Moldavia vs. Moldavia: ¿quién es el ganador?

El 28 de junio de 1940, Moldavia fue invadida por las tropas soviéticas, tras ser abandonada por Rumania. La Unión Soviética rápidamente la anexaría a su territorio. Lo que siguió fueron varios años de represión bajo el imperio soviético. Aunque no se puede negar, este hecho todavía suele discutirse [en] hoy: ¿fue una liberación o una ocupación?

En la actualidad, el 28 de junio sigue dando lugar a controversias en la sociedad, con protestas y polémicas declaraciones que se repiten año tras año alrededor de estas delicadas fechas históricas. Este año no sería la excepción. Protestas de ambos lados tuvieron lugar [ro] en Chisinau, la capital de Moldavia.

Un grupo, compuesto por varios partidos políticos y ONG, se concentró frente a la embajada rusa para protestar contra los 72 años de la ocupación soviética y exigir el retiro del ejército ruso del territorio de la República de Moldavia. Las pancartas que llevaban, entre otros, rezaban «200 años de ocupación, ya basta» y «Pedimos la liquidación de las consecuencias del pacto entre Hitler y Stalin». La multitud también gritaba cánticos como «¡Fuera, fuera el ejército ruso!» y «Rumania, ¡unificación!”

En el lado opuesto, representantes de la Liga de la Juventud Rusa y el movimiento político «Patriotas por Moldavia» fueron citados [ro] por los medios locales como «celebrando 72 años de liberación del yugo de los invasores reales rumanos».

En la capital de Rumania, Bucarest, cientos de personas se arrodillaron para conmemorar el 28 de junio de 1940. Foto de www.basarabia91.net, usada con autorización.

La guerra callejera de declaraciones también se trasladó a la blogosfera.

Valeriu Munteanu escribió [ro]:

Din păcate, prin metode KGB-ste, ocupanţii au reuşit de-a lungul anilor să mutileze sufletele şi gândirea a mii de moldoveni, au reuşit să-i înveţe pe aceştia să lupte cu dedicaţie împotriva conaţionalilor săi, să spună sus şi tare: „noi nu am fost ocupaţi în 1940, ci am fost eliberaţi, îi mulţumim tancului sovietic şi trenului de marfă, care ne-a dus buneii în Siberia”.

Por desgracia, con métodos al estilo de la KGB, los ocupantes lograron a lo largo de los años mutilar las almas y los pensamientos de miles de moldavos, lograron enseñarles a pelear en contra de sus connacionales y decir fuerte y claro: «no nos ocuparon en 1940, sino que nos liberaron, agradecemos a los tanques soviéticos y a los trenes de carga que se llevaron a nuestros abuelos a Siberia”.

Concluyó [ro]:

Ocupanţii, hulpavi de pământ străin, nu ne lăsa să respirăm liber, nu ne permit, nici peste 70 de la ocupaţia din 1940, să ne trăim viaţa aşa cum ne dorim noi.

Los ocupantes, ávidos de tierras extranjeras, no nos dejan respirar libres, ni nos permiten, ni siquiera 70 años después de la ocupación de 1940, vivir la vida como queremos.

En el lado opuesto, Nicolae Pascaru preguntó [ro]:

Ruşii ne-au cotropit sau românii ne-au trădat?

¿Los rusos nos invadieron o los rumanos nos traicionaron?

Respondió su propia pregunta diciendo que los romanos fueron y seguirán siendo traidores.

El bloguero Radu Marian está cansado de estas discusiones en la blogosfera. Mencionó [ro] el caso de www.vox.publika.md, una plataforma para comentarios, blogs y opiniones, donde, según él, 80 por ciento del contenido estaba «enfocado en una discusión sin sentido, entre dos grupos de payasos», en la que un lado cree que «Moldavia es la mayor nación de la humanidad» y el otro «parlotea sin cesar utopías sobre la gran Unificación entre Moldavia y Rumania».

Andrian Buligari, por otra parte, opinando en artículos sobre divisiones étnicas, escribió [ro]:

Cetățenii RM, tinerii din RM trebuie educați, trebuie educați mai puțin în direcții extremiste, naționaliste, româno sau ruso fobe: dimpotrivă, educați în spiritul patriotismului, toleranței, bunului simți și respectului reciproc.

Los ciudadanos [de la República de Moldavia] necesitan ser educados menos en direcciones extremistas, nacionalistas, rumano- o rusófobas: por el contrario, necesitan que los eduquen en el espíritu del patriotismo, de la tolerancia, del sentido común y el respeto recíproco.

Irina Burac brought into attention [ro] the fact that the victims of political repressions in Moldova were confronted with problems even in their own country:

[C]hiar în țara de baștină sunt lipsiți de compasiune, înțelegere și recunoaștere a suferințelor – victimele represiunilor politice.

Aun en su propio país, las víctimas de represión política son desprovistas de compasión, comprensión y reconocimiento de su sufrimiento.

Según ella, «la Ley especial sobre la rehabilitación de víctimas de represión política no. 1225 del 8 de diciembre de 1992 contiene una serie de disposiciones contradictorias, que dificultan aún más la situación» de dichas víctimas.

Max Ciudin compartió [ro] las mismas preocupaciones y mencionó que «la guerra iniciada por [los soviéticos] en el actual territorio de la República de Moldavia el 28 de junio de 1940, no ha terminado aún»:

Oricât de laşi […] ar fi azi persoanele aflate în fruntea statului, ignorarea propriei istorii, a istoriei văzute nu neapărat din perspectiva întregii naţiuni române, ci măcar din perspectiva bucăţii de pământ moldovenesc pe care aceştia îl necinstesc, negându-i suferinţa adusă de ocupanţii ruşi, nu face decât să le dea lor, „conducătorilor”, dar şi statului în întregime, o notă de nelegitimitate.

No importa cuán cobardes sean quienes gobiernen hoy este pais, ignorando nuestra propia historia, la historia no necesariamente vista desde la perspectiva de toda la nación rumana, sino desde la perspectiva del trozo de tierra moldava que irrespetan, negándole el sufrimiento traído por los ocupantes rusos, esto solo les da a «los líderes» y al estado entero una nota de ilegitimidad.

El autor cree que esta ilegitimidad seguirá marcando la existencia de Moldavia durante mucho tiempo.

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