Angola: Desalojos masivos desplazan a miles

Una demolición a gran escala en Lubango, capital de la privincia de Huila, llevada a cabo por el gobierno de Angola, ya ha dejado a su paso más de 5.000 personas desplazadas [en] en el suroeste del país.

Durante la «Operación de combate y demolición de barriadas y construcciones anárquicas en el municipio de Lubango» [pt] no sólo han sido violados los derechos humanos de las personas directamente afectadas, sino también los periodistas que han informado sobre el caso han sido perseguidos [en]. El vacío de información en los medios [pt] sobre lo que va más allá de una «limpieza para la construcción de áreas de interés público», ha sido complementado con los medios ciudadanos e información de la sociedad civil y de organizaciones religiosas.

Seven families are homeless in the Chimucua area, without basic services (Ocotber 2010). Photo by OMUNGA on the blog Quintas de Debate

Siete familias quedaron sin hogar en el área de Chimucua, sin los servicios básicos (Octubre de 2010). Foto de OMUNGA en el blog Quintas de Debate.

Al reconstruir desde los blogs este rompecabezas, la imagen que persiste de las consecuencias sociales de las demoliciones es trágica. Luis Araújo lo resume [pt] en el blog Angola Resistente:

Falta de energía, suicidio, quiebra de las pequeñas empresas de subsistencia, frustración por no ver que se mantienen las promesas de reubicación, la imposibilidad de continuar los estudios, son todos los efectos previsibles de los desplazamientos y desalojos forzosos, perpetrados por personas que deberían ser consideradas responsables de estos delitos, ya que estos son al final exactamente esto, DELITOS.

En el blog Folha8, en un artículo de Kuiba Afonso y Arlindo Santana, se proporciona el contexto histórico [pt] de la migración en Lubango:

Con motivo del regreso a la guerra después de las elecciones fallidas de 1992, muchas personas se vieron obligadas a huir de sus lugares de origen por obvias razones de supervivencia. La ciudad de Lubango no escapó a las consecuencias de estas efímeras migraciones humanas y se vio luchando con la llegada de muchas personas de las ciudades, bualas [pueblos] y otros centros urbanos en el sur del país.

Casi dos décadas más tarde, Lubango ya no es un refugio para aquellos que se han convertido en desposeídos lubangueses [pt]:

Las excavadoras continúan bajo la mirada indignada de muchos ciudadanos, que la guerra trajo a la ciudad de Lubango en busca de seguridad, pero ha sido transformada por las instituciones del Estado en una escena de violación de los derechos humanos fundamentales, consagrados en la Constitución y la Declaración Universal. La guerra terminó hace ocho años.

Luis Samacumbi, en el sitio Pambazuka news, informó [en] sobre el inicio del miedo y el pánico en Lubango:

La demoliciones comenzaron el sábado 6 de marzo de 2010. El día siguiente hubo más polvo que otros días. Era el polvo de las casas derribadas el día anterior.

Three victims did not receive any compensation (October 2010). Photo by OMUNGA on the blog Quintas de Debate.

Tres víctimas no recibieron ninguna compensación (Octubre de 2010). Foto de OMUNGA en el blog Quintas de Debate.

El resultado de las demoliciones de marzo a lo largo de la línea de ferrocarril en Lubango, desplazando a miles hacia Tchavola, a 10 km del centro de la ciudad, fue dramático. Más allá de las «tensiones y conflictos entre los habitantes locales y los nuevos inquilinos», porque supuestamente los campos pertenecientes a las poblaciones locales fueron cedidos a los recién «llegados», Gil Gonçalves, del blog Universidade, escribió sobre las pérdidas humanas [pt] :

Varias fuentes hablan de siete muertes en total, un niño que cayó de un camión que transportaba a los desplazados, un niño atropellado por autos del gobierno huyendo de las piedras lanzadas por la gente del barrio Canguinda, el domingo 7, un adulto se desmayó durante la demolición de su casa y acabó muriendo en el hospital central. Mientras tanto, la familia del fallecido se encuentra en Tchavola, lugar donde los desplazados están siendo dejados, pero no tienen un lugar para realizar un funeral. Otras personas murieron, incluidos los niños que se habían quedado rezagados en las casas demolidas.

Según un artículo [pt] publicado en el portal A Pátria (La Nación), el Gobernador del Huila, Isaac dos Anjos, declaró que las familias cuyas viviendas habían sido demolidas tendrían que comprar la tierra, a lo que el pueblo respondió: «no es fácil construir» sin dinero o materiales. En un comentario, Ninguém [Nadie] escribe:

Es loable que las infraestructuras estén construidas en un país post-guerra, pero sólo si es de manera coherente, responsable y razonable en relación con las personas y no estos desplazamientos que llevan a cabo ¡¡¡como si la gente fuera sólo perros callejeros o hasta objetos desechables!!! Sería mucho mejor si el gobierno advirtiera previamente (con dos años de plazo de ejecución) y por adelantado reuniera las condiciones financieras suficientes para que la gente construyera nuevas casas, así tendría un lugar para vivir cuando fueran a abandonar el espacio que necesita el gobierno.

En septiembre [pt], «la demoledora regresó para espiar a la ciudad de Lubango».

Los trabajos de construcción a lo largo de un tramo de 50m junto al río Mukufi, en el centro de la ciudad, sorprendió a «muchas familias cuyas casas no estaban marcadas para la demolición, pero que vieron la demoledora destruir sus hogares sin previo aviso» en los barrios de Lucrécia, Comercial, 14 de Abril y Favorita.

Un artículo anónimo [pt] compartido por el Centro de Desarrollo y Cooperación de Angola, afirma que «El camino de destrucción sólo puede ser comparado con los daños causados en Haití por las fuerzas de la naturaleza»:

Desplazamiento, lágrimas y frustración mezclados entre sí, han afectado desde el miércoles la vida de cerca de 2.000 familias desplazadas por el gobierno de la provincia de Huila, en Angola, seis meses después de las primeras tres mil víctimas de los desalojos forzosos en marzo de 2010 , que siguen viviendo en condiciones precarias en la región de Tchavola.

El mismo artículo dice que «los niños, ancianos, discapacitados y mujeres embarazadas fueron transferidos sin compensación alguna a un lugar llamado Tchumucua, donde no hay escuelas, puestos de salud o agua potable» y que «a las familias afectadas se les dio un espacio de trescientos metros cuadrados, donde se ven obligados a rehacer sus vidas, a través de un proceso de auto-construcción dirigido [por el gobierno], sin ningún tipo de apoyo material gubernamental».

Video on the blog ídeo Quintas de Debate: Lubango demolitions of more than one thousand houses - Interview "The Voice of the Victims" to the victims from the area surrounding Mukufi river

Video en el blog ídeo Quintas de Debate: Demoliciones en Lubango de más de mil casas – Entrevista "La Voz de las Víctimas" a los afectados en los alrededores del río Mukufi.

Según el sitio web Voz da América [Voz de América; pt], las consecuencias de las condiciones inhumanas ofrecidas a la población del Huila y la frustración causada por las políticas condenables de reubicación en condiciones deplorables, están causando muertes semanales de ancianos y niños que se quedan atrás durante las demoliciones y han provocado el suicidio de cuatro jóvenes en Tchavola y Tchimucua.

Todo indica que durante 2011 la tragedia continuará con el lanzamiento de una nueva fase del proyecto.

La blogósfera predice que otras veinte residencias [pt] en el barrio Rangel, «serán dejadas a la suerte», una iglesia [pt] construida en 1948 y el edificio 4 Cine [pt]. La Asociación de Residentes de 4 Cine teme que se quedarán en la calle, ya que el alojamiento alternativo que se les presentan deja mucho que desear:

Allí hay sólo matorrales, no hay agua ni electricidad ni vías de acceso. (…) dicen que están preparando las tiendas para nuestro desplazamiento, en un área que no tiene las mínimas condiciones habitables.

El blog Folha8 [pt] concluye:

Todos estos atentados a la dignidad perpetrados con los repetidos desalojos, se han cometido «tropecientas» veces desde la independencia de Angola, hasta el punto que ya se ha vuelto parte de la oración de la gente que cree en un futuro en el cual las cosas mejorarán en Angola. Nada más que un simple acto de fe, al igual que los creyentes oran a Dios para que los saque de la miseria. ¡Con un pseudo-gobierno, actuando de esta manera, nunca va a pasar!

Dont tear down my house, Conference about the demolitions and forced evictions. Photo by OMUNGA, on the blog Quintas de Debate

No derriben mi casa. Conferencia sobre las demoliciones y los desalojos forzados. Foto de OMUNGA en el blog Quintas de Debate.

Alertando a otros de la escala de las demoliciones, Jacques Arlindo dos Santos, de la Asociación Chá de Caxinde, publicó una petición [pt]. Él mismo se dirige al Presidente del Parlamento, pidiendo el respeto de «los sagrados derechos de los ciudadanos» de cara a la «presión arcaica para demoler casas en varias ciudades del país».

OMUNGA, una ONG (que significa «Unión» en el lenguaje umbundo), ha hecho un llamado [pt] desde 2010 para que el Estado de Angola tome medidas de una forma «que respete la Constitución de Angola y otros tratados de Derechos Humanos». En el momento de las demoliciones de marzo pidió con urgencia que el Parlamento cree una comisión [para investigar y evaluar] la amplitud del proceso de demolición en curso «y pidió al presidente José Eduardo dos Santos, que cesara inmediatamente la actividad, en tanto la «ejecución de todas las condiciones previas necesarias para las acciones de este tipo» no sean puestas en marcha.

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