Como parte de nuestro proyecto con Syria Deeply [en] publicamos una serie de artículos que reflejan las voces de los civiles atrapados entre dos fuegos, así como los puntos de vista de escritores de todo el mundo sobre el conflicto.

Michel Kilo es uno de los disidentes más famosos de Siria y un adversario político del Presidente Bachar el Assad. Empezó a destacar en la Primavera de Damasco [en], un corto periodo de libertad política y de expresión durante el año 2000.

Kilo abandonó Siria ocho meses antes de que empezara la revolución y ahora vive en París con su familia y ha respondido vía Skype a las preguntas planteadas por Syria Deeply. Para más información sobre su historia, incluimos el enlace el vídeo de la entrevista [ar, en] en la que habla sobre el tiempo que pasó en la cárcel por su eminente disentimiento político.

Syria Deeply: ¿Apoya oficialmente la Coalición Nacional Siria? ¿Cuáles cree que son sus puntos fuertes y débiles?

Kilo: No soy miembro de la Coalición Nacional Siria porque creo que su debilidad reside en el papel excesivo que desempeña el movimiento islámico: no representa las diferentes tendencias de las fuerzas de la oposición, especialmente la democracia y el laicismo.

SD: ¿Qué opina sobre la guerra en Siria?

Michael Kilo

Kilo: Veo en la guerra un cambio muy lento en las relaciones de poder entre la oposición y el régimen, con posibilidad de que se produzcan giros sorprendentes. Esto incluye operaciones desesperadas [por parte del régimen de El Asad], como el uso de armas prohibidas por la comunidad internacional cuando pierda el control de más territorio. La lucha ha llegado también a Damasco, involucrando a los principales centros de poder.

SD: ¿Tiene alguna esperanza de que se llegue a una solución por la vía de la negociación? ¿Cuál cree que puede ser la mejor solución?

Kilo: Sí, tengo alguna esperanza, aunque limitada, de que se produzca una solución negociada. Algunos miembros del sistema se han separado del régimen y han tendido una mano a la reconciliación con los opositores, aceptando la transición hacia la democracia.

SD: ¿Cómo evitaría que los sunitas y alauítas siguieran luchando entre ellos? ¿Hay alguna solución, alguna esperanza?

Kilo: No sé cómo se pueden evitar los conflictos sectarios sin un programa nacional en el que estén representadas todas las partes. Este programa integrado no existe todavía, ya que la oposición desaprovechó la oportunidad de hacer un borrador y ponerlo en práctica. Creo que en la actualidad necesitamos un programa que anime a todo el mundo a colaborar en un proyecto nacional conjunto con el que se corte de raíz el conflicto religioso o que, por lo menos, reduzca la posibilidad [de que estalle].

SD: ¿Considera que hay miembros en el sistema actual que podrían continuar en un futuro?

Kilo: Sí, hay gente en el sistema que podrían tener un papel en el futuro de Siria… algunos de los que no están en el poder, especialmente aquellos que se están desvinculando del gobierno y de la familia de El Asad y se están uniendo al pueblo.

SD: ¿Cómo se mantiene el régimen de El Asad ahora mismo?

Kilo: La resistencia y la fuerza militar de El Asad vienen del apoyo de Rusia, China e Irán, así como de la falta de un posicionamiento de los países de occidente en contra. Esto es lo que les permite seguir desarrollando la función de refuerzo sin un impedimento real, con la luz verde que le permite a El Asad oprimir al pueblo y destruir Siria.

SD: ¿Cree que el régimen de El Asad usaría armas químicas para asegurar su continuidad política?

Kilo: Sí, sin ninguna duda, usaría todo tipo de armas, incluidas las químicas, porque no tiene ningún respeto hacia las vidas ni los derechos de los seres humanos; de lo contrario, no habría destruido el país.

SD: ¿Cómo cree que se marchará El Asad?

Kilo: Lo que me temo es que pasemos de una crisis para derrocar al régimen a una crisis nueva que prolongue la guerra civil y el caos, tanto político como armado. Además, no debemos olvidar que Siria está aniquilada y muchos de sus ciudadanos no viven bajo techo, tienen hambre o son desplazados, y esta atmósfera alimentará el caos.

SD: ¿Qué es lo que más teme de la siguiente etapa de Siria?

Kilo: El Asad quiere conseguir una victoria decisiva sobre su pueblo, esta ha sido la meta en la guerra que ha llevado a cabo desde hace casi dos años. Esto excluye todas las soluciones políticas que ha propuesto la oposición. Todavía se imagina ganando la guerra.

SD: ¿Qué debe hacer la comunidad internacional por Siria?

Kilo: La comunidad internacional debería posicionarse de una manera clara, práctica y adecuada para ponerle fin a los asesinatos en Siria y trabajar en una solución política para la crisis sin ningún titubeo. [Las potencias mundiales] han demostrado una total incompetencia, dejando de lado sus responsabilidades con la excusa de una oposición débil y una sociedad dividida.

SD: Si pudiera decirle al Presidente de Estados Unidos, Barak Obama, que hiciera un cambio en la política de Siria, ¿qué sería?

Kilo: Le diría que, como he matenido siempre, la política de Estados Unidos debe basarse en el respeto hacia los derechos humanos de los pueblos de todo el mundo.

SD: ¿La comunidad internacional debería imponer una zona de exclusión aérea en el norte de Siria? ¿Deberían intervenir para impedir que las fuerzas de El Asad sigan controlando el cielo?

Kilo: No creo que sea necesario. El pueblo sirio ha probado durante los últimos dos años que pueden [defender] sus hogares sin que interfiera una fuerza externa y tienen el mínimo número de armas que necesitan para resultar victoriosos. Ya no dependen de los países extranjeros para conseguir la libertad. Creen que los países occidentales no quieren que El Asad se vaya, y que él seguirá hasta que destruya toda la sociedad y lo que les mantiene unidos.