Un cardenal católico australiano es el centro de un escándalo por abuso sexual infantil

Este artículo sobre Derechos Humanos es parte del Blog Action Day [en] el 16 de octubre de 2013.  

Dos hermanas fueron violadas en repetidas ocasiones por su párroco en una escuela primaria de Australia. Luego de un tiempo una de ellas se suicidó. La otra se convirtió en una bebedora compulsiva y sufre una discapacidad como consecuencia de haber sido atropellada por un automóvil. Sus padres reclaman leyes que obliguen a la Iglesia Católica a cuidar de las víctimas como corresponde. Su madre contó la historia en su libro Hell On The Way To Heaven [en] (El infierno en el camino al cielo).

Ahora, desde que se publicó el libro en 2010, se ven al fin las primeras acciones al respecto. El gobierno de Australia ha iniciado tres investigaciones relacionadas a las respuestas institucionales al abuso sexual de menores.

Como se informó en el Clerical Whispers [en] en mayo de 2013, la investigación de Nueva Gales del Sur se inició luego de que la policía fuera alertada por Peter Fox, un Detective e Inspector Jefe, quien acusó a la Iglesia Católica de encubrimiento en la región de Hunter Valley.

En el estado de Victoria, el Comité de Desarrollo de la Familia y la Comunidad [en] del parlamento tiene la tarea de informar:

… los procesos a través de los cuales las organizaciones religiosas así como también otras organizaciones no gubernamentales responden al abuso criminal de menores cometido por miembros de su personal

El comité se creó luego de que las autoridades católicas reconocieran los cuarenta casos de suicidio entre las 620 víctimas de abuso sexual infantil cometido por su clero. Dicho comité debe entregar sus informes en noviembre de 2013 . 

Julia Gillard, primera ministro en 2012, creó la Comisión Real sobre Respuestas Institucionales al Abuso Sexual Infantil [en] en el mismo año. La comisión examina:

… cómo las instituciones con responsabilidad sobre niños han accionado y respondido a acusaciones y casos de abuso sexual infantil.

…cualquier organización privada, pública o no gubernamental que esté, o haya estado en el pasado, involucrada con niños, incluyendo agencias gubernamentales, escuelas, clubes deportivos, orfanatos, hogares de guarda y organizaciones religiosas. 

A pesar del amplio alcance de las referencias, la Iglesia Católica recibió el mayor impacto de las críticas del público hasta el momento. En particular, el arzobispo de Sydney, el cardenal George Pell, ha sido el centro de la controversia por su actitud hacia los agresores y las víctimas durante un período de tiempo prolongado. Su participación en el comité de Victoria en mayo de 2013 creó una tormenta cuando admitió encubrimientos de parte de la Iglesia. 

La reacción de Ian Richardson fue típica de los usuarios de Twitter: 

#Australia El cardenal «No sabía nada» #Pell cava una fosa profunda para él y para la Iglesia #Católica en la investigación sobre abuso infantil. 

Rock in the grass se llenó de furia al escuchar las moralizaciones del cardenal:

El cardenal George Pell: un ejemplo vergonzoso de la ceguera clerical con respecto al abuso infantil.

Sam Butler hizo la inevitable comparación con el testimonio de Rupert Murdoch en el comité parlamentario británico en 2011 con respecto a las intervenciones ilegales de líneas telefónicas:

La «disculpa» de Pell es tan poco sincera que causa la misma gracia que el chiste de «el día más humilde de mi vida» de Murdoch.

Este es solo uno de los tantos tuits que invitaban a leer el informe que el muy bien respetado periodista David Marr hizo para el diario The Guardian.

Mientras tanto, el caricaturista Jon Kudelka volvió a demostrar que a él no se le escapa ningún Detalle: 

Kudelka - The Details

Caricatura- The Details (Los detalles). Cortesía de Jon Kudelka. -Oh Señor, hay alguna manera de perdonar a los curas que abusan de los niños? -No -está bien. ¿Y a los curas que los encubren? -No. -¿No tienes ninguna duda? -No. -No me estás dando muchas opciones. -Debes trabajar en Relaciones Públicas.

En el blog The Conversation [en] Judy Courtin evaluó la disculpa de Pell:

Si tendríamos que puntuar su desempeño como actor al pedir disculpas, habría apenas pasado la prueba. Las disculpas, así como algún sentimiento de empatía o de compasión, dejaron mucho que desear. 

Luego del episodio, David Marr escribió un profundo ensayo para la edición de setiembre de la revista Quarterly Essay: The Prince: Faith, Abuse and George Pell [en] (El príncipe: Fe, abuso y George Pell) (ensayo 51): 

Él [Pell] sabe que hay niños que han sido destruidos. Se disculpa una vez tras otra. Hasta admite que la hostilidad de la prensa que él tanto desaprueba ha ayudado a la Iglesia a enfrentar el escándalo. Lo que no entiende es la hostilidad hacia la Iglesia. Dejando de lado cualquier otra cosa en la que él crea, Pell tiene una profunda fe en la Iglesia Católica. La protege con su vida. Las naciones van y vienen, pero la Iglesia es siempre la misma. 

El tuit de Jeremy von Einem es un ejemplo de la respuesta del público en general al ensayo de Marr: 

Acabo de leer la publicación de David Marr en @QuarterlyEssay [en] sobre George Pell. Vergonzoso encubrimiento de abuso sexual en la Iglesia Católica. Hace que uno sienta asco. 

John Lord logró expresar [en] la repulsión y la ira que muchos de los lectores sintieron: 

Mientras lo leía tuve que parar varias veces y reflexionar sobre la cantidad de pecados que cometieron los padres. Más de una vez derramé una lágrima mientras dejaba escapar la palabra, bastardos.

Pero este ensayo se centra tanto en Pell (no siento que sea necesario recordar el protocolo y usar su título), el hombre, como en el abuso infantil. Cuando logramos llegar a su esencia, vemos a un hombre que siente muy poco amor por el rebaño pero mucho amor por la Iglesia como institución, los privilegios que ella acarrea y el poder que ejerce. Es por eso que Pell es adorado por la Iglesia pero despreciado por el pueblo. 

El cardenal Pell respondió al ensayo con una declaración escrita [en]:

Una exposición predecible y selectiva de información vieja. G.K.Chesterton una vez dijo: ‘ Una buena novela nos dice la verdad sobre su héroe; una mala novela nos dice la verdad sobre su autor’. Marr no tiene la menor idea de lo que motiva la fe de un cristiano. 

El Príncipe tiene sus críticas. Andrew Hamilton es editor consultor en Eureka Street, la publicación online de los Jesuitas australianos. En su análisis, Marring the Cardinal's image [en] (Casarse con la imagen del cardenal), califica el ensayo como «elegante» pero «injusto»:  

Las limitaciones del reporte de Marr son la cara adversa de sus virtudes. No es una opinión objetiva sino un mensaje de prosecución. Examina las intenciones y las palabras de Pell pero no las de sus críticos, y simplifica las complejidades. 

Kate Edwards de Australia Incognita [en] es una de los que critican a Pell, pero piensa que Marr pasó por alto lo que en verdad importa:

El artículo no dice nada nuevo sobre las tantas y desastrosas interacciones del cardenal con las víctimas y con el laicado en lo que respecta al escándalo; nada nuevo sobre por qué él y muchos otros en la Iglesia se negaban tan firmemente a escuchar o a actuar. En mi opinión, eso es una verdadera lástima.

A pesar de ser el personaje principal en la historia sórdida de abuso y encubrimiento, la Iglesia Católica no fue el caso más importante a tratar en las audiencias de la Comisión Real. Esa deshonra fue para los scouts [en], reforzando un ya instalado estereotipo.

El Consejo de Verdad, Justicia y Recuperación de la Iglesia Católica le entregó un largo reporte [en] a la Comisión para el desarrollo de los procedimientos de Towards Healing (Hacia la recuperación). Mientras, tanto los críticos del cardenal como sus defensores esperan con ansiedad que Pell se presente en la investigación.

Fuera de la investigación de Victoria, el grupo de apoyo Red de ex miembros del cuidado de Australia (CLAN por sus siglas en inglés) demostró su apoyo a las personas que crecieron «bajo cuidado»:

Care Leavers Australia Network outside Victoria's Parliament House

Red de ex miembros del cuidado de Australia fuera de la Casa del Parlamento de Victoria. Cortesía del sitio web de CLAN. Traducción de carteles en la imagen (de izquierda a derecha): «Jesús debe estar llorando.» «Di la verdad Pell.» «Las iglesias se deben hacer responsables.» 

 Se estima que a la Comisión Real le tomará varias años completar su investigación para poder luego enviar recomendaciones al Gobierno Federal.

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