Bielorrusia: La explosión del metro de Minsk 2011 – Un ‘Salón de Espejos’

Informes no confirmados sugieren que Vladislav Kovalev y Dmitry Konovalov -los hombres condenados y sentenciados a muerte por sus acciones en torno a la explosión en abril de 2011 de una estación de metro de Minsk -(ver cobertura de Global Voices acá y acá)- han sido ejecutados a pesar de los pedidos internacionales de clemencia al presidente bielorruso Aleksandr Lukashenko.

Andrew Osborn, que escribe para The Telegraph, se refirió [en] a Bielorrusia como la ‘última dictadura de Europa’ cuando dio detalles de la explosión, que cobró la vida de 15 personas y dejó cientos de heridos.

La controversia en torno al proceso contra los señores Kovalev y Konovalov gira en torno a dos temas principales – 1) La existencia de la pena de muerte, pues Bielorrusia es el único país europeo que todavía ejecuta prisioneros y 2) la integridad del proceso a estos hombres.

Flores en la entrada de la estación de metro de Minsk donde ocurrió la explosión el 11 de abril de 2011. Foto de IVAN URALSKY, derechos reservados © Demotix (12/04/11).

Apenas días después de la explosión, The Economist publicó [en] en su blog una diversidad de teorías acerca de quién podría ser responsable:

En otros países, el dedo de la sospecha por la última bomba apuntaría inmediatamente a terroristas islamistas. Pero parecen ser un culpable bastante improbable. Bielorrusia se ha mantenido lejos de la guerra de Rusia en Chechenia, así que no atrae la ira de ningún jihadista por eso. […]

Es difícil ver por qué alguien en la oposición convencional estaría detrás del atentado. No desestabiliza al régimen. Traería grandes riesgos a los autores. Y sería completamente atípico. […]

Un candidato apenas más convincente sería un movimiento extremista. Bielorrusia no tiene una verdadera tradición de radicalismo político. Rusia tiene cabezas rapadas, perseguidores de minorías étnicas y hasta neonazis (confuso: ¿creen que son übermenschen (hombres superiores) o untermenschen (hombres inferiores)?). Esos grupos tienen filiales menores en Bielorrusia. Tal vez alguna de ellas está mostrando sus habilidades, para sus propios propósitos.

Una organización bielorrusa llamada la «Legión Blanca» fue vinculada a los atentados de 2008 y muchos han participado en dos explosiones anteriores en 2005. Pero nadie sabe mucho al respecto. Algunos hasta dudan que exista. […]

Las divisiones al interior del régimen son una posibilidad. El arresto en diciembre de 2010 de Igor Azarenok, jefe de la fuerza aérea, sigue siendo un misterio, y sus amigos podrían resentirse. Algunos análisis proponen la existencia de facciones rivales de «lobos jóvenes» y «lobos viejos» (los antiguos amigos del Viktar, hijo del señor Lukashenko, los otros hombres viejos de la KGB).

Otro análisis incluye una facción de línea dura determinada a empujar a Bielorrusia más allá hacia la autocracia y lejos de Occidente. […]

Por supuesto que tales secretas maquinaciones internas lo pueden explicar casi todo. Pero sería bueno tener algo de evidencia. En este caso existe muy poca.

El post concluyó enfatizando que no se dio real evidencia, pues está relacionada con el caso de un ‘salón de espejos':

El resultado es un salón de espejos: ¿las autoridades soltaron una bomba con la esperanza de desacreditar a la oposición? ¿O la oposición lo hizo en la creencia de que las autoridades asumirían la culpa? ¿O fueron los rusos, para algunos teóricos de la conspiración los malhechores multipropósitos? ¿El régimen lo hizo con la finalidad de destacar la amenaza de los «extremistas», o con la esperanza de poner la culpa en los foráneos? ¿O fue la OTAN?: después de todo, los retorcidos occidentales han bombardeado Libia, ¿por qué no Bielorrusia? Las explicaciones se hicieron cada vez más absurdas y menos concluyentes.

El único hecho concreto hasta ahora es que el atentado fue un trabajo profesional, cruelmente ejecutado. El señor Lukashenko tomó su habitual línea paternal, asistiendo a la escena de la explosión con su hijo de seis años (su compañía en casi todas las apariciones públicas).

En noviembre de 2011, el blog Death Penalty citó [en] un artículo hallado en The Independent, que iluminaba [en] la controversia en torno a la investigación a los señores Konovalov y Kovalyov:

Sin embargo, la policía arrestó rápidamente a Konovalov y Kovalyov, y el primero confesó haber hecho la bomba y haberla detonado, mientras el segundo admitió que conocía los planes de su amigo y no hizo nada para detenerlo. Los dos también admitieron una serie de ataques más pequeños. Konovalov dijo que realizó los ataques «para desestabilizar la situación en la República de Bielorrusia» y porque discrepaba con las políticas del señor Lukashenko, pero la admisión extrañamente rebuscada, que refleja una definición legal oficial, dejó a muchos sospechando, tal como pasó con el hecho de que Konovalov apareció como totalmente apolítico.

Durante los dos meses de juicio, Kovalyov dijo que solamente implicó a su amigo tras ser presionado por los investigadores, y Konovalov no dijo nada. Además de las confesiones, los fiscales ofrecieron poca evidencia sustancial en contra de los dos hombres.

Aunque todavía no se ha dictado sentencia, el señor Lukashenko ya ha recompensado públicamente a los funcionarios por resolver el caso, y los medios controlados por el estado se han referido con frecuencia a los dos hombres procesados como «terroristas».

La madre del señor Kovalyov tuvo un rol activo en los esfuerzos públicos por exonerar a su hijo. A través de Change.org, habilitó un formulario en línea en muchos idiomas para permitir que los cibernautas presentaran una petición en línea a varios funcionarios europeos de asuntos exteriores:

Les escribo en nombre de Lyubou Kavalyova, madre de Uladzislau Kavalyou. El 30 de noviembre, su hijo junto con Dzmitry Kanavalau, fue condenado a pena de muerte por la Suprema Corte de la República de Bielorrusia. […]

Me uní a esta campaña porque creo que esos hombres no pueden ser enviados a morir mientras no se pruebe que son culpables. […]

También les escribo en nombre de grupos bielorrusos e internacionales de derechos humanos y muchas víctimas del ataque, que vieron que el juicio es injusto y que la Suprema Corte ha cometido un error en sentenciar a muerte a los dos hombres. […]

Así pues, escribo para pedirles solamente dos cosas: por favor, tomen públicamente una postura en este tema, por favor, condenen la pena de muerte en Bielorrusia. Por favor, escriban a las autoridades bielorrusas y exijan que no ejecuten a Uladzislau Kavalyou ni a Dzmitry Kanavalau, ¡sino que se empiece con una nueva investigación! […]

Los solicitantes dejaron comentarios explicando por qué se sintieron motivados a tomar acción en defensa de esos jóvenes.

Olga Nikonova [ru]:

¡¡¡No son culpables!!!! La presunción de inocencia afirma – una hombre es inocente hasta que se pruebe su culpa en una corte. ¡¡¡La corte no ha brindado evidencia!!!! […]

Iryna Lysenko [ru]:

Estoy en contra de la pena de muerte. La historia está llena de situaciones donde personas inocentes han sido ejecutadas. Este caso puede ser una de esas situaciones. ¡No se debe permitir que ocurra!

Dzmitry Shymkin [en]:

Todos saben que este proceso es una farsa y todos saben quién es el verdadero organizador de ese asesinato.

El blog Voice of America anunció [en] el 30 de noviembre que la pena de muerte se había dictado y los grupos internacionales de derechos humanos siguieron poniendo en duda la legitimidad de la investigación:

El juez dijo el miércoles que Dmitry Konovalov y Vladislav Kovalyov presentan un extremo peligro a la sociedad y por ello requieren la sanción suprema — muerte por ejecución. […]

Activistas de derechos han llamado a las autoridades de la ex república soviética para que no aplique la pena de muerte. Una investigadora de Amnistía Internacional expresó indignación por, en sus palabras, el “cinismo” del juicio.

Amnistía dice que tiene preocupación por la investigación, por la velocidad con la que se anunció que el caso estaba resuelto y que los dos sospechosos confesaron no solamente ser autores intelectuales del atentado de metro en abril, sino de otros también.

El blog Voices of Russia publicó [en] una carta al editor unos pocos días más tarde titulada «Aparentemente, Occidente está en contra del terrorismo solamente cuando conviene a sus propósitos», que apoya el proceso contra los señores Konovalov y Kovalyov:

Aparentemente, Occidente está contra el terrorismo solamente cuando conviene a sus propios intereses. A pesar de la abrumadora evidencia física y circunstancial en contra de los autores del atentado contra el metro de Minsk, incluida una cinta de video de uno de los autores plantando la bomba, los medios occidentales ya están gritando que el juicio fue injusto. Hasta están afirmando que el gobierno bielorruso plantó la bomba para crear una situación de miedo. En este punto, creo que es una pérdida de tiempo incluso responder las quejas contra Bielorrusia y contra Lukashenko en Occidente. No importa lo que digamos, no importa qué evidencia presentemos, seguirán satanizando a Bielorrusia y al presidente Lukashenko. […]

En días recientes ha habido informes no verificados según los cuales uno o ambos hombres han sido ejecutados. RT.com informó [en] que la familia del señor Kovalev recibio una carta firmada por el Vicepresidente de la Suprema Corte afirmando que a su hijo le habían disparado el 15 de marzo. Lo que es seguro es que si estos hombres han sido ejecutados, sus familias no recibieron ningún aviso anticipado.

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