Demandante norteamericana en China

Julie Harms, una norteamericana graduada en Harvard, está en las noticias [ing] pues se ha convertido en una de las pocas, o quizás la primera, peticionaria extranjera en China. Su caso fue una queja formal contra el gobierno porque su prometido, Liu Shiliang, fue encarcelado por una acusación que ella dice que no es cierta. Ella conoció a Liu Shiliang una década atrás mientras viajaba por  China. Se comprometirorn en 2007, pero la boda se retrasó a causa de una disputa entre vecinos ese año, y Liu fue arrestado en junio de este año por el cargo de violación de domicilio.

Julie decidió recurrir al sistema de petición en Beijing este año ya que siente que el sistema judicial local ha fallado en resolver la disputa con justicia. La carta y el sistema de petición de visita [ing] (xinfang) es un sistema administrativo para atender las quejas y reclamos de las personas en China. El Estado y las oficinas locales de cartas y visitas están a cargo de recibir las cartas, llamadas y visitas de individuos o grupos.

China US Petitioner

Mientras el veredicto del caso todavía está por dictarse, la experiencia de peticionar debe haberle permitido a Julie darse cuenta de las diferencias del sistema legal chino y el norteamericano. Como ella ha comentado (de los noticieros de arriba):

Las autoridades locales cuentan con el hecho de que los ciudadanos del lugar no tienen tanto conocimiento de la ley. Yo creo que es una pena.

Los comentarios en un foro de Sina apuntan al vacío legal y cultural entre China y los EUA:

Los occidentales peticionan en China porque todavía están con la idea del sistema legal de su país. Ellos no se dan cuenta que están en China. Mientras que nosotros los chinos estamos acostumbrados a esto, los occidentales todavía tienen que ajustarse a la manera china. Es triste, ¡pero es la realidad!

Parece que los occidentales todavía no están familiarizados con China; están pidiendo estado de derecho y derechos humanos – cosas que no existen en China.

El sistema de petición es simplemente un show. Para las personas que todavía creen que es útil, sugiero que mejor hagan populares sus casos en los medios de comunicación para crear un impacto.

Un foro de NetEase también contiene comentarios similarmente negativos:

No quiero menospreciar a mi país, pero no puedo evitar decir: sal del país junto con tu esposo. China no es un país en donde ustedes los norteamericanos puedan sobrevivir. También es incierto cuándo se convertirá China en un lugar con valores universales que sean apropiados para que la gente viva. Por lo menos, China ahora no tiene estado de derecho. Esto es algo que incluso ni una graduada de Harvard logra entender.

En este «estado misterioso», hay muchas cosas extrañas. Deseo que ella pueda lograr lo que ansía. Hagan una película sobre el caso – en este país, un problema podría ser resuelto cuando se genera suficiente atención.

En este comentario, Xu Jingsheng (徐经胜) señala lo que Julie Harms no logra comprender:

Sin meterse en los detalles del caso, los meses de experiencia en peticionar le deben haber hecho darse cuenta de cuán diferente es el sistema legal y cultural de China del de Estados Unidos. Unos pocos días antes de que ella fuera a la oficina de petición de Seguridad Pública, un funcionario le dijo: “Seguridad Pública trata su caso seriamente. El ministro ha dado instrucciones acerca de los problemas que usted ha presentado”. Quizá todavía ella no puede entender lo que significa esta oración.

A pesar de que muchos peticionarios son totalmente razonables respecto de sus causas, sus problemas no pueden ser resueltos de manera legal. Muy a menudo, los problemas podrían haber sido resueltos en los niveles más bajos. Sin embargo, las regulaciones pertinentes son puestas a un lado y desatendidas, hasta que una autoridad superior les presta atención. Tenemos el fenómeno de que el sistema legal trabaja sólo cuando los dirigentes le dan importancia al problema.

El objetivo de muchos peticionarios es llamar la atención de los dirigentes. Sólo cuando los líderes ponen atención y dan instrucciones se pueden resolver los problemas. De lo contrario, no hay esperanza de solución aunque se peticione durante meses o años. Julie Harms no sería capaz de comprender esto, y en algún punto, esta incomprensión es un reflejo de dónde es que nuestro sistema legal tiene mucho por remediar. 

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