Kenia: La vida en Dadaab, el mayor campo de refugiados del mundo

Una fotografía aérea, publicada en la página de Flickr de Oxfam International, del mayor campo de refugiados del mundo en Dadaab, Kenia, ilustra lo extenso que puede ser el problema del desplazamiento. El campo es el hogar de 450,000 refugiados, de los cuales la mayoría ha huido de la sequía y una guerra civil librada en Somalia desde 1991. Unos 1,500 adicionales llegan cada día.

Con la esperanza de encontrar respiro del conflicto, la hambruna y los desastres  naturales, se cree que el 75 por ciento de todos los refugiados vive en países vecinos del suyo, y a veces crean una crisis humanitaria que puede exigirle demasiado a los gobiernos nacionales y organizaciones internacionales.

Vista aérea del mayor campo de refugiados del mundo, Dadaab © Oxfam International

La organización internacional de ayuda no solamente está usando Internet para difundir información e imágenes sobre la situación en el campo en Twitter y Flickr. También ha publicado en YouTube un diario en video de la actriz y Embajadora de Oxfam, Scarlett Johansson:

Por supuesto, la situación es tan seria en Dadaab que Oxfam no es la única organización internacional que trabaja en el campo, y una trabajadora asistencial, Amy Burke, ofrece actualizaciones frecuentes en el blog Lutheran World Relief [en]:

La peor sequía en 60 años ha dejado a la gente a punto de morir de hambre. Sus cultivos han muerto, junto con su ganado. Sin medios para alimentarse, decenas de miles han acudido en gran número acá a Dadaab, Kenia — lugar del mayor campo de refugiados del mundo.

Refugio en Dadaab © Lutheran World Relief

Ahora con los medios destacando que el cólera está volviendo a esparcirse en el campo, Burke destacó el peligro a comienzos de noviembre [en]:

Las lluvias están viniendo.

Esto puede sonar como una bella sensación para los refugiados del este de África que han sufrido severas sequías en el Cuerno de África el año pasado. Aunque las lluvias traen nueva vida y renacimiento, también traen muchas enfermedades que se transmiten por el agua. Se estima que solamente en Dadaab, unas 75,000 personas podrían verse afectadas por la propagación de algunas enfermedades.

Ciertamente, cuentas como la de Burke son cruciales para sacar información del campo una vez que la atención de los medios se ha extinguido [en]:

Los titulares se han terminado. La lucha es silenciosa. Solamente la crisis permanece.

Mientras la sequía en el este de África y la masiva reubicación de miles de personas a los sobrepoblados campos de refugiados en Dadaab han dejado de salir en los titulares, la naturaleza de la situación sigue siendo increíblemente grave.

Los refugiados son personas reales, no solamente una agobiante estadística. Cada uno de los 400,000 que vive en Dadaab es una persona real con una vida real y necesidades reales -pero a menudo los empujamos a ellos y sus penurias al fondo de nuestra mente creyendo que no hay nada que podemos hacer.

Una crisis olvidada © Lutheran World Relief

Es tal vez por esa razón que Burke también ha pintado una imagen más humana de la vida en el campo, destacando historias personales que muchos afuera de Dadaab considerarían de valor y coraje [en]:

Ambiya vivía en Somalia con su hija, madre y abuela. Debido a la situación de creciente sequía y hambruna que se esparcía por su país, llegó el momento de salir a un lugar más seguro. Pero no estaba en condiciones de irse, y tras comer de poco a nada durante 18 días, Ambiya, de 20 años, dio a luz a su hijo Hamza.

[…] Ser mamá no es fácil: asegurarte que tu hijo esté saludable, seguro y que se satisfagan sus necesidades es una responsabilidad a tiempo completo. Esto es ya suficientemente estresante, imaginen dejar su país natal, caminar durante al menos una semana, perder cada una de tus posesiones materiales por una sequía y llegar a un nuevo lugar con la finalidad de empezar una nueva vida con nada más que la ropa que llevas puesta.

Sin demora, al día siguiente de haber dado a luz, Ambiya se fue con su recién nacido, su hija, madre y abuela en una larga marcha de Somalia a Kenia. […] El único objetivo de la mayoría de personas es sobrevivir a la travesía —una noble, y en muchos casos, inalcanzable esperanza. Para Ambiya, su objetivo era hacer que toda su familia llegara viva a Dadaab, sobre todo su bebé de un día de nacido.

[…] El problema con distanciarnos de su historia y su hazaña es que tendemos a convertirla a ella en ficción. Ambiya es una persona real que perseveró durante lo que probablemente fue la experiencia más difícil de su vida. Representa fuerza pura. Su acción fue real y fue emblemática de cómo el amor y la fuerza de una madre se extiende más allá de la lógica y la autoconservación en amor y autosacrificio.

Refugiados del este de África: Fuerza que se origina en el amor © Lutheran World Relief

Burke también publica relatos de cómo los refugiados están creando comunidades [en] e intentando ganarse la vida [en]:

Los refugiados que alguna vez eran artesanos, sastres, agricultores, etc. han encontrado maneras de usar sus habilidades e intercambiar recursos al interior de sus nuevas comunidades en Dadaab.

Aunque la asistencia sigue siendo un componente necesario para sostener la vida de los que viven en Dadaab, los mercados han empezado a surgir ayudando a los refugiados a encontrar maneras de satisfacer algunas de sus necesidades.

El comercio es abundante mientras que todos los afortunados que todavía tienen ganado venden leche y queso, los sastres hacen ropa con pequeños trozos adicionales de tela, los tejedores de canastos retoman su arte, y todo aquel que tenga medios para comprar semillas, cultiva un jardín y vende las verduras, etc.

Los mercados han ayudado a mejorar las condiciones de vida de las personas, a construir una comunidad más grande y brindar acceso más fácil a algunos recursos. Con el reciente influjo de personas y nuevos bienes para comerciar, los mercados están floreciendo — creando por su cuenta dentro de Dadaab una pequeña economía de mercado.

Natasha Elkington, productora de Reuters Multimedia, también ha realizado un video de la vida en el campo con el mismo objetivo [en]:

Quería ver si podía contar la historia a través de diferentes ópticas, mostrando la vida diaria en lugar de solamente mirar sus cuerpos arrugados y ojos hinchados.

[…]

[…] Muchos de los niños de Dadaab están muriendo. Y están los otros que, a pesar de vivir en el campo de refugiados más antiguo del mundo, asumen su niñez: juegan, van al colegio, cuidan a sus hermanos y reúnen agua para sus familias. Quería incorporar todos estos aspectos de la vida de los niños de Dadaab a este proyecto.

http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=GVUJpUMwDro

Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (UNHCR, por sus siglas en inglés), la cantidad de refugiados ha llegado ya a aproximadamente 43.7 millones de personas en el mundo, el más alto en 15 años. La cantidad de personas desplazadas internamente (PDI) también ha aumentado y llegó a 27.5 millones a finales de 2010.

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