Propuesta europea a la UIT: ¿amenaza a la apertura de la red?

Un grupo de empresas de telecomunicaciones europeas han presentado una propuesta para la regulación global de internet que podría alterar fundamentalmente el libre flujo de información en línea. En el proceso, señalan los riesgos inherentes a un debate amplio sobre la «gobernanza de internet».

La Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), una agencia especializada de Naciones Unidas que fija los patrones de la telefonía internacional, está reajustando uno de sus tratados fundacionales. Redactado en 1988, el tratado actual no se aplica a asuntos relacionados con internet. Algunos estados y otros miembros de la UIT pertenecientes al sector empresarial proponen cambios que extenderían la autoridad reguladora de la agencia a internet. Los estados miembros han presentado propuestas respecto a la asignación de rutas IP, ciberseguridad, protección de datos, cargos de interconexión y otros campos que afectarían a la funcionalidad y la apertura de internet.

Dubai, donde se llevará a cabo la conferencia de la UIT. Imagen de Wael Attili, etiquetada para usar.

Una propuesta presentada por la Asociación Europea de Operadores de Telecomunicaciones (ETNO) [en] podría socavar el libre flujo de contenido en línea en todo el mundo. Tendría efectos especialmente dañinos en los países menos desarrollados y en los proveedores más pequeños. El plan de ETNO supondría que:

1. Se podría obligar a los operadores de redes a integrarse en un sistema de intercambio de tráfico de internet en el que, cuando reenviaran una comunicación a otra red, se verían obligados a pagar una tasa a la siguiente red de la cadena. Hay que recordar que internet es la red de redes. Esto supondría una amenaza al actual sistema, en la que los operadores de red intercambian gran cantidad de tráfico libre de cargos.

2.  Los distribuidores en línea y los proveedores de contenido podrían ser incluidos en el sistema de tasas y se les exigiría que pagaran un canon por distribuir sus contenidos.

3. Los proveedores de servicios de internet (ISP) y los operadores de red desarrollarían un sistema de dos niveles para el tráfico en línea, en el que los proveedores de contenido pagarían un dinero extra para que se les garantizara la «calidad del servicio» a la hora de tratar su tráfico. El tráfico de los proveedores de contenido que no pudieran permitirse ese pago extra quedarían sometidos al método tradicional, es decir, la «mejor distribución posible».
Estos elementos de la propuesta de ETNO incrementarían los ingresos de los operadores de telecomunicaciones, pero no hay garantía de que se traduzcan en beneficios para los usuarios. De hecho, podrían representar todo lo contrario.

Mapa del tráfico global de internet. Etiquetado para reutilización. Publicado por Martin Irvine.

Usuarios desfavorecidos en países en vías de desarrollo
Si se aprobase la propuesta de ETNO, las redes de los países más desarrollados podrían renunciar a derivar su tráfico a través de países que perciben como insuficientemente grandes o comercialmente poco importantes como para justificar el coste adicional. Esta política podría colocar a los usuarios de ciertos países en el lado malo de un creciente «abismo digital». Y podría hacer más difícil el acceso de estos usuarios a importantes contenidos fuera de sus fronteras.

Si las redes de los países en vías de desarrollo tienen que pagar tasas de conexión por enviar tráfico de internet, quizá tengan que subir los precios a sus usuarios. Esto podría hacer que los proveedores de los países menos desarrollados se enfrenten a mayores gastos a la hora de acceder a mercados globales.

Poniendo en desventaja a los pequeños e independientes creadores de contenidos
Según la propuesta de ETNO, los proveedores de servicios en línea, de los pequeños blogs a las grandes webs de redes sociales, tendrán que pagar sumas significativas para enviar tráfico a través de la red. Las grandes compañías establecidas que albergan contenidos podrán permitirse esas tasas, pero en el caso de las empresas más pequeñas –muchas de las cuales albergan contenidos independientes o servicios innovadores–, esos costes pueden limitar su alcance global.

Los proveedores de contenido web en países en vías de desarrollo tendrían que soportar un peso desproporcionado a causa de esas tasas, y por tanto les sería más difícil distribuir sus contenidos en el ámbito regional o internacional. En los países pobres con escasos índices de penetración de internet, esto podría hacer que los usuarios solo pudieran acceder a contenidos y webs locales distribuidas por gigantes de internet como Google, y poco más.

Para poner Global Voices como ejemplo, los autores radicados en España que cubren Hispanoamérica podrían ver limitado de repente su acceso a blogs de países pequeños y menos desarrollados como El Salvador o Bolivia, donde es muy probable que los blogueros tengan pocos medios para pagar tasas de conexión internacionales. En general, las webs pequeñas o independientes serían menos accesibles en el ámbito internacional y las conexiones internacionales entre usuarios que crean, innovan, juegan o interactúan a través de las fronteras comenzarían a descender repentinamente.

Impacto económico
La propuesta se ha presentado como una política que permitirá a las compañías de telecomunicaciones hacer mayores inversiones en infraestructura de internet e incrementar el acceso a las tecnologías de la comunicación, pero no hay garantías de que se dediquen más fondos a dicho desarrollo. En lugar de eso, esta política podría socavar el potencial de desarrollo económico que ofrece internet a los negocios y vendedores independientes en países en vías de desarrollo. Las pequeñas empresas que deseen vender sus productos en el mercado global se enfrentarán a mayores gastos, e incluso podrían encontrar dificultades para acceder a webs de comercio electrónico que sirven como plataformas para estas pequeñas empresas.

Amenaza a la neutralidad de la red
Con la propuesta de ETNO, los operadores de red podrían optar por dar prioridad a cierto tráfico. Una compañía podría pagar al operador más tasas para que su tráfico tuviera preferencia, y así se distribuyera de forma más rápida y fiable que la de sus competidores, lo que daría a los operadores de red un poder tremendo, y podría poner en peligro el principio de neutralidad de intenet.

Qué es lo siguiente – Y qué pueden hacer los usuarios de internet
Los miembros de la UIT se reunirán para votar sobre esta y otras propuestas el próximo diciembre en Dubai, en la Conferencia Mundial de Telecomunicaciones Internacionales. La UIT no está abierta a la participación de la sociedad civil. Solo pueden participar los gobiernos y los «sectores miembros» que pagan los derechos (sobre todo grandes compañías y asociaciones comerciales).

La mejor forma de que los usuarios de internet hagan oír sus temores sobre este tema es trabajar a través de las delegaciones nacionales que sus gobiernos enviarán a la conferencia. Normalmente, estas delegaciones nacionales están compuestas del ministro y personal del ministerio de telecomunicaciones. Grupos de la sociedad civil han pedido a los estados miembros de la UIT que lleven a cabo los necesarios procesos nacionales para solicitar la opinión de los interesados, así como para dar a conocer sus posiciones nacionales y sus propuestas para un debate público.

Global Voices Advocacy publicará pronto más información sobre  las formas en las que los ciudadanos pueden hacer públicas sus opiniones sobre el tratado y sus efectos en internet. Los internautas pueden saber más sobre la UIT y su potencial impacto en internet visitando las páginas creadas por el Center for Democracy and Technology (CDT) [en] y Public Knowledge [en]. Para conocer mejor en concreto la propuesta de ETNO y sus implicaciones en un internet abierto pueden leer la memoria de la CDT sobre la propuesta [en].

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