El matrimonio del pasado domingo 8 de febrero entre dos descendientes de la dinastía Bagrationi que gobernó Georgia durante al menos diez siglos ha capturado la imaginación de los observadores reales en todo el mundo. Sin embargo, para los que reflexionan sobre el estado de la democracia en el país post soviético desde los disturbios de noviembre del 2007, el matrimonio también ha revigorizado las charlas sobre el reestablecimiento de la monarquía.

El pasado agosto, por ejemplo, Gerald Warner escribió en el blog del Daily Telegraph que una monarquía constitucional podría ser el mejor modelo para que Georgia lo siguiera.

Los demócratas han estado hablando acerca de la monarquía en el modelo británico y citando el ejemplo del Rey Juan Carlos en España para probar que la restauración es practicable. Sin embargo, lo que llevó las cosas al punto de ebullición fue un sermón dado por el jefe de la Iglesia Ortodoxa Georgiana, el Patriarca Illia II, el 7 de octubre del año pasado, cuando públicamente hizo un llamado a la restauración de la monarquía como el “sueño deseable del pueblo georgiano”. Eso llevó a que la cuestión fuera debatida en el parlamento.

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El reconocido jefe de la casa real, el rey «de jure» (por derecho) Jorge XIV, murió a comienzos de este año; pero su hijo de 32 años, el Príncipe Davit, podría ser convocado al trono de sus ancestros como David XIII. Esta podría ser la reinvención integral de sí misma que esta desafortunada nación necesita.

Royal World está de acuerdo.

[…] Mientras que el elemento de “cuento de hadas” de la monarquía es importante y no debería ser subestimado, eso no significa que una restauración no tendría nada que ofrecerle a los muy reales problemas de Georgia. Las monarquías que quedan en el mundo hacen una sustancial diferencia tangible en las vidas de su fundamento; ¿por qué no querría Georgia imitarlas?

Pero Sarah Marcus, que también escribe para el blog de Daily Telegraph, está menos convencida.

[…] Dudo que la restauración de la monarquía se vuelva algo más que una fantasía en un futuro inmediato. Mientras uno de los partidos de oposición, los demócratas cristianos, ha dejado escuchar su apoyo a que Georgia se convierta en una monarquía constitucional, en realidad nadie parece estar tomando el tema suficientemente en serio para hacer algo al respecto.

Aunque el matrimonio ha recibido una considerable cantidad de atención acá y el 40% de las llamadas a un programa de televisión que discutían el matrimonio dijeron que apoyaban la idea de una monarquía constitucional para el país, mucha gente con la que he hablado parece considerar la idea como una diversión que entretiene de los temas reales presentes en este país.

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El algunas formas, el sueño de la restauración de los Bagrationis es un sueño de escape instantáneo de los complejos problemas hacia una era en que los días de gloria de Georgia pueden volver a vivir.