Los Juegos del Hambre en Rusia

Nadezhda Tolokonnikova, incarcerated member of Pussy Riot, photo by Robert Rizzato, 16 October 2012, CC 2.0.

Nadezhda Tolokonnikova, integrante encarcelada de Pussy Riot. Foto de Robert Rizzato, 16 de octubre de 2012, CC 2.0.

Hay dos huelgas de hambre en marcha en Rusia actualmente y la diferente recepción que han tenido en la blogosfera local dice mucho sobre las políticas del país. La protesta más importante corresponde a Nadezhda Tolokonnikova, la integrante más conocida y extrovertida de la banda punk Pussy Riot. Ella está cumpliendo una sentencia de dos años de prisión después de que una corte de Moscú la acusara en 2012 de «vandalismo». El 23 de septiembre de 2013, Tolokonnikova anunció su huelga de hambre en una carta pública [ru] de 2,300 palabras publicadas en el reconocido portal de noticias ruso Lenta.ru

En la misiva, detalla las condiciones de trabajo esclavo en su prisión y alega que su vida ha sido amenazada por funcionarios. Días después de la publicación de la carta, Ilya Shablinksy, integrante del Consejo Presidencial de Derechos Humanos, visitó la cárcel de Tolokonnikovan y se reunió con ella y otros presos. En declaraciones [ru] a la prensa después de las entrevistas, Shablinksy confirmó los argumentos de Tolokonnikova, afirmando que las conversaciones “pusieron sus pelos de punta”.

Los blogueros rusos, con el recuerdo súbito de la existencia de Pussy Riot y su estrella, han estado fascinados con el creciente drama de Tolokonnikovan. Su carta -un llamado elocuente a su propia seguridad, y también por el bienestar de sus compañeros encarcelados- revela las condiciones de vida en el sistema penitenciario ruso. Tal y como la «oración punk» de su banda repícó sobre las posturas polarizadas de su país sobre el papel de la Iglesia Ortodoxa Rusa en el gobierno local, la carta de Tolokonnikova y su huelga de hambre (que ya la llevó al hospital [ru]) abrieron un debate público sobre las cárceles rusas.

Hay muchas reacciones -visibles y discretas- para describir sucintamente la tendencia central en este trabajo de RuNet. El rango de respuestas es extremo. Algunos blogueros piensan [ru] que Tolokonnikova merece la dura vida de una convicta y pecadora, mientras que otros la describen [ru] como alguien cercana a una santa. La reacción más común es expresar reservas sobre su pasada relación con Pussy Riot y el grupo de arte Voina (que incluyó participar en una orgía pública cuando estaba embarazada), pero apoyan el esfuerzo actual de Tolokonnikova para llamar la atención sobre las malas condiciones de vida de quienes están de libertad.

Si dividimos RuNet entre blogueros de “oposición” y “progobierno”, es posible notar algunas sorpresas. Por ejemplo: Maksim Kononenko, un bloguero popular, generalmente a favor del Kremlin, celebró [ru] la carta de Tolokonnikova como un intento humilde de rescatar a sus compañeros de prisión. Kristina Potupchik, antigua vocera de un prominente grupo juvenil favorable a Putin, escribió [ru] en LiveJournal que la crueldad contra presos contraviene «el sentido común». Kononenko y Potupchik criticaron a otros que dieron la bienvenida a las noticias sobre el sufrimiento de Tolokonnikova. En lo que probablemente fue una representación inexacta hecha conscientemente, Potupchik y la bloguera favorable al Kremlin Marina Yudenich ridiculizaron [ru] a los antiguos abogados de Tolokonnikova, Mark Feygin y Nikolai Polozov, por una burla hecha, presuntamente, a raíz de la situación de la artista (es más, los dos abogados se burlaron [ru] de otra integrante de Pussy Riot, Yekaterina Samutsevich, quien está demandando a Feygin y Polozov por mala práctica).

La huelga de hambre de Tolokonnikova, sin embargo, no es la única actualmente en Rusia. Más de una semana antes del inicio de esa protesta, docenas de madres de niños con discapacidad en Volgogrado anunciaron su propia huelga de hambre [ru], exigiendo mejor asistencia del estado para sus hijos y la renuncia del gobernador local. La protesta viene luego de acusaciones de fraude masivo [ru] en las recientes elecciones municipales de Volgogrado, que fueron relativamente ignoradas por los medios rusos donde domina Moscú (tanto tradicionales como digitales).

Participantes y simpatizantes de la huelga de hambre, como Yelena Grebeniuk y Yelena Samoshina, han intentado emplear Internet para publicitar sus campañas. Por ejemplo, la página Vkontakte de Samoshina [ru] está llena de vínculos a noticias locales y llamados para ayudas del público (como una petición de donativos [ru] el 26 de septiembre para colchones y fundas para las mujeres en huelga) y el LiveJournal de Grebeniuk incluye una entrevista breve suya [ru] en YouTube explicando el propósito de la protesta:

Grebeniuk, left, and Tolokonnikova, right.

Grebeniuk, izquierda, y Tolokonnikova, derecha.

Las madres de Volgogrado no han movido a la acción a los blogueros rusos como regularmente lo logra Pussy Riot. BesTToday.ru, un proyecto digital ruso que recoge «lo mejor en los blogs» para reflejar cuáles conversaciones predominan en la RuNet, aún no tiene una sección dedicada a la lucha de Volgogrado. Aunque es verdad que la carta y reclamo de Tolokonnikova hablan sobre un asunto grande como es el sistema penitenciario de Rusia, la manifestación en Volgogrado también está ligada a un tema de mayor prominencia política: la protección de niños vulnerables, tema que ha sido centro de pasados mítines a favor de la niñez [ru] en Moscú contra cambios en las políticas nacionales de adopción.

¿Por qué los blogueros han reaccionado de forma diferente a dos casos que parecen tan similares? Aún una mirada superficial explica mucho. Cibernautas y periodistas raramente dejan de incluir una foto de ella en tribunales en 2012, luciendo desafiante (y radiante). Incluso los críticos de Tolokonnikova están atraídos [ru] a calificativos sobre su sexualidad, que jugó un papel central en su activismo político como artista. Mientras tanto, en el video de YouTube sobre las madres de Vologrado (que está luchando por atraer más de 250 visitas), los blogueros son recibidos por una mujer de mediana edad inclinada bajo un retrato de Lenin. Rodeada por botellas de Coca Cola y vestida con una chaqueta, Grebeniuk es lo más lejano a una estrella de rock que podemos obtener.

En la sociedad de masas, una Pussy Riot derrota a una mamá leninista cada vez.

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