazó todo por lo que Castro había luchado.

Mandela pudo haber tomado el camino de Castro o del zimbabuense Robert Mugabe. Pudo haberse convertido en el lider eterno, confiscado las vastas riquezas de la nación y volverlas su propio feudo.

Sin embargo, Mandela eligió el camino de los derechos humanos, el libre mercado y la democracia representativa. Aún más, se negó a ser reelecto.

No hay mayor prueba para un hombre que detentar el poder.

Los bloggers haitianos se llenaron de devoción por Mandela. Le Coin de Pierre [fr] lo comparó con Toussaint Louverture:

Ils ont eu le même idéal de liberté et d'émancipation de l'homme noir.

Tuvieron el mismo ideal de libertad y de emancipación del hombre de color.

HaitiRozo [en] llamó a Mandela el lider que «unió al mundo» y The Haitian Blogger [en] publicó un poema que instaba a los lectores a recordar a Mandela tal como fue, ya que la lucha aún continúa.

La blogger de Trinidad en la diáspora, Afrobella, escribió un post lleno de esperanzas [en], estructurado en torno a algunas de las más famosas frases de Mandela, que sugería modos en los que todos podemos vivir una vida más similar a la de Nelson Mandela:

Perdimos a uno de los más grandes. Perdimos a un hombre que cambió el mundo. Perdimos a uno de los seres vivos más icónicos, un símbolo viviente de libertad, esperanza y poder de cambio. El peso de su pérdida no puede ser minimizado.

Era un agitador para la paz [en]. Alcanzó tanto e inspiró a tantos. Ahora que ya no está, sólo podemos rezar para que descanse en paz, y que el legado de su vida continúe siendo de inspiración, grandeza e igualdad para todos.

Con la reciente muerte de Nelson Mandela, no puedo sino considerar los modos en que podemos estar a la altura de semejante legado. Los zapatos de Mandela son muy grandes, y puedes preguntarte qué puede hacer una persona común para llenarlos. Yo digo, mide tu vida en términos de tus intenciones y constancia, y celebra el legado de Mandela manifestándote por lo correcto, enseñando con el ejemplo y apegándote a tus ideales.

Inicia la conversación

Autores, por favor Conectarse »

Guías

  • Por favor, trata a los demás con respeto. No se aprobarán los comentarios que contengan ofensas, groserías y ataque personales.