Brasil: Mozambique cede tierra a la agroindustria brasileña

El gobierno de Mozambique cederá 6 millones de hectáreas [pt] de tierra a campesinos brasileños (equivalente a dos tercios de la superficie de Portugal) para cultivar soja, algodón y maíz en las provincias del norte: Niassa, Cabo Delgado, Nampula y Zambezia. La idea es aprovechar la experiencia brasileña en el Cerrado [en] (la sabana de Brasil), donde desde los años 60 del pasado siglo la frontera agropecuaria ha avanzado hacia el interior junto a la ganadería industrial y las plantaciones de soja.

El cultivo de soja ocupa ya más del 80 % del Cerrado brasileño. Foto: openDemocracy en Flickr (CC BY-SA 2.0)

El cultivo de soja ocupa ya más del 80 % del Cerrado brasileño. Foto: Leonardo Freitas vía openDemocracy en Flickr (CC BY-SA 2.0)

En Brasil, este avance al interior de la industria agropecuaria ha llevado a la devastación del 80% del Cerrado, reconocida como una de las praderas más ricas del mundo en términos de biodiversidad. La degradación de este hábitat, que ocupa una cuarta parte del territorio brasileño, ha drenado y contaminado las cuencas hidrológicas de la región, consideradas las principales fuentes de agua del país.

Con el acuerdo firmado por el Gobierno de Mozambique, la frontera agropecuaria brasileña está lista para cruzar el Océano Atlántico hacia la sabana africana. Para el geógrafo Eli Alvez Penha, autor del libro Relações Brasil-África e Geopolítica do Atlântico (Relaciones brasileñoafricanas y la geopolítica del Atlántico), que estos países cuenten con «similitudes ecológicas y culturales» está vinculado a la «buena compatibilidad ecológica» entre Brasil y el continente africano.

En una entrevista [pt] en la web de la Editora da Universidade Federal da Bahia, Penha analiza, entre otras cosas, un comentario del especialista agrícola keniata Calistous Juma que afirma que «para cada problema africano, existe una solución brasileña». Y Penha añade: «yo diría que lo contrario también es cierto».

La agroindustria brasileña, basada en el agotamiento de los recursos naturales, espera exportar su modelo insostenible de semillas transgénicas, de gestión del suelo proclive a la degradación y de explotación de la tierra basada en un modelo fallido de reforma agraria. Ya en 2006, el sitio web Repórter Brasil [pt] señaló el nuevo objetivo de la frontera agrícola brasileña:

A rápida degradação do solo é um exemplo [de perdas irreversíveis à região]. De acordo relatório da Conservação Internacional, o plantio tradicional da soja, como é feito no Cerrado, causa a perda de cerca de 25 toneladas de solo por hectare ao ano. Caso fossem aplicadas técnicas de conservação, como a aragem mínima, o número poderia ser reduzido a 3 toneladas por ano.

Para Rosane Bastos [bióloga integrante da Rede Cerrado], a improdutividade pode impulsionar a destruição de outros ecossistemas: «se os grandes produtores ficarem sem solo, vão subir para a Amazônia», prevê.

La rápida degradación del suelo es un ejemplo [de pérdida irreversible para la región]. Según el informe de Conservación Internacional, la siembra de soja tradicional, tal como se hace en el Cerrado, ocasiona la pérdida de casi 25 toneladas de suelo por hectárea y año. Si se emplearan técnicas de agricultura de conservación, como la labranza cero, la cifra podría reducirse a 3 toneladas por año.

Según Rosane Bastos [bióloga de la Red Cerrado], el agotamiento de la tierra podría causar la destrucción de otros ecosistemas: «si los grandes productores se quedan sin suelo cultivable, se marcharán a la Amazonia», predice.

La mayoría de la población mozambiqueña vive en el campo. Es uno de los países más pobres del mundo, con el 70 % de sus habitantes por debajo del umbral de la pobreza. Foto: El Instituto Internacional de Investigación Pecuaria (ILRI) en Flickr (CC BY-NC-SA 2.0)

La mayoría de la población mozambiqueña vive en el campo. Es uno de los países más pobres del mundo, con el 70 % de sus habitantes por debajo del umbral de la pobreza. Foto: El Instituto Internacional de Investigación Pecuaria (ILRI) en Flickr (CC BY-NC-SA 2.0)

No es nada nuevo que Mozambique busque acuerdos como este para aumentar su productividad agrícola, como Global Voices ya informó en enero [en] y julio de 2010. Ya en 2009, Repórter Brasil [pt] difundió sus temores por las comunidades tradicionales de Mozambique:

A Constituição de Moçambique decreta que todas as terras do país são propriedade do Estado, que pode conceder autorização de uso a empresas por períodos de 50 anos. Essa concessão, no entanto, está condicionada à ausência de comunidades tradicionais no território. Pelo jeito, lá, como no Brasil, boas leis não são garantia de boas práticas.

La Constitución de Mozambique declara que todas las tierras del país son propiedad del Estado, el cual puede ceder tierras a empresas por períodos de 50 años. Sin embargo, esta concesión está condicionada a la ausencia de comunidades tradicionales en el territorio. Al parecer, allí, tanto como en Brasil, las buenas leyes no garantizan buenas prácticas.

Uno de los requisitos del gobierno mozambiqueño para la concesión de derechos de uso de la tierra es que el 90  % de la mano de obra empleada sea mozambiqueña. Hay pequeños campesinos que viven en, al menos, la mitad de los terrenos ofrecidos por el gobierno para los brasileños. Mozambique es uno de los 49 países más pobres del mundo, donde el 70  % de la población vive bajo el umbral de la pobreza y donde los agricultores tienen enormes dificultades para conseguir préstamos [pt] para la producción de alimentos.

La estructura de propiedad de la tierra y la adquisición de tierras por parte de empresas extranjeras en los países africanos fue objeto de un estudio realizado por las Naciones Unidas, según un documento [pt] de la Fundação Verde (Fundación Verde):

O documento pontualiza que as aquisições (de modo geral feitas na África mediante contratos de aluguel de meio século ou um século inteiro pelo que nada se paga) podem constituir um benefício ao supor investimentos estrangeiros. Também pode acarrear atração tecnológica, incremento da produtividade agrária e criação de emprego e de infra-estrutura. Mas, assim como estão sendo levados a cabo, com precárias consultas à população local, falta de transparência e sem garantir nos contratos os compromissos de investimento, emprego ou desenvolvimento de infra-estruturas, supõe colocar em risco o modo de vida de milhares de pequenos agricultores ou pastores, cuja existência depende da terra.

El documento señala que las adquisiciones (por lo general hechas en África con contratos de arrendamiento para medio siglo o un siglo entero sin pagos) pueden constituir un beneficio de la supuesta inversión extranjera. Las adquisiciones también pueden propiciar el desarrollo tecnológico y el aumento de la productividad agrícola, así como la creación de puestos de trabajo e infraestructura. Sin embargo, tal y como se están ejecutando actualmente, con apenas consulta alguna con la población local, con falta de transparencia y sin garantizar en los contratos los compromisos en inversiones, el empleo ni el desarrollo de la infraestructura, arriesgan la vida de miles de pequeños agricultores o ganaderos, cuya existencia depende de la tierra.

¿Puede lo que algunos consideran «neocolonialismo brasileño» [pt] en Mozambique contribuir al desarrollo social justo de este país? Si, por un lado, Brasil puede ofrecer conocimientos técnicos [pt] para el cultivo de semillas en la sabana africana, por otro lado, este país tiene un modelo insostenible de agroindustria que ofrecer, basado en el monocultivo, la degradación ambiental y la concentración de tierras en manos de unos pocos.

1 comentario

  • […] algunos países dependen de unas pocas familias, las instituciones son mucho más volátiles. Al igual que Brasil compró en Mozambique una de las mayores extensiones de la historia para ampliar…, o la dependencia de estos países a la compra de fuentes de energía por parte de países más […]

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