Rumanía: «Un Tsunami» de protestas contra la austeridad y la corrupción

Después de cinco días [en] de protestas en Rumanía [en], representantes de la policía del país están evaluando los daños materiales causados, el número de armas confiscadas y el número de personas detenidas en las comisarías. La comunidad en línea rumana está intentado explicar por qué la gente ha tomado las calles, cuál fue la respuesta de las autoridades y qué consecuencias pueden acarrear estas protestas.

El 15 de enero, el periodista Radu Tudor comparó [ro] las protestas con «un tsunami» que barre todo a su paso:

Miles de manifestantes en Bucarest, Brasov, Timisoara, Pitesti, Deva, Sibiu, Iasi, Cluj Napoca y otras importantes ciudades de Rumanía han exigido enérgica y claramente la dimisión del Boc Cabinet (el gobierno de coalición) y del Presidente Basescu. Unas elecciones anticipadas suponen una resolución relativametne honorable y democrática a estas grandes tensiones entre las autoridades en el poder y la disconformidad de la gente.

[…]

En la mente de la mayoría la decisión ya ha sido tomada: el régimen Basescu-Boc debe de finalizar. Esto ha provocado desesperadas maniobras de distracción con «vándalos» intentado comprometer en parte la legitimidad de las protestas y desalentando a las personas a tomar la calle. La violenta ruptura entre los gobernantes actuales y la población solo puede tener un veredicto. Los ciudadanos de a pie han iniciado un tsunami a favor del cambio político y que está barriendo todo a su paso. En especial en la cúspide del poder.

Manifestantes en Bucarest ondean la bandera rumana y cantan lemas a favor del Dr. Raed Arafat y en contra del Presidente Traian Basescu. Foto de ANDREI IONIȚĂ, copyright © Demotix (13/01/12).

Esto fue lo que escribió [ro] la analista política Alina Mungiu-Pippidi en el portal anticorrupción Romania Curata:

[…] Era la hora de protestar. Pero cuando las acciones colectivas son espontáneas, sin líderes ni una planificación, se corre el riesgo de vivir de nuevo lo que ocurrió en la Revolución [1989] – la legitimidad de la protesta robada, tergiversada, usada y aprovechada por otros sin realizar ningún cambio substancial.

Traian Basescu se merece lo que está sucediendo. Se salió del marco constitucional con el fin de atacar a un hombre que ya había tenido éxito en la aplicación de una reforma -Raed Arafat – en nombre de una futura modificación de la que dudan el Banco Mundial, el FMI y expertos rumanos, mostrando el mismo síndrome de infalibilidad que nos recuerda a Ceausescu, abandonó la única guardia que puede proteger a una cabeza de estado. Y esa guardia son las leyes y la legitimidad que te proporciona la buena voluntad. Nadie es infalible, todos cometemos errores, pero al menos debes de ser capaz de probar tu buena voluntad.

[…]

Después de esta semana, la sociedad civil se ha situado claramente en la oposición y su fuerza y expansión territorial han crecido repentinamente. La pregunta es cómo podemos institucionalizar esta oposición con el fin de usarla para alcanzar unas elecciones limpias […], y después de las elecciones usarla para controlar a los que están en el poder. […]

Cuarto día de protestas en contra de los recortes y el descenso de los estándares de vida. Bucarest, Rumanía. Foto de GEORGECALIN, copyright © Demotix (16/01/12).

El periodista Radu Lungu responde [ro] a las preguntas que muchos se hacen estos días – «¿Por qué hemos tomado las calles?»:

Porque lo que está ocurriendo en nuestra sociedad es nuestra responsabilidad. Porque sentimos que ya no vivimos en un país libre. Como todos los jóvenes de nuestra generación, que apenas recuerdan nada de la época comunista o que ni siquiera habían nacido entonces, a nosotros también nos manipularon los medios y la clase política. Nos dijeron que lo que sucedía en la sociedad en la que vivimos no nos concierne, que la gente culta no se mezclaba con la gente común. Que sus problemas no son los nuestros, que en nuestro país nada se hace como se debería hacer pero que así son las cosas. Que oponerse a esto es lo mismo que ser inmaduro e inconsciente. Que de todas formas nos iríamos al extranjero y nos libraríamos de este país imposible. […] Queríamos ver con nuestros propios ojos qué estaba pasando, así que salimos a la calle con nuestras cámaras – desafortunadamente, no llevamos con nosotros nuestro calzado deportivo, pero aprendes cómo evoluciona la revolución sobre la marcha.

Radu Lungu relata lo que vio y vivió en las calles del centro de Bucarest:

En un momento dado, los manifestantes se situaron en la calzada. Los gendarmes formaron una linea tras la que encerraron al grupo de gente y los empujaron de vuelta a la acera. Mucha gente que volvía de fiesta u otros que pasaban por allí se vieron en medio del lío y fueron arrestados. Había alguien que llevaba algo de queso en una bolsa intentando explicarle a la policía que lo había comprado y no para usarlo con fines violentos. La gente quería mostrarle a los gendarmes sus documentos de identidad, pero se negaron a garantizarles este derecho. […] Se detenía a la gente bajo el pretexto de «ya no se pueden marchar» sin darles más explicación. La gente solicitaba constantemente ser cacheados e identificados en el acto, según la Ley 550 del Código Penal. Desgraciadamente, la multitud y los gendarmes solo podían solucionar esta disputa legislativa en las comisarías. […] Sin embargo, la policía no usó un tono agresivo en la comisaría. Muchos gendarmes nos dijeron que nos encontrábamos en el lugar equivocado en el momento equivocado. Era mejor estar tranquilos, firmar algunos papeles, tomar unas fotografías y luego volver a casa. Quiero acabar mi reportaje apelando a la calma y a la no violencia. Personalmente, voy a intentar que toda la gente posible disponga de copias de las Leyes 550 y 60 para entregar a los gendarmes en la plaza de la universidad. Primero pensé en traer copias de todo el Código Penal pero si tuviéramos dinero para todos esos accesorios intelectuales probablemente no volveríamos a tomar las calles.

Un hombre es sujetado en el suelo por agentes antidisturbios antes de ser arrestado. Más de 1000 manifestantes se enfrentaron a la policía, que además usaba gas lacrimógeno para dispersarlos. Fotografía de ALEXANDRU DOBRE, copyright © Demotix (15/01/12).

El 17 de enero, siguiendo las peticiones del Presidente Basescu, Raed Arafat retomó su puesto de Secretario de Estado adjunto, Ministro de Sanidad y coordinador del sistema médico de emergencia. El periodista Radu Tudor ve este gesto como el «reconocimiento oficial de que Basescu ha sido derrotado»:

Después de haber humillado públicamente a Raed Arafat y de haberle obligado a renunciar, en este día el infalible Basescu ha muerto políticamente. Pero la gran masa de descontento popular sigue en marcha. Basescu tiene miedo de que [la oposición] tome el control de este descontento y esa es precisamente la apuesta de la restitución del Raed Arafat.  Ni el respeto hacia él ni el reconocimiento de su valor, sino el miedo a que la oposición se beneficie de la indignación nacional manifestada durante los últimos días en decenas de ciudades rumanas. La restitución de Raed Arafat no anula los recortes salariales y de empleo, no pone freno a la subida de precios, no rebaja el IVA, no libra a millones de personas sin recursos de los enormes preocupaciones causadas por este régimen político. La restitución de Raed Arafat es la victoria de la idea de que Basescu y su grupo pueden ser derrotados. […]

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