Ganadora «étnica» de concurso de belleza enfurece a nacionalistas rusos

Es muy probable que Elmira Abdrazakova, de 18 años de edad, no haya tenido previsto ganar el concurso Miss Rusia el sábado 2 de marzo de 2013. De haber sido así, con seguridad hubiera configurado su perfil en la red social rusa VKontakte como privada de manera anticipada. En cambio, después terminó retirando su perfil completamente. Abdrazakova creció en el pequeño pueblo siberiano de Mezhdurechensk (ubicado en el óblast Kemerovo, región carbonífera cerca de Novosibirsk), y no estaba preparada para la cantidad de críticas que su victoria originaría entre los nacionalistas rusos, que inundaron su página con mensajes racistas.

Aunque su cuenta ya no está, muchas de esas críticas siguen circulando por RuNet. Cuando el destacado bloguero ruso Rustem Adagamov publicó en su blog la noticia [ru] de la victoria de Abdrazakova en el Concurso Miss Rusia 2013, junto con sus fotografías, su post atrajo comentarios como [ru] «¿Todavía hay chicas rusas en la Federación Rusa?», insinuando no solamente que mujeres como Abdrazakova no son realmente rusas, sino que las extranjeras están tomando el mando (en la sociedad rusa, no son raras las tensiones étnicas. Ciertamente, en la actualidad hay una iniciativa en línea [ru] con el fin explícito de combatir a esos «inmigrantes ilegales»). Konstantin Krylov, ideólogo nacionalista y miembro del Consejo de Coordinación de oposición también lamentó el «rostro cambiante» de Rusia. Publicó la fotografía de una mujer asiática anciana para representar este «rostro», y continuó [ru] en un estilo simplón:

Нам её таперича любить положено. Ну так и дочу её, значит, положено любить. И весь прочий выводок. Всех народцев-золоторотцев, в земле россиянской просиявших.

Ahora debemos amarla. Y a su hija también, debemos amarla. Y al resto de la camada. Todos los pueblos granujas resplandecientes en la tierra rusa [ru].

Ciertamente, el nombre y el pelo oscuro de Abdrazakova son clásicamente tártaros, pero en realidad es una shor (un pueblo túrquico relacionado nativo de Siberia). Tanto los tártaros, la mayor minoría étnica de Rusia de la epónima República de Tatarstán, y los menos numerosos shors han sido una pacífica parte de la «experiencia» rusa durante cientos de años. No obstante, la moderna cosecha de nacionalistas los ve (y en realidad a cualquier otro grupo étnico no ruso) con sospecha y animosidad. Para estos nacionalistas, los tártaros tienen una «apariencia diferente», aunque cualquier extranjero se vería en apuros para distinguir a un tártaro de una multitud rusa, mientras su fe tradicionalmente musulmana es un recordatorio de los problemas en el Norte del Cáucaso. Por último, los tártaros son los remanentes del Yugo Tártaro, la ocupación histórica de Rusia medieval por los mongoles, que terminó hace unos siete siglos.

An artist's depiction of how Russian nationalists may view Elmira Abdrazakova. Image remixed using Vereschagin's "A Bukharian Soldier", CC 2.0 Wikimedia Commons.

Así es como los nacionalistas rusos parecen ver a Elmira Abdrazakova. Imagen mezclada por el autor usando «Un soldado bujará», de Vereschagin. Licencia CC 2.0 Wikimedia Commons.

Estas opiniones son claramente visibles en cómo ha reaccionado a la victoria de Abdrazakova la flagrantemente nacionalista publicación Sputnik y Pógrom. Egor Prosvirnin, ideólogo de la revista, hizo el máximo esfuerzo en sus diatribas, con rumores de que Abdrazakova se había hecho cirugía plástica en sus labios (un rumor que ha sido descartado [ru] por los conocidos de Elmira y sus fotos de niña), llamándola una «oscurita que revienta de bótox» [ru] y una «provinciana tatarva [despreciativo] con labios inflados» [ru]. Sin embargo, el mayor argumento [ru] se refería a una conspiración aun más siniestra:

[…] нам начали прививать толерантность через эталонный образ женской красоты […] меняя наше представление о том, как должна выглядеть «мисс Россия»

[…] han empezado a inculcar en nosotros tolerancia a través de una imagen general de belleza femenina […] cambiando nuestro concepto de cuál debe ser el aspecto de una «Miss Rusia».

La supuesta fe musulmana de Abdrazakova también surgió — los lectores de Sputnik y Pógrom dejaron comentarios como «¿Por qué no usa una burqa o por lo menos un hijab?» [ru] y «Miss Pakistán y Azerbaiyán 2013» [ru].

Es más, los shors son en su mayoría ortodoxos rusos (como Abdrazakova, que asistió a la escuela dominical cuando era niña), y están relacionados con los tártaros únicamente de manera vaga. Sin embargo, quienes son rápidos para defender a Abdrazakova citando su etnia «real» tienden a socavar su propia causa: las afirmaciones de que «está bien que gane porque no es realmente una tártara» son más bien débiles, hasta donde llega la defensa. Esto es especialmente peligroso en Rusia, donde la gente, sin ironía, escribe cosas como [ru] «de las tres finalistas, Abdrazakova es la más cercana a un tipo racial europeoide», y luego se sorprenden cuando esto estalla como una discusión racista acerca de cuál de las etnias de Rusia tienen el aspecto más europeo, lleno de menciones de arios y genética. El bloguero e historiador Alexander Nemirovsky explicó [ru] por qué para algunas, los shors pueden ser una alternativa atractiva a los tártaros:

Шорцы – православные + сибирские аборигены. А татары – этнические мусульмане и не «хорошие индейцы отдаленной земли Сибирской». Кроме того, шорцы не ассоциируются с властью, бизнесом и т.д., и их вообще мало кто видел, а татары – ассоциируются, и их как «чужих» себе представляют много лучше […]

Los shors son ortodoxos y aborígenes siberianos. De otro lado, los tártaros son de etnia musulmana y no son «buenos indios de la tierra lejana de Siberia». Además, a los shors no se les asocia con poder, negocios, etc., y en general no son muy conocidos, mientras que a los tártaros se les asocia con eso y son mucho más fáciles a «otros» […].

Generalmente, este caso recuerda el torrente de hostilidad nacionalista a mediados del año pasado, cuando varios luchadores del Norte del Cáucaso ganaron medallas de oro compitiendo para Rusia. Pocas cosas molestan más a los nacionalistas que minorías «indignas» disfrutando de alguna forma de éxito.

Por su parte, una bloguera escribió una defensa exitosa de Abdrazakova. Anastasiya Karimova, periodista en Kommersant y la joven que, como todos saben, llevó naranjas [ru] a la oficina del Servicio Federal de Seguridad de Lubyanka en 2005, habló francamente sobre el racismo banal que ha debido enfrentar por ser medio tártara, y termino con una nota vehemente [ru]:

Я очень хорошо вижу разницу между национализмом и нацизмом. У меня не вызывают ужаса националисты, я даже разделяла в своё время многие предложение ДПНИ по изменению миграционной политики. Мерзкое цепляние к фамилиям и к чертам лица – это переход через черту, разделяющую два разных понятия. На Эльмиру Абдразакову вылились и продолжают выливаться потоки ксенофобского дерьма, но она может утешаться хотя бы тем, что её победа в очередной раз вскрыла старый гнойник […] Держись, Эльмира!

Veo una clara diferencia entre nacionalismo y nazismo. No me horrorizan los nacionalistas, en algún momento hasta apoyé muchas propuestas del Movimiento contra la Inmigración Ilegal [en] para cambiar la política de inmigración. La desagradable fascinación por los apodos y los rasgos faciales cruza la línea entre dos nociones completamente diferentes. Ha habido y sigue habiendo corrientes de basura xenofóbica contra Elmira Abdrazakova, pero ella se puede consolar con el conocimiento de que su victoria, una vez más, abrió una vieja herida. […] Sé fuerte, Elmira!

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