¿Qué pasó con el nacionalismo ruso?

Hace apenas dos años, la capacidad de los rusos para las protestas callejeras parecía limitarse a vándalos de fútbol y a disturbios raciales. El 11 de diciembre del 2010, varios miles de hinchas del deporte se reunieron afuera del Kremlin para lamentar el asesinato de uno de ellos, un hombre de Kabardino-Balkaria, república musulmana del norte del Cáucaso. La reunión pronto degeneró en una refriega con la policía de Moscú, y se agolparon en una estación de metro cercana, antes de cobrar la vida de un transeúnte.

En ese entonces, parecía que eso era lo que la mayor parte del mundo podía esperar de la pujante sociedad civil de Rusia, un destartalado mosaico de liberales decididamente impopulares y nacionalistas aparentemente sedientos de sangre. En noviembre de 2011, se realizó la «Marcha Rusa», y Alexey Navalny participó escandalosamente por cuarta vez en los siete años de historia del desfile. Navalny, autoproclamado «nacionalista demócrata», dijo que los nacionalistas étnicos y los opositores liberales tienen cosas en común y deberían unirse contra el Kremlin.

Un mes después, surgieron acusaciones masivas de fraude en las elecciones parlamentarias de Rusia, lo que provocó las mayores manifestaciones callejeras en más de una década, poniendo en la calle la mayor parte de las objeciones acerca de quién, entre liberales y nacionalistas personificaba mejor el futuro del país. La cantidad de rusos deseosos de asistir a las manifestaciones de protesta pasó de exiguos dos mil a tal vez más de cien mil. Había suficiente para todos, y las luchas internas de los opositores –aunque nunca se detuvieron– ciertamente se veían opacadas por un aumento de armonía masiva.

Manifestante nacionalista ruso vestido con uniforme nazi. Los organizadores de la Marcha Rusa de este año han prohibido esas ropas. 12 de junio de 2012, foto de Evgeniy Isaev, CC 2.0.

La Marcha Rusa

A pocas horas de la primera Marcha Rusa en Moscú desde las protestas del invierno anterior, Konstantin Krylov, una de las principales figuras del movimiento y organizador del desfile, indicó [ru] en su blog que busca un tono más inclusivo este año:

В этом году 4 ноября будет отличаться от всех предыдущих. Если раньше это был день, когда русские националистические силы объединялись, чтобы напомнить о себе, то сейчас 4 ноября свидетельствует о том, что русское национальное движение стало неотъемлемым фактом общероссийского протестного движения. Мы не против видеть там и Навального, и других оппозиционных политиков.

Este año, el 4 de noviembre [la Marcha Rusa] será diferente de todas las anteriores. Si antes había un día en que las fuerzas nacionalistas rusas se unían para recordarse, el 4 de noviembre de este año es testimonio de que el movimiento nacionalista ruso se ha vuelto un hecho esencial del movimiento de protesta de todo Rusia. No nos oponemos a ver a Navalny, ni a otros políticos de oposición.

Como muchos liberales rusos, Anton Orekh de Echo of Moscow es escéptico acerca de la necesidad de reconocer esos «hechos esenciales». En una publicación de su blog [ru] del 31 de octubre, señaló que los funcionarios de Moscú revirtieron una reciente política y concedieron a los nacionalistas permiso para marchar dentro del centro de la ciudad este año. Orekh predijo que la policía facilitaría más que acosaría la marcha, lo que generó sospechas de que el gobierno está inflando la influencia de los nacionalistas:

Хотите в центре? Нет проблем.

Уверен, что Марш пройдет великолепно. И у полиции не будет никаких претензий. И никакого экстремизма там не найдут, никакого призыва к беспорядкам. Никого не накажут, не посадят и не оштрафуют.

¿Quieres [marchar] en el centro? No hay problema.

Estoy seguro de que la marcha saldrá maravillosamente. Y que la policía no tendrá quejas. Y que no encontrarán extremismo ahí, ni llamados a disturbios. No se castigará, apresará ni multará a nadie.

Escribiendo [ru] en el portal liberal en internet Ezhednevnyi Zhurnal, Dmitri Ermoltsev dejó ver un malestar aun mayor acerca de una posible alianza con los nacionalistas:

И прежде чем сесть с ними в одну лодку, например в грядущий Координационный  совет, твердо бы заучили литовскую поговорку: с чертом даже яблоки опасно собирать — не только яблок не получишь, но и мешка лишишься.

Y antes de que te sientes con ellos en un bote (como el futuro Consejo de Coordinación), debes aprender de memoria este proverbio lituano: es peligroso incluso recoger manzanas con el Diablo –no solamente no tendrás las manzanas, también perderás tu canasta.

Escribiendo en LiveJournal, el bloguero nacionalista nazpat discrepa con el artículo de Ermoltsev, particularmente la descripción de marginales políticos, que dice:

Дело в том, что протест создает для националистов возможности, которыми они прежде не располагали. Доселе они были маргиналами в публичном пространстве.

El punto es: el movimiento de protesta crea oportunidades para los nacionalistas que no han tenido antes. Hasta ahora, han estado al margen en el espacio público.

Nazpat responde [ru] manifestando que los nacionalistas son la única fuerza social que nunca ha provocado la intervención directa de Vladimir Putin:

[Н]е зря повторюсь Путин лично улаживал конфликт Манежка-2010. Повторюсь – единственный раз он полез разруливать выступление массовое людей, встречаясь, уговаривая, обещая.

Hay una razón por la cual repito que Putin solucionó personalmente el conflicto de Manezh en 2010. Lo volveré a decir: es la única vez que se ha molestado en arreglar una manifestación masiva, realizando reuniones, convenciendo a las partes y haciendo promesas.

El nacionalismo infinito de Navalny

No estaba claro si Navalny asistiría o no a la Marcha Rusa de este año, aunque el 30 de octubre tuiteó [ru] un anuncio desde el grupo de Krylov, que decía que la ciudad había aprobado un permiso para el desfile. Al día siguiente, Navalny publicó [ru] en LiveJournal un enlace a un nuevo video de música de la banda Rabfak, que tomó por asalto RuNet el pasado octubre con su éxito viral «Nash Durdom Golosuet Za Putina» (Nuestro manicomio vota por Putin). El video ya tiene más de 550 mil visitas en YouTube — apenas 30 000 más que «Khavtit Kormit Kanzas!» (¡Basta de alimentar a Kansas!), la canción que Navalny publicó.

Alexey Navalny en Moscú, 24 de mayo de 2012. Foto de Denis Mironov, CC 2.0.

La nueva canción de Rabfak es un juego de palabras con el lema nacionalista «Khvatit Kormit Kavkaz!», que se ocupa de los subsidios federales a los gobiernos locales del norte del Cáucaso de Rusia (Navalny es miembro de esta campaña). El video musical incluye un montaje de filmación amateur de personas de etnia caucásica cometiendo actos delictivos y realizando bailes tradicionales, con la insinuación de que su cultura está saturada de violencia (apenas días antes, el nacionalista Vladimir Tor publicó un video similar [ru] en su cuenta de LiveJournal).

Escribiendo en Facebook, el periodista Andrey Loshak criticó a Navalny por reproducir la canción, y escribió [ru]:

Меня смущает четкое понимание, что если бы РМ собрал вдруг больше, чем митинг белых ленточек, Навальный бы несомненно принял сторону тех, кого больше.

Me inquieta darme cuenta de que –si la Marcha Rusa repentinamente llamó más la atención que la manifestaciones de los cintas blancas– sin duda Navalny se uniría al bando con más gente.

Esas acusaciones de conveniencia no son nuevas. Es más, hace más de un año, en octubre de 2011, la periodista Yulia Latynina llegó a defender el «nacionalismo como instrumento» de Navalny. En ese momento, escribió [ru]:

Я хорошо понимаю Навального. Он политик, для него национализм — инструмент. Это очень опасный инструмент. Но других инструментов у тех, кто попытается реально реформировать Россию, нет. Потому что если рассказывать, что Россию мы реформируем с помощью всеобщего избирательного права и обещаний всеобщего благосостояния, то, ребят, это немножко нереально.

Entiendo bien a Navalny. Es político, y para él, el nacionalismo es un instrumento. Es un instrumento muy peligroso, pero no hay otros instrumentos disponibles para tratar y reformar a  Rusia. Porque, si quieres decir que vamos a reformar Rusia con la ayuda de derechos universales de sufragio y promesas de prosperidad universal, entonces amigos, están siendo poco realistas.

Aunque hoy en día, Rusia está lejos de ser un «país reformado», irónicamente fue la retórica de derechos universales de sufragio y otras abstracciones justas que al final sí movilizaron las protestas para catapultar a Navalny al centro de la escena del movimiento. Sin embargo, el invierno del año pasado es noticia antigua, y el decreciente frío de los meses finales de 2012 ha traído de vuelta al espectro de la escasez. Aunque las recientes elecciones del Consejo de Coordinación movilizaron a casi 100 000 electores, las filas de la oposición ya no parecen estar creciendo. Como resultado, la competencia interna de la oposición en busca de apoyo está menos oculta.

Esta semana, el editor en jefe de Nezavisimaia Gazeta, Konstantin Remchukov, dijo [ru] a Echo of Moscow que uno de los mayores cambios del año pasado fue la transformación de Navalny de bloguero y cibernauta a político en el mundo real. Asume el Consejo de Coordinación como un éxito absoluto y un puente que conecta a Navalny con el mundo formal de la negociación del poder.

Si Remchukov está en lo cierto, la Marcha Rusa del domingo fue una interesante prueba de cómo es que (y si es que) Navalny ve que su nuevo rol afecta a la hermandad nacionalista-demócrata que ha fomentado con tanto trabajo.

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