Dos mensajes similares han entrado en la blogósfera kazaja desde puntos opuestos del país. Ambos hablan del renacimiento de una era ya pasada: estatuas, bustos, de Lenin. ¿Qué motiva a la gente a dirigirse a la imagen del líder del proletariado internacional? ¿Nostalgia, tal vez? Tormozz presenció [ru] una escena asombrosa mientras viajaba por Kazajistán, donde visitó la ciudad de Aralsk, específicamente la estación de gas, y allí…

“Estaba Vladimir Ilyich, ¡colgado de una soga!

Resultó que los propietarios de la estación de gas vieron este busto por ahí, detrás del Edificio Cultural del lugar. Lo compraron por unos 1000 tenge y decidieron instarlo en la parte delantera de su negocio. Justo los encontré mientras estaban en el proceso de hacerlo.

Entonces, la dama delicadamente lavó el sagrado cuero cabelludo con agua caliente. Mientras nos íbamos, les recomendé que pusieran un cartel que dijera, “Estación de Gas Bandera Roja – Monumento a V.I. Lenin”.

Al día siguiente, en nuestro camino de vuelta, pasamos de nuevo. Un escultor que estaba trabajando en el busto, restaurando la forma original de la nariz.

Como en el título de su, pycm de Karaganda, usó la famosa frase soviética, que uno debía decir con particular orgullo y reverencia: “¡He visto a Lenin!” [ru]:

Antes, había una edificio administrativo detrás de la valla gris de estacas. En el futuro cercano, abrirá ahí un nuevo concesionario de autos. Los empresarios están atrayendo más negocios locales. Ahora el edificio tiene una cafetería y una tienda. Ilyich se para en un pedestal en medio de una pequeña fuente, rodeado de flores. Muy divertido. El dueño del edificio se llama Volodya (diminutivo de Vladimir).

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