Chile: Terremoto revela desigualdades sociales

El terremoto del 27 de febrero en Chile dejó más de 2 millones de desplazados, al menos 497 muertes confirmadas y estimadamente unos US$30 billones en daños [ing]. Sin embargo, el caos que siguió luego del terremoto también dejó a los chilenos con una pregunta de carácter moral: ¿Es justa la sociedad chilena?

Después que el terremoto golpeara, la mayoría de los chilenos ayudó a otros, asistió a sus vecinos en necesidad, compartió su excedente de comida, y donó dinero de una manera nunca antes vista [ing]. No obstante, una minoría, aunque pequeña, saqueó artículos  no esenciales, robó en casas, e incendió intencionalmente supermercados, a pesar del hecho que el gobierno chileno permitió a la gente tomar artículos de primera necesidad, como leche, leche maternizada, pan, y harina.

Photo of empty supermarket in Concepción by heedmane and used under a Creative Commons license.

Foto de un supermercado vacío en Concepción de heedmane y usada bajo licencia Creative Commons.

Los canales de televisión chilenos trajeron esta realidad a los hogares de millones de una manera bastante fiel, y entonces los chilenos vieron cómo algunos se servían de televisores plasma, heladeras, y reproductores de DVD. Las imágenes de delitos y saqueos, y especialmente el saqueo de artículos no esenciales, abrió un debate nacional sobre la existencia de desigualdades sociales y económicas en Chile.

En un artículo titulado “¿De qué madera estamos hechos?,” Ricardo Carbone, blogger, profesor, y Director del Centro de Reflexión y Acción Social de la Universidad Alberto Hurtado, argumenta que el terremoto expuso los problemas sociales más importantes, y que derribó las fachadas y apariencias de la sociedad chilena. Aquí, Carbone se refiere a las fachadas de gente que saqueó artículos no esenciales y empeoró una situación ya difícil:

…al igual que en los edificios que cayeron, la fachada era de ciudadanos bien formados y conectados con el mundo y el consumo, pero el interior no estaba soportado por valores sólidos ni principios fuertes. Rápidamente y ante la primera dificultad corrieron a tomar lo que pudieron.

El blogger exhorta a los chilenos no sólo a reconstruir su infraestructura, sino también a reforzar valores que crearían una sociedad mejor y más inclusiva. También le preguntó a los lectores:

¿podemos esperar algo distinto en un sistema que genera segmentación y exclusión social?, ¿es el producto de una sociedad que obliga a competir y arreglárselas solo?

La mayoría de los lectores y lectoras de este post estuvieron de acuerdo en que Chile necesita hacer mucho trabajo de base en eduación y la inculcación de valores. Una de esas lectoras fue Alejandra Muñoz:

Se nos rompió la burbuja y duele ver la verdad. Ahora hay que entenderla, asumirla y trabajar por recontruir nuestros edificios y nuestra sociedad. Se puede perdonar, pero no podemos olvidar lo que ha pasado, ya que habra una proxima vez y no nos puede pillar sin aprender de lo errores.

Aunque la mayoría de los chilenos está de acuerdo en que el sistema de educación pública no ha tenido éxito en proveer iguales oportunidades a todos los chilenos, el saqueo de artículos no esenciales podría no haber sido solamente causado por una falta de fuertes «buenos valores».

Coyuntura Política, un blog chileno, publicó el artículo El terremoto y las Fracturas de Chile de José Aylwin , Co-director del Observario Ciudadano, una organización no gubernamental de derechos humanos de Chile ubicada en la región de la Araucanía. Con respecto al saqueo de artículos no esenciales, Aylwin escribe:

Tales saqueos, al menos en algunos casos, encuentran su explicación en la percepción de injusticia que existe en sectores de la población que, en momentos de emergencia como este, consideran válido vaciar los estantes de las grandes tiendas y supermercados que, con el aval del estado, han acumulado riquezas a sus expensas, mientras ellos permanecen empobrecidos.

En el artículo Daños colaterales, Patricio Navia, blogger y profesor, explica que en desastres naturales similares en otros países, también hubo desorden. Para él, la falla yace en el gobierno:

De haber actuado en consecuencia con el discurso de la normalidad democrática y asumiendo como realidad las repetidas arengas sobre el buen funcionamiento de nuestras instituciones, Michelle Bachelet hubiera tomado las medidas necesarias- incluido el envío de tropas a las zonas afectadas- para asegurar la paz y el orden … mucho antes de que las imágenes de saqueos y pillajes se hayan convertido en parte dolorosa -y evitable- de esta tragedia que enluta al país en su bicentenario.

Acá un video del usuario de YouTube IORITER1, tomado en Concepción:

En el blog Humanismo y Conectividad, Andrés Schuschny publicó un artículo titulado Terremoto. Él describe el saqueo de la siguiente manera:

Es terrible como una catástrofe natural desenmascara el rostro de la desigualdad de un país cuyos dirigentes no quieren asumirla. Porque, por ejemplo, si el 10% de los ingresos del cobre se hubieran, hace años, destinado a la educación pública y los servicios sociales (deudas siempre pendientes en la región) y no a incrementar los presupuestos militares, las compras de armamento sofisticado y el pasaporte a vidas de lujo por parte de los militares de alto rango, tal vez otra sería la historia y los “comunicadores” del sistema no estarían ahora refiriéndose “al LUMPEN” como una caterba de extraterrestres desbocados que afloran sin razón.

Chile, con una economía próspera y creciente en las pasadas décadas, es considerado como un país con «alto desarrollo humano»  por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDP, por sus siglas en inglés). No obstante, este crecimiento económico está algo manchado por desigualdad en los ingresos del país. Los datos del Informe de Desarrollo Humano de 2009 (formato .pdf ) [ing] de UNDP muestran que de 147 países con un coeficiente de Gini disponible (medida usada para calcular la desigualdad en los ingresos), Chile está en la posición n°124, a a pesar del hecho que está ubicado en el puesto 44 en términos de desarrollo humano.

4 comentarios

  • Terremoto de 8,8º de magnitud en la escala de Richter, acusa un cataclismo de intensidades Mercalli-nistas sin precedentes en la historia de Chile.

    Cuestionarse ahora, porque nunca se construyo sobre la cota 20 en las costas, o fuera de fallas geológicas, no tiene mayor sentido (ojo con los volcanes). No tiene mucho sentido preguntarse tampoco, porque se cayeron puentes, autopistas y proyectos inmobiliarios nuevos (medio millón de dptos o casas), o porque las rutas alternativas para circular hoy, se hacen sobre puentes y caminos mucho mas antiguos que los destruidos. Después de la respuesta militar desplegada, no vale la pena imaginar y asumir que con un par de misiles (para destruir rutas específicas) y un puñado de grupos paramilitares, se podría tomar fácilmente todo el país. Para que dudar de la capacidad del gobierno para asesorarse (pinchar para ver link o esta otro ). Para que observar que un % no menor de militares estuvieron recuperando lavadoras del Lider, en vez de estar asistiendo y cuidando a las victimas del terremoto. Para qué comentar algo sobre el proceso del edificio «símbolo» (zona cero) del terremoto en Concepción que cayó completo, en que existe hasta hoy un conflicto legal entre la inmobiliaria que quiere demoler lo antes posible para evitar un peritaje más riguroso y un padre que todavía tiene la esperanza que su hijo se encuentra vivo en los escombros. Para que condenar ahora el haber dilatado la salida de los militares, por la simple estupidez que la gente podría pensar que se estaba atentando contra la democracia «lograda» por la concertación. Para que dudar que pudiera haber sido un terremoto generado por Estados Unidos como muchos dicen fue Haití. Para que objetar que el estado no puede prescindir de un sistema comunicacional exclusivo (satelital) de emergencia y por tanto no puede depender de servicios privados para esto ahorrando unas chauchas. Para que cuestionar la mala interpretación y error de los datos del «tsunami» que burocratizó una respuesta «oficial» tardía y errada, y luego se peloteó y culpó a un «x» de la armada que nadie conoce (todo para bajar el perfil al error del gobierno). Para que agregar que la ayuda que mandamos a Haití llegó en un día y a Concepción en cuatro (eso es “imagen” al mundo y despreocupación interna), o que el hecho de ser el terremoto un conjunto de eventos paralelos en varias regiones, deja en evidencia la ineficiencia de un operar centralizado ( independiente al gobierno de turno). Y si terminamos por que no tiene sentido cuestionar las hordas de saqueo de todo (plasmas) menos lo esencial, por parte de una clase media para abajo… ¿Qué podríamos cuestionar entonces para concluir algo que valga la pena? ¿Algo mas allá de replantear simplemente una manera de cómo operar mejor para la próxima, que es bastante obvio? ¿Cual podría ser nuestro patrimonio intangible rescatable, apelando al hecho que es insostenible conservar un patrimonio tangible en este territorio que todo borra al igual que la memoria?

    Es optimista, solidario y absolutamente necesario tener las ganas de resolver el ¿cómo? de los problemas urgentes recién acontecidos, que deben ser no solo reconstituidos y reconstruidos sino además reformados y reformulados, pero no es errado preguntarse el ¿por qué? del posible origen de estos fenómenos.

    A esto intentaré dirigir esta idea y escrito, que principalmente tiende a preguntarse sobre el saqueo irracional realizado por la clase media y emergente, supuestamente conforme con el modelo neoliberal en el cual opera y vive. Quiero agregar que este tema puntual es quizás lo que pudo haber sido evitado más fácilmente, y fue lo que más afecto y amargó la posibilidad de desplegar la solidaridad entre nosotros comunidad, ya que en ese instante no había un nosotros, sólo tribus aisladas saqueando o protegiendo lo suyo como en una guerra sin ejercito (que salió al cuarto día). Al menos esto es lo que se vivió en Hualqui-Chiguayante-Concepción-Hualpen y San Pedro donde me tocó estar.

    Comienzo así con una hipótesis: El «Estado», aparenta desde hace casi 40 años (el 73’), un crecimiento a favor de una “imagen” para afuera y no una preocupación real hacia adentro. Se le puede llamar a esto el doble juego de «Pan para hoy, hambre para mañana.» Se vende sistemáticamente el país a tratados de libre comercio y multinacionales en que mañana veremos sus efectos, haciendo en paralelo maquillajes de protección social para calmar al pueblo hoy, esto junto con el apoyo del crédito que todo resuelve y la farándula tediosa de los medios que todo adormece.

    Palos blancos disuasivos ocultan la caja negra en formación.

    Todo esto genera un crecimiento «aparente», pero con buena imagen y fachada. Hecho al borde de lo permitido, pero perfecto para la foto que vendemos para afuera que refleja como espejismo un “bajo riesgo país”, una garantía virtual pero aceptable para las inversiones y negocios extranjeros. Una buena imagen pero frágil, un crecimiento tambaleante, vulnerable a cualquier imprevisto, ya que el gran riesgo a la institucionalidad acelerada para ser en tiempo record «desarrollada», es que acontezca algo que se escape a este plan reduccionista… algo como un terremoto.

    Un terremoto que no sólo libera la tensión de capas tectónicas, sino también amenaza y acusa la absurda dinámica de las capas sociales que luchan por un lugar prometido en este Chile feliz. En que todos dicen al unísono: “Aleluya, ha llegado el forastero!” “No quiero que nadie se las de de profeta en mi tierra que lo chaqueteo, ya que el esnob que quiero en el fondo ser, ha llegado para quedarse.” ¿Para que desgastarse en crear problemáticas y cuestionamientos locales, si esta todo resuelto afuera? ¿Realmente no hay nada nuevo bajo el sol?

    Lo que si hay a granel, son aspiraciones irrealizables, todos los días bombardeadas por los medios, que nos crean una tensión esquizofrénica entre lo que se podría tener (imagen ilusoria) y lo que se puede realmente tener (practica concreta). Chile se ha transformado en una teoría, un supuesto. Tiene leyes para todo y supone que se cumplen, cuando en realidad están hechas para romperse por los más “pillos”, lo que al parecer todos saben, pero sin hacer comentarios claro. La formalidad (como forma de organizar la vida social) es cada vez más una apariencia, motivo de odio y burla para su gente, pueblo sabio que se ríe del “winner” que en el fondo sabemos todos es un “looser”, aunque la lógica popular teen-gringa encarnada en Yingo y Calle 7, le trate de enseñar lo contrario a nuestro futuro.

    Tal como hicieron vista gorda a la «posibilidad» de un terremoto, no hagan vista gorda a que el «hecho» de saqueos revela un «posible» terremoto del modelo neoliberal.

    Si vinculamos la educación formal al conocimiento, Bauzá y Espinosa lo observaron a fondo: “El criollo esta dotado de bastante ingenio y de sagacidad penetrante; pero salvo rarísimas excepciones, es reacio a la adquisición de conocimientos, así sean especulativas o practicas.” Quizás no se trata de flojera o como dice Encina: “falta de estímulos para el trabajo”, sino un sin sentido de este mundo “formal” que ha servido para ordenar de mala manera el territorio entre la Serena y Concepción con su centro Santiago. Una institucionalidad forzada de “estado” entre levantamientos indígenas y cuatreros (que nunca han querido ser ciudadanos o civiles) que apelan a todas las tierras por separado, o por último un poco mas de autonomía local para cada una de esas tierras. La unidad forzada en torno a símbolos como una bandera o un himno, no son consistencia. Si se trata de posiciones, Santiago no es Madrid, que al menos responde a una geometría de círculo central y no eje lineal. Cabe de cajón que Chile debería ser federado (por decir algo), ya que toda su extensión tiene posibles puertos y montañas, en que si bien se comparte un sincronismo horario, no se comparte un mismo tipo de geografía o espacio de aconteceres.

    Miguel Laborde dice que tenemos un daño somático siempre bajo premura y nos encontramos refugiados en una abstracción de autocomplacencia formal, que no es más que un maquillaje a la autocensura perceptual del cuerpo apurado por algo. Una permanente incomodidad escapando de algo, siempre sintiendo que hay que salvarse de algo, lleva a que funcione esa arrogancia de sus lideres de ver lo que se quiere ver, ya que se debe dar respuesta “al tiro” a la duda e incomodidad de la chusma a punto de explotar. Lo llaman cortar por lo sano (lo llamo higiene neurótica), claro funciona cuando no atente con su proyecto «democratizador» e imagen intachable, ya que allí la burocracia corre. Un avanzar sin parar diría Alfredo Jocelyn-Holt, que no ha mirado la Muralla Enterrada de Carlos Franz que divide la Chimba de la inmaculada Moneda.

    Comparto lo que ha dicho Fernando Villegas en su reciente artículo, La Pistola al Cuello: “La hegemonía ideológica de las doctrinas acerca de los derechos humanos, entorpecen finalmente la voluntad del estado para preservar el orden público”. “Hay cero autocontrol por parte de muchos ciudadanos y cero eficacia de la fuerza policial para controlarlos por mera presencia.” Los muchos ciudadanos no fueron sólo delincuentes marginales, sino gente común y corriente, agrega.

    Aquí lo importante del hecho: ¿Quizás en Chile son más los «marginados» de los que aparentemente son en concreto? ¿Quizás la tensión que tiene esa gente común y corriente que menciona Villegas, también explota irracionalmente con el rompimiento de una “falsa forma” de vida? ¿Quizás es más grave la irracionalidad latente de esa vulnerable y crédula clase media, de ciudadanos “seudo-ejemplares”, ya que los “marginados” (definidos convencionalmente), parece que al menos sabían lo que hacían, ya que querían que el caos y la anarquía continuara como se ha relatado? De hecho sólo el 10% de los involucrados en los robos tenían antecedentes penales.

    Lo cuestionable entonces, no es lo generado por los marginados, sino por una clase media que supuestamente «cree» en el orden instaurado al que atentaron, como su mismo sistema de valores. Fueron los que supuestamente ya están instalados en el sistema de valores, con una cierta «moral» constituida (¿o auto-censura cínica para posicionarse?).

    No fueron sólo los marginados, desvalidos y desesperados ajenos del sistema, sino sus mismos miembros. Esto hace más compleja la situación, ya que acusa que todo se esta tratando de «conservar una apariencia» para «acceder a posición». La dinámica de la clase media moralizada hacia un ideal, lo que implica que este «happy system» no es tal, sino algo frívolo y ligero, útil a propósitos personales. Es cierto que un pasado fatalizado requiere de una utopía social (dialéctica de la izquierda), pero el orgullo apolíneo por un pasado “aparente”, (tradición de derecha sin afecto) no puede constituirse en una base para ver el “futuro” como uno instrumental a mis propósitos.

    No comparto la utopía obsoleta de la izquierda, pero sin una escala acotada de pertenencia en que el pasado emerge chispeante y vivo, la apología orgullosa del héroe o Mesías de una clase de los “elegido”, finalmente es una que funciona en su propio beneficio porque así debe ser si la moral es intachable. Esto no tiene relación al afecto y su epifanía transversal, sino a una empatía cínica que lee lo que el otro quiere, para alinearlo como uno más, al propio beneficio vertical. En resumen: se nos invita a ser participes de algo, en que en realidad no somos participes. Es más siniestro que la utopía, donde ya nos dimos cuenta que es imposible, ya que se trata de una mixtura de inspiraciones interesadas que confunden toda lectura del acto humano.

    Pero como dice Slavok Zizek: «Lo terrible del neoliberalismo es, que no sólo estamos obligados a hacer en él, sino que además tiene que gustarnos.» Para lograr posición, no sólo hay que trabajar como animal, sino además hacerlo con una sonrisa. Si no lo hacemos, existe un curioso sentimiento de culpa. No estamos censurados sino auto-censurados. Las utopías no pesan, los sindicatos tampoco (hay cartola de pago individual), cada cual lucha por lo que el mismo se engaña, se nos divide para poder gobernar.

    Deleuze dice que la filosofía es un intento de constituir problemas con sentido, por medio de la creación de conceptos. En su proceso histórico, dice Deleuze, estos conceptos han tenido que ver con los siguientes 3 sentidos: Primero fue el intento de evitar caer en el error, luego ver la manera de disipar las ilusiones, para terminar hoy (Faubert o Baudelaire) en observar la necesidad social de conjurar la necedad o exorcizar el pathos (lo patético) en pos de una elocuente y soberbia burguesía ilustrada. Extirpar este sustrato que permite “la estupidez” (hoy algo negativo), es justamente lo que anula el simplemente poder estar, sin necesidad de tener la obligación de un sentido “superior” para justificarse como existencia. Sin este sustrato hay un escapar del vacío aquí que constituye su ausencia, escapar a una apariencia que salva y acoge, una luz que emula el calor perdido. Así puedo concluir finalmente que la luz es sombra siniestra (ilusión), pero por el motivo de que la estupidez ha sido exorcizada, el ¿por qué? de la ilusión. La “culpa” que se siente en el modelo neoliberal (Zizek), es justamente el instante en que se palpa la razón de ser de la luz, su motivo de salvar (sublimar) ese pathos anulado que ha quedado en la oscuridad. El calor de la tierra abandonado por la luz del sol.

    Si bien el orden publico no puede llegar a ser una opresión del pueblo, cierta autoridad rigurosa no puede ser vista como “mala” por si sola. No se trata de infinitos derechos v/s más mano dura contra la “delincuencia”, de hacer tabú cualquier fuerza de control que impone un sistema o régimen que organice en algún grado la vida social. Tampoco se trata de reducir la actitud combativa a una caricaturesca lucha contra la “dictadura”, para desmerecer una conducta más menos antisocial o mejor dicho crítica. Sin embargo sí observo que existen efectivamente victimas del sistema, algo transversal responsabilidad de la izquierda y derecha.

    Somos todos en algún grado cómplices de una manera de operar que “mal avanza” y nos asombramos cínicos cuando acontece algo que revierte todo ese «supuesto que creíamos ser» con tanto orgullo. El saqueo creo asqueo entre los «puritanos reaccionarios» miembros y simpatizantes de la hipócrita inquisición criolla, que ven en este hecho algo terrible que debe ser amputado y purgado, mas que observado y asumido. Esto porque asumir que el centro del catecismo-neoliberal esta en jaque (espero mate), obliga a revertir un proceso de ver la economía como ciencia exacta, a verla como la ciencia social que siempre ha sido. (Dicho por la Naomi Klein acerca de la Escuela de Chicago y su gurú Milton Friedman).

    Cuando se avanza en el aire la caída es obviamente fuerte, los grandes caen mas fuerte dice Asterix. No hablemos más de esa trillada búsqueda del equilibrio perfecto entre fuerza pública y libertad del pueblo, ya que esta dualidad social entre deberes y derechos, esta internalizada hace tiempo en el individualismo de individuos con “autocensuras formales que permiten sueños ocultos”. Un fascismo “Light” de Huxley o el cinismo acusado en Los Bastardos de Voltaire de John Ralston Saul. Comunitarismo cínico y aparente que esconde el individualismo en formación.

    Este individualismo que atenta contra el comportamiento gregario más elemental por motivo de reunir en torno a «los afectos» (y no aparente convivencia), tiene directa relación al principio maquiavélico de “dividir para gobernar”. Divide el calor real del aquí por la luz virtual del allá. Divide aquí para gobernar desde allá, divide el contacto aquí con otro u otros, para abrir la posibilidad individual en un allá donde los otros «sirven» a «mí» propósito. La extensión sensible de Scheller sustituida por la geométrica, donde la amabilidad es interesada y conveniente a la sobrevivencia personal entre los otros, otros como los potenciales enemigos que estorban e impiden la realización de mis propias aspiraciones y sueños mesquinos. La autocensura formal es un aparentar deber ser de forma cortes (deberes sociales), que permiten el acceso a los sueños y ambiciones ocultas (derechos individuales).

    Así, la derecha cree en el deber de salvar la familia, origen y tradición pasada (su obligación y orgullo), en un futuro visto como un medio útil para ello, la izquierda por su parte, cree en los derechos como la libre realización en el futuro como un medio utópico, que salva de un pasado fatalizado que se plantea como base (sin origen) desde donde todos parten como «iguales». En la medida que se va consolidando una tradición personal y tribal, el futuro como una esperanza (utópica), pasa a ser útil a la tradición, que por lógica unos conservan y otros quieren que cambie. Poder finalmente, que pasa de unos a otros. Eso es para mi, la pelea convencional entre la derecha e izquierda, que una vez internalizada como dialectica, se invierte y nos hace testigos de su absurdo operar.

    Este es el eterno debate entre mis deberes íntimos y derechos ante otros cuando tengo poder para con los otros, y mis derechos permitidos cuando no constituyo pasado de poder. En resumen la dialectica en que igual a todos se nos regula con la obediencia y fe en que podemos consolidar una tradición y conservarla sedentaria en el tiempo.

    Esta internalización de la dualidad, es justamente lo que invierte el sentido de esa trillada dualidad que hasta hoy alimenta el partidismo por derecha o izquierda, que dialoga sobre un absurdo “formal” de polos, que como hemos dicho, ya a nadie le interesa. Ver como se internaliza esa dualidad, rompe el sentido del discurso formal que nos venden, que se hace vacío y poco interesante.

    ¿Al lado derecho de Dios padre no hay un siniestro? Al lado derecho hay un conservador, el radical crea siniestros (izquierda en italiano). Pero como dice Sabato: No hay pero tirano, que radical en el poder… ¿De que sirve esta dialéctica entonces? De justamente lo único que se preocupa la política y sus políticos: del oficialismo y su oposición, quien lo tiene y quien lo tendrá. (El Poder). ¿A quién le interesa la diferencia de popularidad pre y pos terremoto del gobierno?

    No interesa, por que es una discusión «hueca» sin sustancia alguna y que justamente lo único que pretende es mantener en escena su ping pong del poder por el poder diría Foucault. De esta manera es obvio lo que dice Nicanor Parra que derecha-izquierda unida jamás será vencida. No se aborda el problema implicito sino sólo por medio del racionalismo formal que nos ve como objetos de un aparato, incapaces de hacernos cargo internamente de la problemática. La solución no es la conectividad global y su acuerdo intergrupal y formal (como hemos visto es dependiente a factores externos), sino por lo contrario la capacidad de respuesta local e «intra-grupal»en términos de Edward Hall. Pero esto no lo permitirán los garantes y administradores de los temas para la discusión. El establishment es riguroso en esto.

    Los políticos centrales deberían ser agentes invisibles, como al igual los medios globales, para que la concentración del interés sea a escala local, inmediata y cercana de sus medios. Que de allí, de lo local, surjan las problemáticas y no de la imitación que replica, obedece y adecua mandatos desde el centro o afuera.

    De lo local también deberían surgir las ayudas, como fueron muchos los heroes en el terremoto de Valdivia en el 60′, y si nacen de otros lugares, que no requieran de un poder central que haga de intermediario. Se cae en la dinámica de esperar la orden y lo que hay que hacer. El alineamiento vertical es efectivo, pero peca de rigidez e inevitablemente se le escapan cosas que las decisiones transversales absorberían. Estas dos maneras de operar son perfectamente adaptables a una escala acotada que cuenta con autonomía. El poder central, al parecer aun no quiere asumir esto.

    El poder central quiere que los no afectados directamente sigan trabajando como si nada hubiera pasado, ya que el show debe continuar. A lo más un minuto de silencio o izar una bandera en luto. Le muestra la catastrofe a los santiaguinos y espera que sigan operando como si nada. ¿Es eso sanidad mental? No, pero «the show must go on».

    Hay que echarle pa’ delante, no ser muy critico ya que eso atenta con el proceso… ¿de quien? ¿de la gente o del estado? Al aparato le interesa salvarse el pellejo más que la gente. Amor a la tribu o amor a la patria es el dilema de C. Geertz. La patria existe para las comunidades y no las comunidades para la patria, hay que tener claro este orden. El poder se reparte y no concentra. El capitalismo predica lo contrario y aparenta la diversidad manejada por el monopolio. Las fusiones son el pan de cada día, es cosa de tiempo. Es cosa de tiempo que las multinacionales se coman a los estados, que cada día pienso fueron intencionados para morir, para agrupar tribus y ser intermediarios del proceso de destrucción de la agrupación colectiva. La patria fuerza el rompimiento de la escala tribal, para sacrificarse al mercado. No tiene cohesión real, y por eso aparecen las tribus urbanas, sectas, comunidades de todo tipo y agrupaciones en necesidad de un sentido mas acotado.

    El Poder contrata fuerzas para generar mas fuerzas, encausa esfuerzos en su beneficio a vista de todos, es figurín, se aprovecha de cualquier coyuntura para sí, lucra de la causa y se hace “él” medio para encausar el sentir de todos. La TV y su show de todo, nos muestra, sensibiliza y da opciones para colaborar de una única manera. El estado se hace parte de este juego absurdo de ratings, TVN no es una BBC, también “le trae” Yingo en Calle 7. Dice que en Chile no hay problemas de hambre, permitiendo que el Lider, de créditos para la compra de comida. ¿Cómo no va a haber rabia contra los Jumbo’s, Bigger’s, Lider’s y Winner’s de este país?

    La desconfianza generalizada en los medios oficiales y centrales, acusa que la incertidumbre ante los medios naturales en definitiva no los sabe resolver. Se ha demostrado que no existe una conectividad sólida con el centralismo y que una eficiente autonomía local hubiera tenido una respuesta más rápida y precisa, como también de haberse desarrollado antes responsable a la situación local desde lo local. El régimen social es una forma de organizar la vida social por medio de ciertas respuestas, un sistema de respuestas que organiza. Si estos centralismos no dan las respuestas adecuadas a corto y largo plazo, simplemente colapsan. Creo que una disculpa por parte del gobierno que asuma estos hechos sería algo noble que el pueblo aplaudiría y que por lo contrario bajarle el perfil es algo soberbio y miserable, que nos podemos tragar quizas hoy, para seguir acumulando mierda de lo no asumido el día de mañana. No se trata de culpar al gobierno de turno, tiene que ver mucho con el aparato estatal… y por supuesto una serie de malos aciertos.

    Pero el tema es más de fondo y tiene relación a que el individualismo (cultivado de manera invisible), que ve en el deber una oportunidad para lograr sus derechos, y no que el derecho sería sólido y sustancial si le viéramos un sentido “afectivo” al deber para con otros y no una obligación moral (en sentido clásico) o peor como hemos dicho oportunismo (posmoderno o contemporáneo que ha desmoronado o desenmascarado la ética racional clásica del cínico Voltaire). El problema es que este “afecto” como deber, se logra con la “escala” y la atención en lo “acotado”, opuesto a la aspiración de un progreso global con economía social de mercado. Europa lo sabe, Estados Unidos no, aunque tiene una estructura paralela de leyes locales de cada estado y un orden general, es justamente lo que queire replicar a nivel mundial con el nuevo orden mundial.

    El rol formal que ha jugado la derecha con su deber-fuerza y orden, ha ocultado el deber del “afecto”. El rol formal que ha jugado la izquierda con su derecho, paz y libertad, ha ocultado lo “sustancial” del derecho. Ambos en su dialéctica “formal” han invertido el sentido de las cosas (Nietzsche lo ha dicho en la Genealogía de la Moral), para mantener el poder centralizado, y esto es un fenómeno mundial, la Inercia Polar que acusa Paul Virilio es absurda y pasa a diario. La complejización de un posible campo de acción (mental) cultivado en las grandes ciudades, lleva a la sistemática ejecución de prácticas cada vez más individuales y sofisticadas. Este punto no es muy considerado en la teoría urbana, pero es fundamental para el análisis. Divide para gobernar es el lema oculto que se inicia formalmente en el Renacimiento, se aplica en America con éxito e intenta aplicar en Europa donde tiene menor éxito.

    Salir del individualismo puede llevar a ver el deber del afecto y lo sustancial del derecho, pero no hay políticas para esto, porque implica la perdida de poder por parte del discurso político que allí nos mantiene entre Tongoy y Los Vilos, en un Talca, Paris y Londres. La soberanía política de un Estado que nunca fue, que nos tranza en la bolsa y nos vende al mejor postor en el libre mercado.

    Pero volviendo al terremoto, es cierto que la solidaridad emerge y es preciosa verla en todos hoy, ese entusiasmo por ayudar y sentirse parte, se siente que ante el desastre somos un territorio pequeño y afectivo, donde el derecho de estar emociona por lo tanto que se merece. Ese compartir con los del pasaje, lavarse «por presas», hacer ollas comunes y acompañarse lo vivimos muchos. Pero es imperdonable que estas fuerzas no se cultiven a diario y que tengan que emerger de manera reaccionaria en un desastre, para que “se interrumpa” por suerte aunque sea un instante la fantasía en la que todos nosotros individuos nos encontramos inmersos, en nuestras grandes pequeñeces.

    Las anomalías de saqueo es cierto fueron mínimas, pero es el ruido y miedo generalizado lo que finalmente se mide y palpa. Es la especulación lo que finalmente prima, tal como el virus en el cuerpo se ha demostrado es un “rumor”, toda esta formalidad que nos sostiene también es un rumor arrastrada en el tiempo continuo, un supuesto en realidad frágil, que hoy ha remecido la tierra o se ha llevado el mar.

    Una vez que todos estemos con un cierto estado de seguridad y calma, no olvidemos esos espacios-lapsus que se han creado entre este rumor amenazado y fragmentado, manifestado en esos puentes colapsados o muelles desolados… esa discontinuidad que detiene una maquina gigantesca en la que pocos aspiran posicionarse, a costa de arriesgar con eso a los otros muchos.

    Al menos todo esto da lugar para pensar: ¿a quien le importa tanto el progreso? ¿Quién esta tan apurado para lograr el desarrollo? ¿Qué es finalmente desarrollo? Con esto queda patente que lo que queremos es tranquilidad y no progreso. No se trata de levantarse rápidamente para seguir creciendo, se trata de levantarse rápido para agradecer que se esta, y si se crece, que se haga en calma y no desbocado. Si se crece que sea genuino y no aparente.

    Ante esto, abordar el individualismo como “él” agente, que nutre la complicidad con los sueños ocultos en un allá y que ve en los deberes aquí, tan sólo una plataforma cínica para lograrlos, es el tema clave desde mi postura. Es el agente invisible que nos divide para gobernar, que nos invita a diario a sacrificar a los nuestros por su aplauso a mi Narciso, es el llamado oculto de este virus, que todos intentamos resistir en algún grado, pero cala y se hace tan íntimo pero oscuro, tan cerca pero tan lejos. Esa contradicción no se puede callar aunque este silenciada, esa es mi fe y no una bandera chilena rota y sucia. ¿Hasta cuando aferrarnos al símbolo? No apelo con esto a la anarquía, sino una cierta cordura con la situación de estar en lo cercano del mundo sin muletillas. Es esta tensión neurótica entre la idea simbólica y la crudeza de lo real la que lleva a reacciones tan absurdas, cuestionamientos tan perdidos y conclusiones tan lejanas a resolver los temas que realmente importan, que están muy lejos de la fe en el progreso y decir amén al mercado, que tanto la elite de derecha e izquierda aplauden señaló Walden Bello.

    Habrá que acoger y reconstruir un país como colectivo, pero no olvidemos compartir también como colectivo eso que creemos y sentimos en el fondo de ese virus individualista que a todos nos coquetea, eso que realmente nos pasa por la cabeza, e hizo emanar secretamente en todos separados esto que nos pasó y nos seguirá gobernando si no hacemos algo sustancial por lo afectivo, la escala y el propio tiempo sin un virus articulador que nos promete todo resolver, si vivimos sobreviviendo a no vivir realmente.

  • Panico

    Claro,pensemos en la historia de Chile, nos olvidamos de la realidad..Ahora tenemos que responder en que se falló,pues todo el mundo viò el fatal error de la política Chilena a traves de las denuncias de la gente por cadena internacional.
    El costo es caro,la democracia Chilena está sumamente cuestionada..
    Pero es la historio de latifundio,de salitreras manchadas de sangre,que incumbraron nombres que en el presente se manifiestan.La aristocracia Chilena y los nuevos ricos de Chile son parte y motor de su historia. Recordemos que somos ignorantes de nuestra historia,que sería vago y pobre creer que Chile a mejorado.Puentes mas eficientes solo sirven al negocio de el transporte. Pero la Salud pública es una mancha en Chile así como la pesima calidad de la educación pública y una universidad pública costosisima..
    En ese orden de cosas no solo hablamos de un pàís poseedor de el ejercito mas poderoso de sudamerica,mas poderoso que el de España..Estamos hablando de un pais sumamente represivo en el cual no existe individualismo,existe sumisión de la persona,inhibición de el individo.Este individuo solo existe con el permiso de los medios de comunicación,que se dedicán exclusivamente a desarrollar programaciones anticulturales..
    Por el mismo hecho,un pais que ostenta tales garantías para el desarrollo económico de pocos es una verdadera amenaza para otros paises en los cuales los empresarios deben por ley participar en el desarrollo social..Hecho que inquieta y comienza a inquietar..
    El Chileno a sido modelado para existir en un mundo sin premisas morales,sin ponderación intelectual.Chile es hoy un mundo aparte,demasiado singular para no ser puesto en la mira de un mundo que busca sostenibilidad y disminución de la pobreza.
    Ese mundo conformado por paises ricos, que necesitan de su gente buscan el modo de involucrar a Chile en un sistema en el cual los derechos humanos se impongan como un valor,pues tu no puedes crecer sin contrapeso ni mantenerte sin balanza..Así,finalmente está mas cerca del decrecimiento económico..Chile es visto como una oligarquía…

  • Panico

    Andrés,no te confundas,el Chileno no tiene individualidad,el individualismo es otra cosa,el Chileno está sumido en un sueño profundo que le impide ser..Comprende,lo que tiene Europa es lo contrario,es un mundo en torno al ser no un ser en torno al mundo….

  • Panico

    Andrés,el neoliberasmo gira en torno a la premisa de ser,existir y desear,no lo contrario,no de ser condicionadamente.Hitler genera su cosmovición desde la manipulación no de la opinión, si no de la conciencia.Esto último a sido el dogma de la explotación en Chile los ultimos 50 años.Construir una sociedad poderosa pero dormida,¿no te parece peligroso?

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