Madagascar: ¿Expulsan a embajador francés porque era de mala suerte?

Gildas Le Lidec, el embajador francés en Madagascar, dejó estupefacta a su audiencia en las celebraciones del 14 de julio la semana pasada cuando anunció que dejaba su puesto después de solamente seis meses:

Lamento profundamente que el presidente de la Republica de Madagascar no me haya concedido la más mínima oportunidad para cumplir con mi apasionante misión con la que estuve soñando mucho tiempo.

Las razones para la partida del embajador no están claras. Algunos han especulado que el presidente malgache Marc Ravalomanana puede no haber apreciado el hábito de Le Lidec de haber estado en países durante épocas de crisis. Le Lidec estuvo en Kinshasa, capital de la República Democrática del Congo, en octubre del 2000, cuando asesinaron a Laurent-Désiré Kabila, y en Costa de Marfil del 2002 al 2005, durante la rebelión armada contra Laurent Gbagbo.

Tal vez pensando que la presencia de Le Lidec durante esos tiempos turbulentos fue más que una coincidencia, algunos periodistas cercanos al gobierno malgache se han preguntado acerca de las intenciones francesas en la Gran Isla Roja:

Está acá para matar al presidente.

La prensa francesa ha sido rápida en burlarse de la aversión de Marc Ravalomanana hacia Gildas Le Lidec, informando sobre las supuestas supersticiones del presidente malgache:

La razón de la desconfianza de la cual es víctima el diplomático consiste, según los líderes franceses, en la personalidad del presidente Ravalomana, “un hombre joven, a veces moderno y supersticioso, incluso retrógrado.

Sylvain Ranjalahy, un periodista malgache, ve en la naturaleza pública de este incidente una señal de ruptura en las relaciones franco-malgaches. A pesar que este tipo de informaciones no suelen revelarse al público en general, el embajador francés acusó públicamente al presidente malgache de ser el responsable de su condición de persona non grata.

Algunos en las blogósferas africanas, incluyendo el blogger marfileño Théophile Kouamouo, parecen estar de acuerdo con la desconfianza de Ravalomanana hacia el embajador francés:

Le Lidec parece estar asombrosamente presente cuando han matado presidentes, o pasan por intentos de asesinato, sobre todo en los países donde Francia está potencial y fuertemente involucrada.

Otros ven la “expulsión” del diplomático francés como una señal de que los presidentes africanos han perdido su mansedumbre y timidez respecto de sus antiguos colonizadores. El siguiente comentario de Rakoto, lector de Madagascar, en respuesta al post de Kouamouo es particularmente revelador:

… esto ha desacreditado a un presidente que no es muy apreciado en ciertos medios.
Incluso, un periódico francés lo llamó “retrógrado”. ¿Qué dirían esos “vazaha” (nota del traductor: vazaha significa extranjero blanco, pero se usa mayormente para designar a los franceses) si nuestra prensa utilizara calificativos equivalentes con respecto de sus hombres de estado? Una mentalidad racista y despectiva no ha sido erradicada en los antiguos colonizadores ni en algunos compatriotas psicológicamente “alienados” que siguen triunfalmente sus pasos. Se ha puesto en las espaldas del presidente Ravalomanana, a quien ya no se le perdona el uso de la lengua materna en la enseñanza primaria (nota del traductor: el gobierno malgache ha decidido usar el malgache en lugar del francés), lo que es una querella franco-francesa; haciendo esto, se desvían las infamias sobre alguien que, por el momento, no se ha unido al clan “Francia-África”. Lo que está claro es que en la partida del embajador, ni la superstición ni el lado retrógrado de nuestro presidente han sido la causa.

Este escepticismo de la responsabilidad en el asunto del presidente malgache se repite en este comentario malgache en el Foro Serasera:

«Si de verdad el presidente era el que tenía las cartas, ¿por qué fue el embajador el primero en anunciar esto a la prensa, y en el Día Nacional francés? ¡¡¡Increíble!!!
Si realmente era el presidente a quien se debía culpar, ¿por qué el Ministro de Asuntos Exteriores se quedó tan desconcertado? Esto me dice que el Ministro de Asuntos Exteriores no se esperaba este anuncio de este embajador.

Un cibernauta francés, al responder al artículo de Le Monde “Embajador francés expulsado de Madagascar por tener el mal de ojo”, se pregunta si todo esto pudo haberse evitado:

“Sin embargo, si la razón es realmente un problema de superstición, es un error de nuestra diplomacia no haberlo tenido en cuenta al momento de la nominación de nuestro representante. Todo esto no resta para nada su talento, por supuesto. Simplemente un error de “casting”.

Mientras otro lector de Le Monde se pregunta si esto fue una repercusión de las supuestas malas experiencias personales de Ravalomanana con la administración francesa:

Tal vez hay que recordar el sentimiento anti francés del presidente malgache. Poca gente sabe que este sentimiento surgió cuando el actual presidente no era más que un pequeño industrial y se vio maltratado por el consulado al momento de un pedido de visa. También hay que recordar los sarcasmos escuchados de boca de nuestros diplomáticos siempre tan arrogantes cuando este pequeño industrial, ya más grande, accedió a la alcaldía de Antananarivo. Y nuestros diplomáticos siguieron burlándose…

Y otro comenta sarcásticamente sobre lo “retrógrado” de las sociedades africanas:

¿El horóscopo del embajador estaba en contradicción con el del presidente malgache? ¡Dios mío! ¡Dios mío! ¡África está de verdad en la vía del modernismo! Sin duda…

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