La lucha de Pakistán por la libertad de la red

Ha sido un año muy atareado para el activismo digital en favor de la libertad en Internet en Paquistán. El hecho de que las Naciones Unidas lo declarara derecho humano básico universal [en] no ha evitado que las autoridades paquistaníes clausuraran la red global de distintas formas y por varios medios. Actualmente, el veto a YouTube [en], en respuesta a la controvertida película «La inocencia de los musulmanes», está llegando a su tercer mes y lamentablemente, el paquistaní medio cree que de alguna manera, este veto afecta al ámbito económico de la compañía YouTube LLC, y que Pakistán, como nación, le está dando una lección. Esta mentalidad prevalece debido a la falta de educación [en] y el constante lavado de cerebro por parte de los medios tradicionales que se dejan llevar por las teorías conspirativas y el patrioterismo [en] para mantener sus cuotas de pantalla. Como resultado, las masas están mal informadas y creen que las plataformas y foros de los medios sociales tienen la misión de destruir Pakistán dentro de un perverso complot internacional [en].

En marzo de este año, el gobierno convocó un concurso para poner en marcha un sistema de filtros con el fin de crear un cortafuegos capaz de vetar hasta 60 millones de URL. Esta medida fue suspendida a causa de las presiones de organizaciones como Bolobhi [en], Bytes For All [en] y Don’t block the blog [en]. Esencial fue la colaboración de las nueve compañías internacionales capaces de implementar esos sistemas. Tomaron partido por el movimiento y se negaron a presentar ofertas al concurso, retrasando el proceso de creación del gran cortafuegos de Pakistán [en].

Cuando las cosas comenzaron a encaminarse hacia otro bloqueo, miembros de la sociedad civil y activistas digitales presentaron una petición constitucional [en] ante el Alto Tribunal de Sindh, Karachi. Esta petición cuestionaba la arbitraria y aleatoria forma que la Autoridad Paquistaní de Telecomunicaciones (APT) tiene de bloquear, censurar y restringir el acceso a varias webs que, según la petición, viola los derechos fundamentales de los propietarios de las webs/foros en línea, así como los del público en general. Se les concedió una orden de aplazamiento que estipula que cualquier prohibición debe hacerse estrictamente de acuerdo a disposiciones pertinentes de la Ley de 1996 de la Autoridad Paquistaní de Telecomunicaciones [pdf, en], y que hay que dar a los propietarios de la web la oportunidad de rectificar. Según la ley, debe bloquearse cualquier web que albergue contenido pornográfico o en detrimento de la religión o la seguridad nacional de Pakistán.

Desde entonces, el gobierno ha llevado a cabo varios bloqueos de blogs [en], Twitter [en] (temporalmente) y recientemente, de YouTube [en], siempre según la ley de la APT.

Varias plataformas de medios sociales, como YouTube, afirman que en realidad no son responsables de lo que otras personas suben a su web, pero tienen sistemas que rectifican y eliminan [en] contenidos considerados apología del odio. No obstante, para que eso se produzca, hace falta que exista un acuerdo entre la autoridad que lo exige (el gobierno) y YouTube. Pakistán no tiene acuerdos de ese tipo con Google (propietario de YouTube), y prueba de ello es que no existe una versión de YouTube con base [eng] en el país. Por tanto, mientras que Egipto, Brasil, Indonesia y otros países pudieron bloquear contenido específico supuestamente blasfemo, como la película La inocencia de los musulmanes, Pakistán no pudo hacerlo y tuvo que recurrir a bloquear la plataforma al completo.

En este momento se rumorea que las autoridades han adquirido equipos que les permiten bloquear con precisión áreas específicas de las plataformas de medios sociales; no obstante, este extremo no puede verificarse porque la interacción entre las autoridades y los interesados son prácticamente inexistentes. Un sistema adecuado y regularizado para bloquear contenido es un compromiso que la mayoría de activistas defensores de la libertad de Internet en Pakistán estarían dispuestos a aceptar si se planteara. Pero hasta que esto suceda o el ministerio de tecnología firme acuerdos bilaterales mutuamente beneficiosos con las plataformas de medios sociales, la lucha por un Internet libre en Pakistán seguirá tropezando con dificultades.

Honradamente, creo que es muy posible que el año que viene, en periodo electoral, veremos en Pakistán los efectos completos de un cortafuegos a pleno rendimiento. Este es el momento en el que los medios sociales y los activistas digitales necesitan unirse en la plataforma #freeinternet para hacer una campaña común a favor de la libertad en la red. La voz digital de 20 millones de paquistaníes está en juego, y quizás seamos el único contrapeso en un sistema sembrado de corrupción y maniobras interesadas.

La siguiente cronología, cortesía de Sana Saleem, de Bolo bhi, muestra las crisis de libertad en la red en Paquistán, desde su implantación hasta la fecha actual.

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