El pasado 17 de febrero, en el día de su natalicio, celebramos la trascendencia de la poeta puertorriqueña Julia de Burgos (1914-1953) dentro de este foro cibernético, dedicado a promover la libertad de expresión alrededor del mundo.*
Toda persona que haya leído su poesía y su prosa reconoce que esta voz nació más allá de las convenciones. He aquí un ejemplo:
Yo misma fui mi ruta
Yo quise ser como los hombres quisieron que yo fuese:
un intento de vida;
un juego al escondite con mi ser.
Pero yo estaba hecha de presentes,
y mis pies planos sobre la tierra promisoria
no resistían caminar hacia atrás,
y seguían adelante, adelante,
burlando las cenizas para alcanzar el beso
de los senderos nuevos.
A cada paso adelantado en mi ruta hacia el frente
rasgaba mis espaldas el aleteo desesperado
de los troncos viejos.
Pero la rama estaba desprendida para siempre,
y a cada nuevo azote la mirada mía
se separaba más y más y más de los lejanos
horizontes aprendidos:
y mi rostro iba tomando la expresión que le venía de adentro,
la expresión definida que asomaba un sentimiento
de liberación íntima;
un sentimiento que surgía
del equilibrio sostenido entre mi vida
y la verdad del beso de los senderos nuevos.
Ya definido mi rumbo en el presente,
me sentí brote de todos los suelos de la tierra,
de los suelos sin historia,
de los suelos sin porvenir,
del suelo siempre suelo sin orillas
de todos los hombres y de todas las épocas.
Y fui toda en mí como fue en mí la vida…
Yo quise ser como los hombres quisieron que yo fuese:
un intento de vida;
un juego al escondite con mi ser.
Pero yo estaba hecha de presentes;
cuando ya los heraldos me anunciaban
en el regio desfile de los troncos viejos,
se me torció el deseo de seguir a los hombres,
y el homenaje se quedó esperándome.
Si aún Julia de Burgos estuviera viva su labor como escritora, reportera y activista social, desde ese espacio a-fronterizo mejor conocido como la diáspora boricua, hubiera tomado rumbos insospechados. Bien conoció Julia la experiencia migratoria, pues vivió brevemente en Cuba, y luego se integró a la actividad cultural y política de la comunidad puertorriqueña y latinoamericana de Nueva York.
Si aún Julia estuviera aquí, hubiera cumplido 97 años. Y su rostro no estuviera iluminando el sello #26 [eng] de la Serie de Artes Literarias del Servicio Postal de Estados Unidos. Y miles de cartas no estuvieran despertando la curiosidad poética de miles de lectoras y lectores.
Bien lo dice Libby Juliá Vázquez en Being Latino Online Magazine [eng]:
La fama y el honor de Julia de Burgos ha llegado póstumamente, como suele sucederle a las mentes más creativas del mundo… (traducción mía).
Pero así es la muerte, llega para transformarnos en grandes o imperceptibles mitos. Y como Julia fue genial, porque su poesía así lo confirma, su historia mítica es inagotable.
Cierro esta contribución con su «Poema para mi muerte», leído por la sobrina Consuelo Sáez de Burgos. Espero que todo lo que aquí exponga sirva para resaltar la transparencia de nuestras voces blogueras. ¡Gracias Julia!
que nadie me profane la muerte con sollozos
ni me arropen por siempre con inocente tierra
que en el libre momento me dejen libremente
de disponer de la única libertad del planeta
Julia de Burgos
*De hoy en adelante estaré compartiendo información relevante sobre la imaginación boricua que se manifiesta en la diáspora, particularmente aquella enfocada en las artes visuales, la escritura y en los proyectos innovadores que aportan al balance íntimo y planetario.
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