Angola, Brasil: Un choque cultural

Talla en madera policromática de un esclavo negro por Luiz Paulino da Cunha. Foto de Children At Risk Foundation

Angola y Brasil tienen una relación especial entre sí, parcialmente debido a su lenguaje común y su pasado colonial compartido – ambas fueron parte del Imperio Portugues – y los lazos culturales que provienen de esta historia compartida. Desde el 2000, el comercio entre ambos países ha comenzado a crecer y ahora está explotando. Según la Asociación de Compañías Brasileras en Angola (AEBRAN), el comercio entre estos dos países se ha multiplicado por seis desde el 2002.

Con el incremento en el comercio, la presencia de compañías Brasileras en Angola también ha crecido. Consecuentemente, la inmigración de Brasil a Angola se ha incrementado también, en un 70 porciento en los últimos cinco años. Hay un estimado de 5,000 Brasileros registrados en Angola, principalmente trabajando para compañías de la construcción, minas y agronegocios. Este nuevo desarrollo en la historia angolana, un país mas acostumbrado a la inmigración del otro lado del Atlántico, lleva a un inevitable choque de culturas entre Brasileros y Angoleses por igual.

A continuación hay dos post de blogs mostrando diferentes perspectivas de unos frente a otros, planteos de temas como inmigración, racismo, etnicidad y respeto mutuo. Por encima de todo, ilustran la compleja y diversa relación – con todas las invevitables similitudes y diferencias –  de hermanos que crecen separados por un oceano.

Talla en madera policromática de un esclavo negro por Luiz Paulino da Cunha. Foto de Children At Risk Foundation

Migas [pt], un brasilero que vive en Luanda, dice lo siguiente:

 Sempre vi as eleições em Setembro de forma positiva. Optimista de que os episódios de violência do passado não voltarão a acontecer. Qualquer um é unânime em concordar que o país precisa de paz para prosseguir com o crescimento económico, desenvolvimento, qualidade de vida dos cidadãos. Talvez este último seja o objectivo mais “esquecido”. Contudo, o acontecimento aproxima-se. 5 de Setembro foi a data escolhida e qualquer um está com muita expectativa. Angolano ou estrangeiro.

Siempre vi las elecciones en Septiembre de forma positiva. Optimista de que los episodios de violencia del pasado no volverían a suceder. Todos coinciden en que el país precisa de paz para continuar con el crecimiento económico, desarrollo y calidad de vida de los ciudadanos. Tal vez estos últimos sean el objetivo mas «olvidado». Asi y todo, el acontecimiento se aproxima. El 5 de septiembre fue la fecha elegida y todos están con mucha espectativa. Angolanos o extranjeros. 

Vivo num condomínio em que sou a única estrangeira. Todos os outros vizinhos são negros, pertencentes a uma classe que eu não consigo identificar. Não são ricos nem pobres. Mas também não são classe média. Eu diria que são mais pobres do que ricos, segundo os meus padrões. Mas, são ricos o suficiente para terem água nos reservatórios, gerador, carros e comida na mesa. Num dos últimos fins-de-semana, houve festa numa das casas do condomínio. Ao que parece, um aniversário. Arrependi-me da minha opção em ficar em casa, nessa noite de Sábado.

Vivo en un condominio donde soy la única extranjera. Todos los demas vecinos son negros y pertenecientes a una clase que no consigo definir. No son ni ricos ni pobres. Pero tampoco son de clase media. Yo diría que son mas pobres que ricos, según mis parámetros. Pero, son lo suficientemente ricos como para tener agua en sus depósitos, generadores de energía, autos y comida en la mesa. Uno de los fines de semana pasados, hubo una fiesta en una de las casas del condominio. Parece ser que era una fiesta de cumpleaños. Me arrepentí de haber optado por quedarme en casa esta noche de sábado.

A festa prolongou-se até de madrugada com o DJ a esmerar-se na escolha das músicas. Para meu desespero já que tinha decidido ficar em casa para dormir cedo. Depois de chegar das compras, por volta das 10h da noite, vi que no meu lugar de estacionamento tinha outro carro. Não pedi para tirarem mas antes, para darem um “jeitinho” (à boa maneira do Norte) para que pudessem ficar os dois. O meu e o do convidado. O convidado, nitidamente bêbado, mandou-me esperar e voltou à festa, supostamente em busca da chave. Minutos depois, tinha-se esquecido do meu pedido e já dançava junto com os outros.

La fiesta se prolongó hasta la madrugada con el DJ esmerado en la elección de la música. Para mi desesperación ya que tenía decidido quedarme en casa para dormir temprano. Después de llegar de hacer las compras, alrededor de las 10 de la noche, vi que en mi lugar de estacionamiento había otro auto. No les pedí que lo retiraran, para darles una «manito» (en las buenas maneras del Norte) para que pudiesen estar los dos (autos). El mío y el del invitado. El invitado, claramente borracho, me hizo esperar y volviò a la fiesta, supuestamente en busca de la llave. Minutos despues, se habia olvidado de mi pedido y ya bailaba junto a los otros.

Consegui resolver a questão de outra forma mas, confesso que não gostei da atitude. Esta história ilustra a minha verdadeira preocupação. Não tenho dúvidas que as eleições vão dar lugar a muita bebedeira, festa, comportamentos exagerados. E isso preocupa-me. Se até agora nunca tinha sentido desconforto por morar num local onde a minha casa é a única de “brancos”, nessa noite percebi que as “biricocas” podem desencadear episódios desconfortáveis mesmo em locais onde nos sentimos bem.

Conseguí resolver la cuestión de otra forma, pero confieso que no me gustó la actitud. Esta historia ilustra mi verdadera preocupación. No tengo dudas que las elecciones van a dar lugar a mucha bebida, fiesta, y comportamientos exagerados. Y eso me preocupa. Si hasta ahora nunca me había sentido incómoda en vivir en un lugar donde mi casa es la única de «blancos», esa noche percibí que las «fiestas muy regadas de bebida» pueden desencadenar episódios desagradables aún en sitios donde nos sentimos bien.


Naomi Leonardo de Queiros de 12 años
, foto de Fundación Niños en Riesgo

Abajo hay una perspectiva diferente, sobre otra fiesta y el nuevo escenario migratorio, por Gil Gonçalves [pt], un ciudadano de Angola:

Em Luanda, as empresas brasileiras praticam o subimperialismo americano. O Brasil é uma colónia dos EUA. Muitos… mas mesmo muitos brasileiros chegaram, chegam a Luanda, como sardinhas enlatadas.

En Luanda, las empresas brasileras practican el imperialismo americano. Brasil es una colonia de USA. Muchos… pero muchos brasileros han llegado y llegarán a Luanda, como sardinas enlatadas.

Na Movicel, empresa de telecomunicações onde detêm as garras no marketing, mandam vir os seus irmãos e irmãs, como técnicos altamente especializados. Os luandenses ensinam-nos a trabalhar, pois os pobres chegam aqui analfabetos. No Brasil parece não existirem universidades, ou então as existentes não funcionam. Ganham milhares de dólares, com direito a milhares de mordomias. E os luandenses míseros dólares. Há que manter o legado colonial.

En Movicel, una compañía de telecomunicaciones aferrada al marketing, traen a sus hermanos y hermanas como técnicos altamente calificados. Los de Luanda les enseñan a trabajar, porque esta gente pobre llega aquí analfabeta. En el Brasil parece que no existieran universidades, o que las existentes no funcionan. Ganan miles de dólares, y tienen derecho a miles de lujos. Y los de Luanda ganan míseros dolares. Hay que mantener el legado colonial.

Brasileiros e brasileiras infestaram um hotel, é só deles e delas. Elas fumam bwe, parecem vulcões em permanente actividade. De vez em quando dão festa no terraço. Como bons analfabetos sociais imprimem desalmado som musical que permite aos colonizados luandenses não dormirem. Eles e elas não sabem, fingem não saberem, que em Luanda poluição sonora é crime. Estrangeiros que não respeitam as leis do país de acolhimento tem direito à expulsão. Mas como isto é deles e de alguns amigos luandenses…

Los brasileros y brasileras infestaron un hotel, y solo les pertenece a ellos. Ellas fuman mucho, parecen volcanes en constante actividad. De vez en cuando dan fiestas en la terraza. Como buenos analfabetos sociales imprimen un desalmado sonido musical que no permite dormir a los colonizados luandenses. Ellos y ellas no saben, fingen no saber, que en Luanda la polución sonora es un crimen. Extranjeros que no respetan la ley del país que los acoge tienen derecho a la expulsión. Pero como esto es de ellos y de algunos amigos luandenses…

O espanto nisto tudo é que eles e elas “brasileirada” são todos… brancos e brancas. Cadê os negros? As negras? Fugiram para o quilombo do Zumbi dos Palmares? Foram deportados para um campo de concentração nazi? Esconderam-nos na floresta do Amazonas? Exterminaram-nos? Estão proscritos? Enfeitam algum jardim zoológico? Deitaram-nos ao mar?

Lo espantoso de todo esto es que ellos y ellas, la «brasilerada», son todos… blancos y blancas. Donde están los negros? y las negras? Huyeron al Zumbi quilombo? Fueron deportados a un campo de concentración Nazi? Están escondidos en la selva del Amazonas? Fueron exterminados? Están proscriptos? Adornando algún jardín zológico? Los tiraron al mar?

Porque não tem a coragem de afirmar publicamente que negro brasileiro não existe no Brasil!

Por que no tienen el coraje de afirmar públicamente que el negro brasilero no existe en Brasil!

Las fotos que ilustran este artículo son del set de fotos de Flickr Symbols and Symbolism de la  Fundación Niños en Riesgo y fueron utilizadas bajo una licencia  Creative Commons. Retratan la historia de 300 años de esclavitud en Brasil y su impacto en ese país, como el legado del Candomblé. A continuación el subtitulado:

El Negro fue desarraigado de su tierra y vendido como mercadería, esclavizado. Arribó a Brasil como esclavo, objeto; habiendo partido desde su tierra como hombre libre.  Durante el viaje, el tráfico de esclavos, el perdió su personalidad, pero su cultura, su historia, su paisaje, sus experiencias; vienieron con él.

Los 300 años de historia de la esclavitud negra en Brasil han hecho impacto en este país. Candomblé es uno de tales impactos, una religión llena de secretos, símbolos y rituales conocidos solo por los iniciados pero es también parte de las expresiones culturales en Brasil. No hay números definitivos de cuantas personas siguen el Candomblé en Brasil. El gobierno estima, conservadoramente, que hay mas de 300,000 centros de adoración de religiones Afro-Brasileras para Brasileros, los que incluyen el Candomblé. Aquellos que practican estas religiones se piensa son por lo menos un tercio de los 170 millones de habitantes del Brasil. Muchos practican tanto el Catolicismo como el Candomblé.

Bahia, el estado con el más grande porcentaje de población negra, es la capital de esta religión, que sigue de cerca sus raíces y tradiciones africanas del pueblo Yoruba de Nigeria y el pueblo Bantu de Angola y el Congo. Las tradiciones Yoruba, incluyendo el uso común de los nombres de  los Orixás (dioses del panteón africano), predominan.
Actualmente el Candomblé está oficialmente reconocido y protegido por el gobierno de Brasil. Sin embargo, durante el periodo de esclavitud y por muchas décadas luego de su abolición en Brazil en 1888, las prácticas del Candomblé estuvieron prohibidas por el  gobierno y la iglesia Católica, y sus practicantes eran severamente castigados.

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