Jordania: ¿Qué leen nuestros hijos?

¿Que leen nuestros hijos? es la pregunta propuesta por el jordano Batir Wardam (Ar), el cual se ve suplicando en una librería a nombre de una niña que quería comprar una revista infantil en contra de los deseos de su inmutable madre.

En  una librería, Wardam presta atención a la conversación que la pequeña tenía con su madre:

Mientras estaba en una librería comprando unas revistas (reconozco que esto es un poco extraño, pero todavía hay personas que cometen el error de leer en Jordania), escuché por casualidad a una niña rogándole a su madre, la cual estaba ocupada ojeando unas revistas de moda, y que le preguntaba si le podía comprar una revista infantil. En realidad, lo que la niña estaba pidiendo era una revista con adivinanzas y acertijos, para la que no se necesitaba tener un alto nivel de lectura, y que la niña, que parecía que estaba en el grado uno o dos, podría haber leido con facilidad.

El periodista que hay en Wardam no tardó en entrar en acción y en breve también estaba suplicandole a la madre de la niña.

Decidí intervenir en nombre de la niña y me invité a mi mismo a tomar parte en la conversación. Le dije a la madre que era una revista facil de leer que yo mismo compraría para mi hija, y que su hija también podría leerla. Me dí cuenta que la madre parecía molesta, mientras que la niña estaba contenta por está intervención de un extraño, que además apoyaba su opinión. Entonces la madre puso la revista en la cesta que contenía las otras revistas tan útiles que pensaba comprar. Me podría haber insultado, ya que mi intervención no era bienvenida, pero yo me sentí contento de poder haber ayudado a la pequeña a ejercitar su legítimo derecho.

Esta madre no parece darse cuenta de los atributos que tiene en su mano: a su hija le encanta la lectura y necesita un poco de motivación. No hay muchos niños con este tipo de interés y prefieren la televisión, los videos y el ordenador para entretenerse y buscar cosas que en la mayoría de los casos no son muy beneficiosas.

Wardam lamenta la situación de los niños árabes que odian la lectura y nos cuenta como intentó enseñar a su hija a amar los libros desde temprana edad.

Muchos de los niños que conozco entre 5 y 10 años no están interesados en leer para nada. Estos son los años de formación en los que se perfila su personalidad, y la falta de lectura puede crearles problemas en el colegio. Al tener fama de ratón de bilbioteca, intenté transferir a mi hija esta pasión por leer y aprender. Leo con ella media hora todos los dias, le compro revistas y libros infantiles. Poco a poco tendrá su propia biblioteca en su cuarto y aprenderá a respetar y apreciar los libros.

Wardam opina que los niños son listos por naturaleza y se les debería de dar la atención debida para que utilizen sus cerebros en actividades beneficiosas y creativas.

Los niños son especialmenet inteligentes y mi hija utiliza esto en su favor, lo cual manifiesta con un repentino interés en la lectura justo a la hora en la que tiene que irse a dormir. Sin embargo, no me importa que se quede levantada media hora más, siempre que esto la inspire a acostumbrarse a leer. En realidad, también hay un gran avance en el tipo de publicaciones disponibles para los niños y que facilitan unos conocimientos mucho mejores que los que hay en los programas comerciales televisivos, que cuentan a las niñas historias sobre tristeza y perdida de miembros familiares, y a los niños como pegarse y pelearse entre ellos. También recuerdo como pasaba más tiempo en la sección infantil en la Feria del Libro de Amman que en ninguna otra sección, y como me impresionaban las publicaciones sirias y libanesas, en particular la calidad de impresión y la información tan importante que contenian.

Wardam concluye diciendo que la pasión por la lectura y la educación son los únicos medios para salvaguardar la educación de nuestros hijos. Añade:

La cuestión está en acostumbrar al niño a leer en casa en unas condiciones que impliquen la pasión por la lectura y el respeto a los libros. No hay escasez de libros buenos y si las familias necesitadas no pueden comprar libros caros, entonces es necesario que los pueblos y áreas menos agraciadas de las ciudades tengan bibliotecas y centros educativos para los niños. Esto facilitaría que los jovenes tuvieran facil acceso a los libros y aprendieran a leer, especialmente cuando la educación sigue siendo la única arma de la clase media y pobre en su continua lucha por ejercer sus derechos en la sociedad. Un niño que desde temprana edad le encanta leer, continuará con esta tendencia y dejará tiempo en su vida para los libros y revistas, a pesar de la invasión de internet, la televisión y los teléfonos móviles.

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