La burka agita a la Australia multicultural

Desde la propuesta prohibición de la burka en Francia, el asunto ha estado discutiéndose con frecuencia en la blogoesfera australiana. Un burlón DJ radial australiano, ex-policía, recientemente suscitó críticas por su oposición al uso de la burka en público.

Michael Smith argumentó que los empleados de bancos y tiendas están preocupados por posibles malos usos criminales. Además, sugirió que los niños pequeños se asustan al encontrarse con mujeres vestidas del «burka completo», comprarándolo al «susto de ver a Santa Claus». Una entrevista en radio con Smith se puede oir en Michael Smith Meets the Press.

Cuando se propuso las prohibiciones francesas a mediados de 2009, la periodista de Canberra, Virginia Haussegger, argumentó en su blog a favor de la prohibición basándose en la igualdad de género.

Al cubrirse con una burka, una mujer está renunciando al derecho de expresarse. Ella está aceptando reprimir su sexualidad.

Aquí la burka no tiene lugar. Los Australianos se tienen que unir para prohibir la burka. Prohíba la burka.

Anna Greer del blog, The Punch, escribe sobre, «derechos humanos y asuntos de la justicia social y… el estado del mundo». Ella tiene un enfoque totalmente diferente sobre los derechos de la mujer:

Sin hacer caso de lo que piensas de la práctica islámica del velo, una cosa es segura– criminalizar a las mujeres que llevan la burka o niqab solo les hará más invisibles.

… Este interés selectivo en los derechos de las mujeres solamente es una manera para que la gente exprese su nacionalismo racista y es una actitud que se puede encontrar en todos los niveles de la sociedad– en el pueblo, en los medios, en el gobierno.

Anna concluye con un toque de ironía:

Imponer un código de vestimenta a la gente para oponerse a un código de vestimenta impuesto es totalmente contraproducente, pero como resumí anteriormente, esa no es la verdadera razón de que estas leyes están siendo consideradas. La prohibición no es debido a su opresión sino a nuestros miedos.

Las opiniones de Smith fueron investigadas en el sitio de Andrew Landeryou, VexNews:

A un cierto nivel, es un debate peligroso, el que empezó Smith. Vilipendiar a alguien por su religión o las costumbres religiosas que no hacen daño a otros es un círculo vicioso.

… Parte de la complejidad es que algunos musulmanes– y otros religiosos de hecho– se cubren la cabeza como una parte de su tradición religiosa. Presumiblemente, nadie más que los intolerantes tienen un problema.

Con suerte, el legítimo asunto de la seguridad en bancos y otros lugares vulnerables que podrían ser blancos de atraco o terrorismo no será confundido con la agenda de los que quieran vilipendiar a una de las religiones más grande del mundo. BURQA BAN BANK BRAWL: Presentador de radio dice no a rostros cubiertos en los bancos pero ¿está él hostigando por la raza?

En un artículo más largo en Online Opinion, Sadanand Dhume, el autor de My Friend the Fanatic: Travels with an Indonesian Islamist, (Mi amigo el fanático: Viajes con un indonesio islámico) cubre ambos lados del emotivo asunto. Concluye con una visión positiva del debate francés:

Al final, aunque la agresiva secularidad francesa podría suscitar críticas tanto por musulmanes y liberales occidentales, la experiencia del país puede dar lecciones útiles para el resto del mundo.

Francia no ha sufrido un atentado terrorista serio desde unos atentados durante los 90 vinculados a la guerra civil argelina. En una encuesta Pew de las actitudes de musulmanes en 2006, Francia era el único mayor país europeo donde casi una mitad de musulmanes sentía que eran ciudadanos antes que miembros de su fe (en Alemania, Gran Bretaña y España una mayoría aplastante prometió lealtad primaria al Islam). A fin de cuentas, este dato guiará la política francesa en esta área sensible. La prohibición francesa de la burka: el choque cultural develado

Afortunadamente, los ‘intolerantes’ no tienen el apoyo de los partidos mayoritarios australianos. Sin embargo, hubo inquietud cuando Tony Abbott, jefe de la Oposición Federal, levantó la cuestión de derechos para la minoría y multiculturalismo:

Los emigrantes serían más populares si los líderes minoritarios los animaran a adoptar los valores dominantes y acatar la ley, dijo.

El mínimo ineludible que demandamos es obediencia a la ley, dijo el Señor Abbott. Ayudaría a reforzar el apoyo público para la inmigración y aceptación de la diversidad social si más líderes de las minorías estuvieran dispuestos a mostrar a los principales valores de Australia el respeto que demandan a los propios. Obedezcan la ley, por lo menos, Abbott dice a los emigrantes.

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