Salud Global: ¿Pueden los condones combatir el cambio climático?

Friendly CondomsMientras que científicos y políticos buscan la tecnología más avanzada para combatir los cambios climáticos, se viene creando una solución menos tecnológica pero muy controversial – anticoncepción.

El 15 de octubre, los blogeros alrededor del mundo escribieron sobre cambios climáticos por el Blog Action Day. Una solución, potencialmente menos obvia, está relacionada a la disponibilidad de servicios de salud anticonceptivos y reproductivos. Mucho estudios en los últimos meses han examinado la relación entre crecimiento demográfico y cambios climáticos, unos a favor otros en contra de la planificación familiar como método de reducción de emisiones y como minimizador del impacto ambiental. EJ, quien blogea en New Society Publishers en Canadá, escribe:

Este problema de quien vive y quien muere, quien puede tener más hijos y quien debe tener menos hijos, está cobrando importancia en el movimiento medioambiental…

… La población mundial juega un papel importante en el futuro de nuestro ecosistema. Hemos discutido este tema desde el año 1972 cuando el Club de Roma publicó Limits to Growth, y en aquel entonces las soluciones seguían evadiéndonos a medida que nos involucrábamos en debates emocionales sobre reproducción, eutanasia y calidad de vida. Este tema es tan penoso que algunos ambientalistas se rehusan a discutirlo.

Se estima (pdf, ing) que para el 2050, la población mundial sobrepasará los 9 billones, y el 95% de este crecimiento se presentará en los países en vías de desarrollo. Quienes están a favor de invertir en servicios de salud reproductiva y anticoncepción con la finalidad de combatir los cambios climáticos sostienen que tener menos hijos significa menos emisiones de carbono y menos esfuerzo en disminuir la utilización de recursos naturales.

La editorial (ing) del periódico médico Lancet del mes pasado, hizo notar los vínculos entre el crecimiento acelerado de la población y la vulnerabilidad a las consecuencias del cambio climático, tales como escasez de comida y agua, y degradación del medioambiente. Se sugiere que al reducir el número de embarazos no deseados, podríamos ralentizar las altas tasas de crecimientos demográfico y posiblemente facilitar la labor de los ambientalistas. El Lancet dice que más de 200 millones de mujeres quieren, pero no tienen, acceso a anticonceptivos modernos, lo cual se refleja en 76 millones de embarazos no deseados cada año.

Recientemente, la London School of Economics (LSE)  hizo un estudio sobre un caso económico para invertir en salud reproductiva, este estudio estuvo a cargo de Optimum Population Trust (con sede en el Reino Unido). El estudio mostró que la anticoncepción es cinco veces más barata que la implementación de tecnologías verdes, como energía eólica y solar, autos híbridos o eléctricos para combatir los cambios climáticos. Especificamente, el estudio encontró que cada $7 (4 euros) que se gasten en el planeamiento básico familiar en las próximos cuatro décadas reducirían las emisiones globales de dióxido de carbono en más de una tonelada, pero costaría un mínimo de $32 (19 euros) lograr el mismo resultado con tecnologías bajas en carbono.

Mattew Yglesias, quien blogea en Yglesias en los Estados Unidos, apoya los hallazgos del estudio:

La evidencia es bastante clara, en sociedades donde las mujeres manejan el poder y tienen acceso a métodos anticonceptivos éstas prefieren familias poco numerosas. Este estudio trata específicamente sobre lo que se puede lograr si se llena el vacío entre el nivel de anticoncepción que la gente prefiere y el nivel de anticoncepción que en realidad pueden solventar. Hay muchas buenas razones para considerar que llenar esos vacíos es beneficioso, el impacto ambiental es una de ellas.

Aún así, Ann del blog Feministing en los Estados Unidos, desconfía de las recomendaciones del estudio y alega:

El informe de LSE advierte prominentemente que estamos frente a una planificación familiar no-coactiva; sin embargo usar los problemas del cambio climático como una herramienta para expandir el uso de anticonceptivos hace mención a las políticas de crecimiento demográfico, algunas de ellas no-coactivas y todas con origen en la idea de que ciertas personas deben tener pocos hijos…

… Todos entendemos que el hecho que las mujeres tengan poder y puedan determinar su reproductividad trae consigo otros beneficios: económicos, sociales, y claro ambientales. A pesar de la historia de las políticas demográficas, para mí la única política de planificación familiar aceptable en todo el mundo es aquella que este motivada a mejorar el crecimiento y la independencia femenina. Amén

The New Security Beat dice que países como La India están objetando llevar el crecimiento demográfico al debate del cambio climático y no se enfocan en la reducción del consumo de los países desarrollados. Un reciente estudio sostiene esta afirmación. Éste fue publicado en el diario Environment and Urbanization, y demuestra que existe un débil vínculo entre el crecimiento demográfico y las cada vez más frecuentes emisiones de gases de efecto invernadero. Los investigadores del estudio dicen que el tema más importante no es el crecimiento demográfico sino el crecimiento del número de consumidores y los niveles de consumo.

Simeon, un lector del Malawi's Nyasa Times comenta sobre las investigaciones:

El occidente necesita aprender a vivir con simpleza si es que ya no quieren seguir emitiendo gases dañinos. Puede sonar moralista, después de todo los africanos envídian la vida occidental y la perciben como un modelo de prosperidad y felicidad. Perdemos el tiempo tratando de vincular el crecimiento demográfico con el cambio climático. Estoy feliz de que el estudio haya desmentido esta falacia. Hace poco, el presidente Yoweri Museveni formuló una díficil pregunta ante las Naciones Unidas: «¿El planeta podría soportar que todo el mundo viva al estilo occidental?» Me doy cuenta que en el futuro el concepto de desarrollo deberá revisarse y cambiarse. Talvez el término desarrollo implique vivir sanamente en vez de tener todas las comodidades.

Ruth Limkin, una pastora que blogea en Australia, dice que talvez deberíamos tener otra noción, en la que la gente sea la solución y no el problema:

¿Qué pasaría si invirtiéramos en innovación y respetáramos la reproducción?

El gran potencial humano es asombroso e imponente si se le aprecia a cabalidad. El génesis de una idea verdaderamente grandiosa y revolucionaria sobre la producción de energía en la tecnología agrícola, la reducción de basura y métodos de reciclaje podría estar en la persona que acabas de conocer ayer; o talvez en el cuarto hijo de una familia africana o de la India. ¿Qué pasaría si, en vez de controlar el número de la población, creáramos oportunidades educativas, estableciéramos culturas de creatividad, promoviéramos la responsabilidad, y el uso prudente de los recursos naturales que nos rodean?

Foto de Friendly Condoms de Alaskan Dude en Flickr, Creative Commons.

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