Rusia: Amenaza de muerte para periodistas y perdón para funcionarios

El jueves 14 de junio, Aleksandr Bastrykin, jefe de la Comisión Federal Investigadora de Rusia, se presentó ante la prensa y se dio la mano con Dmitri Muratov, editor en jefe del periódico más opositor del país, Novaya Gazeta. Bastrykin se dirigió a un audiencia de periodistas y dijo [ru] con cierto pesar: «Quiero empezar por ofrecer [a Muratov] disculpas por mi arranque emotivo en la reunión [del 4 de junio]». El jefe de la Comisión Investigadora se refería a una reciente discusión con Sergei Sokolov, subdirector ejecutivo de Novaya Gazeta, a quien supuestamente Bastrykin secuestró y dejó en los bosques fuera de Moscú, donde amenazó la vida del periodista debido a un artículo [ru] que lo acusaba de ayudar a un conocido gangster.

Aleksandr Bastrykin, 21 de enero de 2011. Foto del Servicio de Prensa del presidente ruso. CC BY-SA 3.0; Wikimedia Commons.

El escándalo entre Novaya Gazeta y la Comisión de Investigación, que apenas duró dos días, se convirtió en un asunto curioso, increíble por la magnitud de las acusaciones iniciales contra Bastrykin y la suavidad con que ambos lados declararon una tregua.

Empezó en Twitter

Los primeros rastros de la controversia surgieron en Twitter. El 11 de junio, dos días antes de que Muratov publicara una carta abierta a Bastrykin revelando la historia, el diputado de la Duma, Aleksandr Khinshtein, tuiteó [ru] de manera inquietante que «un escándalo sin precedentes» le esperaba al jefe de la Comisión Investigadora. El tuit de Khinshtein llegó un día antes de la más reciente manifestación masiva de la oposición, la ‘Marcha del Millón de Hombres 2′, el día en que los investigadores federales entraron a las casas y oficinas de conocidos opositores, incluidos Aleksei Navalny, Ksenia Sobchak, entre otros. En ese momento, el comentario de Khinshtein suscitó cierto interés, pero su propia relación complicada con Bastrykin empañó la aprensión de su predicción.

El 13 de junio, cuando Muratov detonó la historia en una carta abierta [ru] a Bastrykin, la clase política de Rusia respondió con diferentes grados de sospecha y disgusto. Bozhena Rynska, comentarista de sociales y chismes de toda clase, escribió [ru] en su cienta de LiveJournal que Bastrykin ‘ladra y no muerde’, aunque expresó cierto respeto por su audacia:

Я одно хочу сказать: человек, способный вывезти в лес самолично, под своим именем, в ярости и в запале погрозить убийством — не гнида. Бастрыкин показал, что он способен на прямую конфронтацию, он не боится афронта.

Quiero decir una cosa: alguien capaz de llevarse [a Sokolov] al bosque personalmente, abiertamente solo, y con rabia [lo] amenazó con matarlo — esta persona no es imbécil. Bastrykin demostró que es capaz de confrontación directa, y no teme a las afrentas.

El Colegiado de Periodistas de Moscú (un grupo de reporteros  de mente ‘independiente’ fundado [ru] en 1994) publicó declaración [ru] en el blog Echo of Moscow, exigiendo una «detallada investigación» a las acusaciones de Muratov, junto con la suspensión de Bastrykin, hasta que se completara la revisión. Andrei Kolesnikov, columnista de Novaya Gazeta, expresó [ru] el sentimiento exactamente opuesto, defendiendo a Muratov y su periódico contra críticas luego de la reconciliación con la Comisión Investigadora:

Жаль, что важные тексты иногда остаются непрочитанными. […] В нем редакция требовала три вещи: извинений за угрозы; обеспечение безопасности заместителя главного редактора Сергея Соколова; обеспечение безопасности сотрудникам редакции, выполняющим задания на Кавказе. Все три требования были удовлетворены. И теперь, после принятых извинений Бастрыкина, в глазах части коллег и читателей «Новая газета» — предатель дела борьбы с «кровавым режимом».

Es una vergüenza que textos importantes se queden a veces sin leerse completamente. […] En [el artículo de Muratov], pidió tres cosas: una disculpa por las amenazas, [una garantía] para la seguridad personal del subeditor ejecutivo Sergei Sokolov, y [una garantía para] la seguridad del personal del periódico que trabaja en el Cáucaso. Los tres pedidos fueron cumplidos, pero ahora — tras aceptar las disculpas de Bastrykin — a los ojos de algunos de nuestros colegas y lectores, [el periódico se ha convertido] en traidor a la batalla con el ‘sangriento régimen’.

También en el blog de Echo, el periodista Aleksandr Podrabinek escribió [ru] que perdona a Novaya por retractarse luego de que Bastrykin cumpliera los pedidos de Muratov, y explica que las publicaciones deben buscar la seguridad de sus propios reporteros, por encima de todo. Pero agregó:

Однако «лесная история» перестала быть фактом личных отношений между Сергеем Соколовым и Александром Бастрыкиным. Она перестала быть даже частным делом «Новой газеты» и СК. Это стало общим делом, публичным, и взаимные извинения фигурантов этой истории ничего не меняют.

Sin embargo, la ‘historia del bosque’ ya no es un episodio personal entre Sergei Sokolov y Aleksandr Bastrykin. Ya ni siquiera es un asunto privado entre Novaya Gazeta y la Comisión Investigadora. Se ha convertido en un asunto social y público, y ningún número de disculpas recíprocas cambia nada de eso.

Echo of Moscow en las trincheras y ‘siloviki’

En las veinticuatro horas en que este escándalo quedó ‘sin resolver’, varios reporteros de Echo of Moscow realizaron un piquete en las afueras del edificio principal de la Comisión Investigadora en Moscú. Varios destacados periodistas fueron detenidos casi de inmediato (que llevó a un aluvión ya típico de fotos de Instagram desde dentro de las camionetas de la policía). Aleksei Venediktov, editor en jefe de Echo, blogueó [ru] una carta de ‘agradecimiento’ enviada al día siguiente, expresando su gratitud a los que cubrieron los arrestos. También dejó ver un poco de su mal genio con los que no lo hicieron:

А тем коллегам, которые предпочли не заметить этого, скажу – не волнуйтесь, когда ваши журналисты попадут в подобную ситуацию (а наша профессия такая – обязательно попадут), «Эхо Москвы» будет информировать своих слушателей о таких историях. Мы просто считаем это правильным.

A esos colegas que prefirieron no notar [los arrestos y piquete de los reporteros de Echo]: no se preocupen. Cuando sus periodistas aterricen en una situación similar (y pasará absolutamente, dada nuestra profesión), ‘Echo of Moscow’ informará a nuestros oyentes de dichos incidentes. Creemos que eso es lo que se debe hacer.

Alexey Venediktov, 10 de abirl de 2011. Foto de Andrei Romanenko, CC BY-SA 3.0; Wikimedia Commons.

Maksim Kononenko, autor, blogger y crótico de la oposición, destacó el peculiar rol de Khinshtein en la controversia, y se burló [ru] de los reporteros de Echo por verse arrastrados en un escándalo presumiblemente orquestado por actores dentro del sistema político:

[…] Бастрыкин, конечно, гондон (оценочное мнение), но все же эта история (зная методы и направления работы Хинтшейна) выглядит прямо скажем сомнительно.

Bastrykin, por supuesto, es un verdadero imbécil (en mi opinión), pero toda esta historia (conociendo los métodos y área de trabajo de Khinshtein) parece bastante superficial.

Tras la reconciliación pública, Kononenko resumió [ru] su teoría de la conspiración como sigue:

Я думаю, что было так. Муратов рассказал Хинштейну. Хинштейн посоветовал ему: раздуй. Бастрыкин не устоит. Бастрыкин устоял. Муратов откатил назад. А Хинштейн вроде бы ни причем. ггг

Creo que así fue: Muratov le dijo a Khinshtein [acerca del incidente de Sokolov]. Khinshtein le aconsejó no inflar la historia. Bastrykin no resistirá. [Pero] Bastrykin resistió. [Y] Muratov se retractó. Y las manos de Khinshtein están limpias. trololo [en]

El periodista bielorruso Pavel Sheremet también notó sombras en la pelea dentro de la élite, y escribió [ru] en LiveJournal que el escándalo, que probablemente fue cierto, probablemente también fue montado:

Главного российского следователя, наверняка, подставили. […] Ему подослали для дискредитации не проститутку, как обычно, а журналиста. В том мире привыкли ставить знак равенства между проституткой и журналистом. Несчастный Бастрыкин провокации не почувствовал, сначала наорал на журналиста, потом вывез его в лес, угрожал […]. […] Нам хотят показать, что Бастрыкин беспредельщик или немного устал.

Probablemente, al jefe investigador ruso le tendieron una trampa. En lugar de mandar una prostituta para desacreditarlo, como suele ser, enviaron un periodista. En ese mundo, están acostumbrados a no distinguir entre prostitutas y periodistas. Mala suerte para Bastrykin, que no detectó la provocación: primero le gritó [a Sokolov], y luego se lo llevó al bosque y lo amenazó […]. […] Quieren mostrarnos que Bastrykin está fuera de control, o por lo menos un poco cansado.

Oleg Kashin, blogger y columnista, parece estar de acuerdo. El 14 de junio, en el editorial, escribió acerca del rol de Khinshtein y dijo que las acusaciones contra Bastrykin son demasiado odiosas como para no ser parte de una campaña mayor:

[…] участие во всей истории известного микроблогера Александра Хинштейна, анонсировавшего накануне скандал в своем Twitter, и публикация разговора Бастрыкина с журналистом Соколовым на известном таблоидном сайте, и давний конфликт между Следственным комитетом и Генпрокуратурой — контекст нельзя игнорировать, и в этом контексте превращение Бастрыкина в образцового «плохого парня» из кино выглядит именно как эпизод информационной войны.

La participación a través de esta historia del microblogger Aleksandr Khinshtein — que [la] anunció la víspera del escándalo a través de su Twitter — y la publicación [ru] de la conversación [oficial] de Bastrykin-Sokolov en el sitio de un infame tabloide [LifeNews], y el largo conflicto entre la Comisión Investigadora y el Fiscal General — es contexto que no se puede ignorar. En este contexto, la transformación de Bastrykin en una clásico «malo» de Hollywood parece precisamente un episodio de guerra de la información.

En un post titulado «Desenfreno de Siloviki» [en], Brian Whitmore, de Radio Libery de Radio Free Europe, citó un alarmante (o alarmista, dependiendo de la visión de cada uno) editorial [ru] en Vedomosti que identificó el escándalo Bastrykin como evidencia de que Putin ha dado a los siloviki (fuerzas de seguridad en el gobierno) un ‘cheque en blanco’ para combatir a los enemigos del presidente. Whitemore compara esta atmósfera con el periodo anterior al ascenso de Dmitri Medvedev al Kremlin en 2007, cuando los ‘clanes’ en guerra luchaban por influencia en un paisaje político cambiante e incierto:

Por supuesto, todo es especulación en este momento. Pero como lo anoté, la última vez que la élite se comportó así fue a fines de 2007, en medio de la incertidumbre que prevaleció justo antes de que Putin dejara el Kremlin. Si esto es lo que está pasando ahora, sugiere que la élite gobernante solamente está nerviosa ahora, poco más de un mes después del regreso de Putin al poder.

Preguntas que persisten

¿Esta controversia fue maquinada o fabricada por los enemigos de Bastrykin dentro del sistema para debilitar a la Comisión Investigadora y fortalecer a otras ramas de los servicios de seguridad — tal vez su rival histórico, el Fiscal General? ¿Las ansias de Novaya Gazeta de resolver esta disputa con Bastrykin indica que Muratov se asustó y traicionó a la prensa ‘independiente’ de Rusia? ¿Fue Khinshtein un orquestador o solamente otro peón en todo esto? Las respuestas a esas preguntas dependen de las creencias políticas de cada uno o bien simplemente no existen hoy en ninguna forma persuasiva. Una pregunta más dolorosa tal vez sea: ¿recordará alguien esta historia dentro de un año? ¿Y dentro de cinco y medio, cuando el actual mandato presidencial de Putin esté llegando a su fin?

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