Brasil: Bloggers explican las razones por las que todavía hay racismo en el país

Hace algunos días, Global Voices Online informó sobre la historia de Januário Alves de Santana, un hombre negro que fue golpeado por guardias de seguridad de una de las mayores tiendas internacionales en Brasil. Estaba esperando a su familia en el estacionamiento de un supermercado cuando lo acusaron de robar su propio auto, bajo el argumento que, por ser negro, no era capaz de tener el dinero para un auto de lujo.

Esto avivó el siempre acalorado y controvertido debate sobre racismo en Brasil (seguir este enlace para ver un post anterior de Global Voices sobre el tema) e inspiró muchos posts de blogs, la mayoría de ellos de repudio hacia la idea de las clases superiores que sostiene que en Brasil no existe racismo y que los temas de clase social son las verdaderas razones para casos como el de Januário.

El 11 de setiembre, estudiantes y trabajadores de la Universidad de São Paulo, donde trabaja Januário Alves de Santana, se reunieron para discutir cómo el racismo sigue presente en la vida diaria. La mesa redonda “Racismo, violencia y globalización” declaró: “Carrefour ataca a hombre negro brasileño: ese es el año de Francia en Brasil”. El blog Pão e Rosas nos trae [pt] fotos del acto y comenta:

Todo los discursos enfatizaron que el caso [de Januario] no es el único, sino uno que expresa la forma en que el racismo sigue siendo una profundo marca en la sociedad en que vivimos. Nosotros en [el blog] Pão e Rosas estamos al lado de Januário y de todos los hombres y mujeres negros que sufren por el racismo y la violencia policial. De la misma manera, estamos al lado de los habitantes de las barriadas que se han estado manifestandose en contra de la represión policial, como la semana pasada en Heliópolis. ¡La realidad requiere que nos levantemos!

Discurso de Januário durante el debate en la USP

Discurso de Januário durante el debate en la USP

Alex Castro, del blog Liberal, Libertário e Libertino [pt], aborda muy meticulosamente el tema del racismo y señala un hecho alarmante de la historia racial de Brasil al decir que el problema es que, de hecho, la sociedad carece de conflicto racial:

En Brasil, nunca ha habido leyes racistas que prohíban a los negros entrar a restaurantes, hoteles, tribunales, etc. porque su propio perverso marco socio-económico de trabajo es una garantía más que suficiente de que los negros solamente entrarán en tales lugares si es para barrer el piso o para servir café. Brasil es de hecho tan racista que ni siquiera ha requerido nunca de leyes para mantener a sus negros en su posición totalmente inferior.

El post también fue presentado por Rachel Glickhouse en su blog Adventures of a Gringa, y unos cuantos lectores respondieron a sus opiniones. Por ejemplo, Roger Penguino comentó [pt]:

Para los que siempre han pensado que no hay temas raciales en Brasil, aquí hay un punto de partida desde el cual pueden volver a pensar en la realidad. Siempre he escuchado de amigos estadounidenses que en Brasil “todos simplemente se las arreglan” y siempre ha sido difícil explicar la compleja y sistemática aceptacion del racismo brasileño. Mientras que viendo a los brasileños, muchos dicen que ven una mayor mezcla de razas que en otros países, por supuesto no ven a los miles que se pelean contra si mismos porque en este crisol han aprendido a odiar su propia condición.

En junio de este año, Lucrécia Paco, una de las actrices mozambiqueñas más grandes que estaba actuando en una obra representada en São Paulo, sufrió por racismo cuando accidentalmente se chocó con una mujer blanca en la cola de una agencia de cambio de dinero en un centro comercial. Leonardo Sakamoto del Blog do Sakamoto [pt] y el blog Viomundo [pt] volvieron a publicar y comentar en el artículo que originalmente se publicó en la Revista Época [pt].

En esa ocasión, la mujer señaló a Lucrécia como una potencial asaltante y gritó llamando a la policía de migraciones. Lucrécia reaccionó gritándole a la mujer que había muchos brasileños que van a vivir a Mozambique, pero en vez de ser maltratados, se les recibe con los brazos abiertos. La periodista Eliane Brum, que entrevistó a Lucrécia Paco, informó:

Lucrécia simplemente no puede olvidarlo. “No pude dormir esa noche, de verdad estaba impactada” dice. “Empecé a volverme paranoica, a ver señales de prejuicio en los restaurantes, [y] a todos los lugares a los que iba. Y no quiero eso para mí”. En sus duros 39 años, en un país que fue colonia portuguesa hasta 1975 y, después de eso, devastado por una guerra civil que duró 20 años, Lucrécia nunca había pasado por nada como esto. “Nunca me habían discriminado así”, dice. “Duele mucho”.

Glória Cabo, lectora del Blog do Sakamoto comentó en la entrevista. Añadió su propio testimonio familiar de por qué los brasileños cultivan el racismo:

En Brasil no es difícil solamente ser negro, sino también ser del noreste, pobre, tener tatuajes, ser gay, punk, feo. Ni siquiera los rubios se libran de esta lista… pero, ¿de dónde viene este prejuicio? ¿Cómo le ponemos fin? A mi parecer, la raíz del problema está en nuestras propias raíces. Somos descendientes de europeos prejuiciosos, retrógrados y anticuados. Como hija de europeos, he vivido con el racismo explícito de mis padres, con absurdos comentarios de mi padre diciendo que no le gustaría que un “negrito” lo llame abuelo. Confieso que he tenido pensamientos racistas. Pero, con madurez, he reflexionado sobre mis prejuicios y he descubierto que no eran míos, sino un legado pobre y sin sentido de mis prejuiciosos padres. Buscar el origen del racismo, analizar que las diferencias son normales y necesarias; eso haría las cosas muy diferentes.

Pedro Turambar del blog O Crepúsculo [pt] cita otro caso que presenció mientras compraba en Carrefour y que él considera racismo. La asistenta de la tienda le pidió a una mujer negra que confirmara que ella era la titular de la tarjeta de crédito que estaba usando para pagar sus compras. Pedro sugería que la asistenta solamente pedía la confirmación debido al monto de la mercadería que la mujer estaba comprando. En realidad, la mujer negra era un ama de llaves y su empleadora, una anciana blanca que no estaba en la cola en ese momento, se acercó a la asistenta gritando “¡Esto es prejuicio! Esto es discriminación racial”. Dice:

Su trabajo es pedir la confirmación y la cédula de identidad. EN TANTO LO HAGA CON TODOS. Pero los dos sabemos que eso no pasa así y que esa no era la razón por la que la asistenta le pidió al ama de llaves que probara que ella era la titular de la tarjeta.

Y agregó:

Iba a pagar mi compra con la tarjeta de crédito de mi hermano y yo estaba seguro que la cajera no iba a preguntarme si yo era el titular de la tarjeta. Dicho y hecho. Pagué con una tarjeta de una cuenta bancaria que no es mía, pero como soy blanco, gordito, mullido y lindo, nunca pensarían que he robado una tarjeta de crédito para comprar una docena de productos de limpieza.

Lo mejor fue el miedo del cajero que registró mi compra. Estaba comentando la situación irónica y sarcásticamente, y cuando el tipo de la pareja que estaba detrás de mí en la cola bromeó “no estoy pagando con mi tarjeta de crédito, ¡ok! y si dice que no es mía me paro acá [módulo del que atiende] y me vuelvo loco!”, el que atendía se rió disimuladamente. Entonces dije que la tarjeta de crédito que acababa de usar no era mía. Me reí también, porque él pensó que era una broma, entonces me puse serio y repetí “La tarjeta no es mía. De verdad que no. Yo no soy ‘Daniel.”. Me miró y se dio cuenta de que hablaba en serio. Se tragó su sonrisa y le dio miedo. Solamente dije “La anciana tiene razón. Tiene razón cuando dice que era prejuicio, porque lo era.” Dije adiós a la pareja -que me miraba fijamente con regocijo- agarré mis bolsas y me fui.

Finalmente, vale la pena destacar un comentario en el post del blog de Alex Castro. El lector Te claramente dice:

Ciertamente, necesitamos alguien como Rosa Parks en Brasil. […]

La campaña en video ¿Dónde guardas tu racismo? presenta muchos testimonios verdaderos de racismo en Brasil. Fue producido para una campaña pública en contra del racismo por Diálogos contra o Racismo (pela igualdade racial), un grupo de más de 40 organizaciones de la sociedad civil dedicadas a erradicar la pobreza y la desigualdad y para estimular debates en colegios, barrios, lugares de trabajo, clubs y viviendas acerca de las relaciones raciales y cómo cambiarlas.

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