«Padres huérfanos»: La emigración en Venezuela desde la mirada de los que se quedan

Foto de Only J. bajo licencia Creative Commons (CC BY-NC-ND 2.0)

Terminal Internacional del Aeropuerto Internacional de Maiquetía, Venezuela. Foto de Only J. bajo licencia Creative Commons (CC BY-NC-ND 2.0)

Por primera vez en la historia de Venezuela se puede afirmar que se está formando una importante diáspora de venezolanos. Aunque no hay cifras precisas ni actualizadas de esa diáspora, se estima que para el año 2010 más de un millón de ciudadanos venezolanos habían dejado el país.

Las despedidas de familiares y amigos se hacen cada vez más comunes y en las redes poco debate se había generado en torno a la situación hasta el controversial video «Caracas, ciudad de despedidas», que originó una acalorada conversación en las redes sociales sobre el movimiento migratorio que empezó en el país desde el 2000.

La mayoría de los textos que se han generado sobre el tema, tanto en medios de comunicación como en Internet, hablan sobre las razones por las que el venezolano decide abandonar su cotidianidad y su familia. El médico venezolano Samir Kabbabe escribió en su texto «¿Qué decirle a quienes se van?», publicado en Prodavinci, que :

Sea por expulsión, persecución, fracaso, inseguridad, imposibilidad para la satisfacción económica o por desarrollar un proyecto de vida, todo exilio es político. Y el exilio va en aumento.

Sin embargo, la periodista Elizabeth Fuentes (@fuenteseliz) escribió un texto que ha sido compartido por muchos en las redes y que ha generado nuevamente el debate sobre la emigración en Venezuela. Esta vez desde la perspectiva de la familia que se queda.

Publicado en el blog Jokeslab bajo el título «Padres huérfanos» la periodista cuenta, desde su vivencia, lo que significa para los padres de jóvenes venezolanos que dejaron el país el momento de la separación luego de cada breve reencuentro.

‘Madre muerta caminando’ es como lo describo, mala traducción de ‘dead men walking’, que es como rotulan a los condenados a muerte mientras atraviesan el pasillo que los llevara a la silla eléctrica. Exagerada la comparación, por supuesto, pero igual lo repito mentalmente cada vez que me despido de mi hija y comienzo a atravesar ese trocito de aeropuerto donde ya no hay regreso.

Fuentes sugiere que se podría inventar el Día de los Padres Huérfanos, en donde se tomen las plazas en silencio, y se muestre una bandera de luto en los balcones, en los autos, en las motos, en los ranchos. “¿Qué tal el 6 de diciembre, cuando ganó la joyita de Hugo?”, dice.

Elizabeth Fuentes comenta que en las reuniones familiares ya no hay gente joven, sólo padres hablando de sus hijos ausentes y de las maromas que tendrán que hacer para organizar su próximo viaje. Pero en su texto la periodista no sólo narra la historia de la clase media y alta venezolana. También cuenta la historia de lo que sucede en las clases más bajas:

Pero no solo se van por razones “mercantilistas”, como metió la pata una de las tantas ministras de salud que tampoco sirve para nada: la señora que gerencia nuestra casa me dice quiere mandar su muchacho de vuelta a Colombia ­ un jovencito buena conducta – porque en su barrio todo es drogas, asesinatos y ajuste de cuentas.

Cada día me llega con un cuento más espantoso que el anterior. Que si a la clase media se le van los hijos, a los humildes se los asesinan, un dolor incomparable a nuestro rito de aeropuerto. Una nadería nuestra despedida frente a una espera a las puertas de la morgue.

A raíz del texto los comentarios y el debate han recorrido la web por varios días.

Maritza González comentó que nunca pensó que pasaría por una situación similar a la de una amiga que llegó a Venezuela para huir del régimen de Francisco Franco en España:

En una oportunidad, una amiga que llego a Vzla huyendo del Franquismo, me dijo cuando decides irte los dolores son muchos, las familias se dividen y ve tu a saber cuando se pueden volver a reunir.. Me dijo soy Huérfana de Familia, mi hermano murió en Argentina y ni sé donde llevarle unas flores… Jamás pensé que eso, me llegara a pasar a mi, en ese momento, mi País era el refugio de muchos, hoy mis dos hijos ya están fuera… aunque lucho con todos los organismos del estado para visitarlos, no hay consuelo cuando regreso, el momento más duro no es ir a visitarlos, sino ese mismo pasillo pero en Barajas…

Por su parte, Alejandra López en su intervención narra las razones que la llevaron a dejar el país, y considera que la sociedad es responsable de la situación del país:

Esa es la realidad por la que me fui hace 6 meses me cansé de luchar por hacer las cosas bien y ayudar a generar justicia en un sitio donde mucha gente, se queja y echa culpas, pero siguen actuando de manera deshonesta e irrespetuosa con los derechos de los otros. Me duele mucho porque sí existen venezolanos honestos, pero la vida se le hace 10 veces más difícil. Y amo a mi país, y lo siento pero esto es una consecuencia histórica que merecemos como sociedad por haber permitido que las diferencias sociales fueran tan grandes y la gran mayoría de nuestra población viviera en carencia.

Vane comentó que a pesar de que siente que tiene mucho que hacer por su país, desea marcharse porque no quiere seguir viviendo con miedo

Siempre pensé que enterraría primero a mis padres y luego me marcharía, pero vivir en Venezuela, y más aún en Caracas, ya es insoportable. Tengo el trabajo de mis sueños, vivo en un lugar propio y en una de las mejores zonas de CCS, y de qué me sirve si a las 10 de la noche me despierto por tres tiros que suenan casi en mi oreja porque estaban tratando de secuestrar a alguien que salía de un restaurant […]

Lo peor de todo es que siento que profesionalmente todavía puedo hacer muchas cosas aquí, pero valdrá la pena quedarse? O repetiré la historia de mis padres que abandonaron sus países de origen para buscar un futuro mejor (que hace 50 años era en Venezuela).

Aeropuerto de Maiquetía Venezuela- Foto LuisCarlos Díaz bajo licencia Creative Commons

Aeropuerto de Maiquetía, Venezuela- Foto LuisCarlos Díaz bajo licencia Creative Commons (CC BY-NC 2.0)

Beatriz Rezzin explica que en su familia se valen de Skype para tener estar más cerca de sus familiares:

Me gusta la idea del día del luto migratorio. Mi esposo y yo somos padres y abuelos huerfanos pegados al Skype para sentirlos cercanos.

Aunque algunos usen la tecnología como forma de mitigar el vacío, para Alberto cada vez es más duro enfrentar la idea que alguien más se marcha. Sólo espera que las condiciones del país mejoren para que los suyos puedan volver, por eso escribe:

Pensé que iba a acostumbrarme a la idea de escuchar que alguien más se va el próximo mes… Pero es al revés, cada vez me duele más cada conocido y cada amigo que se va… Mi familia casi por completo se fue solo tengo a 4 familiares aquí en Venezuela, el resto fue a más de un país, imposible y doloroso pensar que jamás volveremos a estar juntos…

Amigos como 10 que se han ido… Solo me pregunto si yo también me iré… No sé por que todo esto? (bueno si sé, pero que duro ya resignarse a esto ¿no?).

No me quiero ir en verdad… Mas bien quiero que esto cambie y que los míos regresen… En verdad ese es mi sueño.

Mientras me encuentro extranjero en mi propio país porque desconozco tanta violencia, tanta cochinada, tanta miseria, tanta ignorancia y sobretodo tanta falta de valores.

¿Esto ha de cambiar???”

Pero Luis Díaz acota que no todos los que se han quedado en Venezuela ha sido por falta de oportunidades para emigrar, sino porque algunos no quieren ser extranjeros:

No todos los que nos hemos quedado es porque no hemos tenido la oportunidad de irnos, yo la he tenido y aquí sigo, no sé si es un error, pero no tengo intención de vivir como extranjero pase lo que pase.

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