Ruanda, del colonialismo y el genocidio a la recuperación

El 1 de julio fue un día muy especial en Ruanda, pues el país celebraba el 50° aniversario de su independencia y 18 años del fin del genocidio ruandés. Ruanda consiguió la independencia de Bélgica el 1 de julio de 1962, y el genocidio finalizó oficialmente el 4 de julio de 1994.

interpeace.org escribió [en]:

Esta es una semana importante en Ruanda [en]. Hace 50 años, el 1 de julio de 1962, Ruanda consiguió su independencia. Eso no es todo, el 4 de julio de 1994, los ruandeses fueron liberados de un régimen genocida. Y hace solo un mes, los tribunales Gacaca de Ruanda se clausuraron oficialmente, lo que marcó el final de un periodo de justicia de transición.

Huesos sin enterrar de víctimas del genocidio ruandés en un centro memorial. Imagen del usuario de Flickr DFID - Departamento de Desarrollo Internacional Británico (CC BY-NC-ND 2.0).

Huesos sin enterrar de víctimas del genocidio ruandés en un centro memorial. Imagen del usuario de Flickr DFID (Departamento de Desarrollo Internacional Británico) (CC BY-NC-ND 2.0).

No obstante, como señaló el presidente Paul Kagame en su discurso a la nación [en] del 1 de julio de 2012, solo en los últimos 18 años ha podido el pueblo ruandés:

recuperar la dignidad e identidad que había perdido, en primer lugar bajo el colonialismo, y después, irónicamente, en el momento de su independencia.

Para ayudar a comprender los vínculos entre estos dos periodos, la web newsofrwanda.com explica [en]:

El 24 de marzo de 1957, Grégoire Kayibanda [en], con ayuda del obispo católico Perrudin, escribió el famoso Manifiesto Bahutu, en el que, por primera vez, se explicaba un problema político en términos raciales, se pedía la emancipación de los bahutu y un sistema de cuotas raciales en educación y empleo.

Margee Ensign, actual presidenta de la American University [en] de Nigeria, debatió [en] la génesis del genocidio ruandés:

Las estructuras y políticas coloniales y religiosas ayudaron a colocar los cimientos del genocidio de 1994, en el que fueron asesinadas cerca de un millón de personas. En 1994, mientras la comunidad internacional miraba para otro lado, el Frente Patriótico Ruandés detuvo el genocidio.

En su exposición, Margee Ensign añadió [en]:

Este es el aspecto que tenía el país en 1994:

  • Más de un millón de personas –sobre todo tutsis– habían sido masacradas.
  • Las infraestructuras estaban diezmadas.
  • La cohesión social estaba arruinada.
  • Todos los sectores clave del país –educación, agricultura, salud, justicia y economía– se habían desmantelado.

En estos últimos 18 años, se ha conseguido mucho, tanto en lo que respecta a la reconciliación como en el desarrollo socioeconómico.

Consciente de la importancia de una reconciliación nacional, para el nuevo gobierno era urgente mostrar a los supervivientes y a la comunidad internacional que se estaba haciendo justicia. Encausar a los culpables del genocidio –estimado en unos dos millones de personas– con un sistema judicial moderno hubiera exigido varios años. El gobierno creó unos tribunales tradicionales llamados Gacaca [en] en 2001.

Jean Kayigamba habla [en] de los Gacaca en newint.org:

En esos juicios, a los acusados se les imponen condenas más cortas a cambio de que confiesen, y se les anima a pedir el perdón de la familia de la víctima. Los supervivientes tienen la oportunidad así de descubrir cómo murieron sus seres queridos y qué se hizo con sus restos.

Will Jones expuso su conclusión [en] sobre la labor y los logros de los tribunales Gacaca:

El pasado mes de junio, Ruanda completó un experimento de justicia posconflicto sin parangón en el mundo. Desde 2001, se han convocado unos 11 000 tribunales a lo largo y ancho del país para procesar los casos de crímenes ocurridos en el marco del genocidio ruandés, en el que 800 000 tutsis, junto con los hutu y twa que se percibían como sus aliados, fueron sistemáticamente asesinados. Estos tribunales se reúnen todas las semanas. Han procesado aproximadamente 1 900 000 casos, de los cuales unos 400 000 eran de supuestos perpetradores del genocidio. Y han hecho todo esto con un coste de unos 40 millones de dólares.

Desde el final de genocidio ruandés, el país ha protagonizado un notable desarrollo socioeconómico. En el campo de la política, Ruanda es el único país del mundo que tiene un mayor número de mujeres que de hombres en su parlamento.

No obstante, los registros de Ruanda en materia de derechos humanos no son tan buenos. En el informe anual de Amnistía Internacional, entregado en mayo de 2012 al Comité de las Naciones Unidas Contra la Tortura, y que denuncia el uso de torturas y otros malos tratos en todo el mundo, se señala al régimen de Paul Kagame. Comentando el informe, jambonews.net escribe [en]:

La organización documentó 18 alegaciones de tortura y malos tratos. También señaló casos de desapariciones forzadas, detenciones ilegales y falta de acceso a abogados, familiares y asistencia médica, lo que contraviene la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes (CAT).

Las tensiones y divisiones étnicas posteriores a la independencia dieron como resultado el genocidio de 1994 contra los tutsi. Se estima que más de un millón de personas murieron en el corto espacio de 100 días.

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