Hackers chinos espían a periodistas para identificar fuentes de información

El 31 de enero 2013 el New York Times informó [en] que sus computadores estuvieron bajo un ataque constante de piratas cibernéticos chinos durante los últimos cuatro meses. Poco después el Wall Street Journal y el  Washington Post informaron [en] igualmente que habían sido blanco de piratas cibernéticos chinos. La historia es familiar a los periodistas chinos quienes junto con los ciudadanos informantes (periodistas ciudadanos) de China continental son muy vulnerables al hackeo y acoso en línea comparados con sus pares del extranjero.

Esto no es nuevo para los periodistas de Hong Kong que tienen que enfrentar, en el trabajo, una vigilancia diaria de sus computadores.

Para arrojar algo de luz sobre las prácticas de vigilancia utilizadas contra periodistas en China, el portal de noticias en internet basado en Hong Kong, The House News, entrevistó [zh] a Lui Ping-Kuen, reportero de Cable TV China.

The Chinese government has denied all the accusations about its involvement in hacking activities. Photo from flickr user Futurist CC: AT-NC.

El gobierno chino ha negado todas las acusaciones sobre participación en actividades de hackeo. Foto de flickr usuario Futurist CC: AT-NC.

Lui afirmó que el hackeo de las cuentas de correo electrónico es muy común entre los periodistas. Contó que «(en) una ocasión la cuenta de correo electrónico de uno de mis colegas fue hackeada y esa cuenta envió virus por correo a todos sus contactos».

Los mensajes de texto SMS están igualmente bajo estricta vigilancia. Según Lui, sus arreglos de entrevistas fueron conocidos a causa de un mensaje de la plataforma móvil transmitido por la aplicación Whatsapp. Dijo igualmente que los contactos en su teléfono móvil fueron obtenidos por la policía al ser detenido en una estación de policía en China continental. Explica que con frecuencia la conversación entre dos personas podría ser interrumpida a causa de la vigilancia de los teléfonos móviles.

Lui describe una horrible experiencia que ocurrió en el 2007 cuando ayudaba a organizar una oficina de noticias en  Shanghai, en China del este. «(Nosotros) salimos a comer y cuando volvimos algo no estaba igual: las ventanas y la luz (parecían haber sido modificadas) y descubrimos más tarde que la configuración de tres computadores había sido cambiada.»

A fin de proteger sus fuentes los periodistas no usan el correo electrónico o los teléfonos móviles para comunicarse. En su reemplazo usan teléfonos públicos pagados y hablan frente a frente con sus fuentes de información, muchas veces reuniéndose en lugares secretos. Con frecuencia no llevan los teléfonos móviles a las reuniones por temor a ser rastreados.

En los últimos días las cuentas de Twitter de muchos reporteros independientes de China continental han sido hackeadas. Esto llevó a Twitter a reinicializar las contraseñas de muchos periodistas chinos. Twitter también envió una noa en la que explica lo siguiente (por intermedio de Deng Zhixin [en], un reportero de la revista china Sun Affair):

Este ataque  no es el trabajo de aficionados y no creemos que fue un incidente aislado. Los atacantes fueron extremadamente sofisticados y creemos que otras compañías y organizaciones han sufrido ataques similares. Por estas razones sentimos que era importante reiniciar la contraseña y dar a conocer este ataque mientras estamos recopilando información. Nosotros también estamos ayudando al gobierno y a quienes aplican la ley federal en sus esfuerzos por encontrar y perseguir a estos atacantes para hacer Internet mas seguro para todos los usuarios.

Comparados con sus pares extranjeros los reporteros ciudadanos independientes chinos son muy vulnerables. Muchos de ellos tienen que soportar regularmente «sesiones de té» [en] (interrogatorios policiales injustificados) con agentes de policía de la seguridad interna. Si rechazan exponer sus fuentes de información con frecuencia la policía encuentra una excusa para arrestarlos.

El último caso se relaciona con el escándalo de los videos sexuales, que resultó en el despido de 10 funcionarios del partido. El video, mostrando funcionarios de Chongqing teniendo relaciones sexuales con mujeres jóvenes fue primero subido a Internet por el periodista de investigación Zhu Ruifenghas. Zhu fue mas tarde «visitado» por la policía de Chongqing. Se cree que la policía quería apoderarse de los discos de almacenamiento del vídeo original con el fin de rastrear la huella digital de vídeos y localizar su fuente original. Sin embargo, tal vez debido a circunstancias particulares de Zhus –el periodista proviene de una prominente familia militar y obtuvo un amplio apoyo en línea a raíz del escándalo — la policía decidió dar marcha atrás.

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