Rusia: El mayor secreto de Moscú y otras exageraciones

Este post se publicó originalmente en junio del 2007

Moscú puede golpearlo a uno como una ciudad bastante cara: según la Encuesta del Costo de Vida, llevada a cabo en el 2007 por la Consultora de Recursos Humanos Mercer, es “la ciudad más cara del mundo para los emigrantes por segundo año consecutivo.”

Sin embargo, para los moscovitas, los hallazgos de Mercer pueden sonar un poquito a exageración. El usuario de LiveJournal try_baby_try explica:

Oigan ustedes, incrédulos y dudosos,

Viven dentro de esta ciudad, saben dónde comprar comida más barata y cómo ahorrar dinero en vivienda.

Pobres extranjeros a los que les cobran el triple – los hoteles son caros, el alojamiento les cuesta a ellos diariamente lo que a ustedes les cuesta un mes. Esto, sobre todo, es lo que eleva tanto los costos.

Sí, incluso los taxistas, cuando ven un extranjero, exigen $100 en lugar de 100 rublos.

Hablando de la tendencia a exagerar, aproximadamente 9,000 policías antimotines fueron desplegados en el centro de Moscú desde toda Rusia el 14 de abril del 2007 – para un acontecimiento comparativamente de menor escala: la marcha de los disidentes de la oposición. Después. incluso el presidente Vladimir Putin admitió, por medio de un portavoz, que había habido casos de “exageración” por parte de la policía.

Y cuando el usuario de LiveJournal g60, originario de Moscú que ahora vive en Estados Unidos, estuvo de visita en su tierra natal, por casualidad cruzó dos veces su camino con la caravana de autos de Putin, y logró echar un vistazo (y unas cuantas fotos furtivas) de las exageradas medidas de seguridad adoptadas para asegurar el paso del presidente por la ciudad.

Acá  la historia de g60, publicada el 12 de junio:

Máximo secreto

En los primeros tres días, me encontré dos veces con el presidente de Rusia. “Encontrarme” no es un término exacto – fue más como quedar atorado en el tráfico debido a las calles acordonadas.

La primera vez, en el segundo día, mi compañero de clases y yo manejábamos hacia [Kutuzovsky Prospekt], cuando un policía con un vientre tan grande como el de Papá Noel empezó a armar alboroto, bloqueó la salida, comenzó a hace señas con la mano a los autos que todavía estaban en el camino como si fueran zancudos.

“Acá tenemos la creencia ,” me dijo mi compañero tristemente, “de que si te encuentras con el presidente llegarás tarde.”

Finalmente, tres unos 15 minutos de espera, el presidente pasó zumbando y el tráfico se restableció. 

Al día siguente, caminaba por el centro de Moscú, y cuando estaba en [Nikitskiy Boulevard] en camino hacia [Arbat], vi algo que solamente había visto en Israel el [Día del Recuerdo], cuando se detiene todo el tráfico al sonido de una sirena, y la gente sale de sus autos y se paran cerca. Acá no había sirena, pero los autos se quedaron quietos y la gente estaba parada también, porque no todos tenían aire acondicionado y el calor estaba bastante por encima de 30 [grados Celsius].

Cuando me di cuenta de lo que estaba pasando, me moví más rápido y llegué a [Arbatskiye Vorota] – lo que me pareció raro. Había visto el sitio antes así, hace mucho tiempo, en 1982-84, durante los  funerales de [Brezhnev] & Co. – todo estaba acordonado entonces.

Saqué mi cámara y tomé unas cuantas fotos: el vacío Kalininskiy [el antiguo nombre soviético de Novyi Arbat's] de un lado y una muralla hecha de autos en [Vozdvizhenka] en el otro lado – esperando que el Jefe pase. En su momento, apareció una caravana de autos, una limosina Mercedes rodeada por tres Gelaendewagens, o como se llamen, una visión muy impresionante. Pensé que era mejor no poner nerviosos a los policías, la cámara colgaba de mi correa, el lente tiene un anchura de ángulo hasta donde llega – y acababa de presionar el botón un par de veces, sabiendo que definitivamente la caravana estaría en la foto.

[…] No me dejaron dar más que un paso. Tan rápido como se alejaron, escuché esto de atrás de mi espalda: «Joven, sus documentos y su cámara, por favor.” Me voltée y vi a un guardaespaldas sudando en su oscuro terno de lana. «Departamento Especial para Asuntos del Presidente, Oficial Kh**yev,” se presentó el [chekista]. Por supuesto, no conseguí recordar el nombre del departamento ni el del agente especial. Incluso me mostró a medias su identificación, mientras que a la vez la ocultaba cuidadosamente de mí con la mano. […]

“¿Qué pasa, puedo preguntar?” – “Usted ha tomado fotos a una Escolta Privada (¡sic! – g60).” – “¿Cuál era el secreto? Mire cuánta gente hay alrededor. ¿No se puede tomar fotos o qué?” – “Si, claro. Muéstreme sus documentos.” – “No hay problema, tenga.” Decir que estuvo decepcionado con vio mis documentos es no decir nada. “¿Dónde está su inscripción?” – “Llegué el sábado, hoy es el primer día útil, y se requiere que me inscriba en el término de tres días.”

“Entonces muéstreme las fotos que ha tomado, por favor.” – “Claro, con gusto.” Novyi Arbat estab en dos de ellas de horizonte a horizonte y en algún lugar del centro había un pequeño punto- la caravana presidencial. […] “Y esto tendrá que borrarlo.” Bueno, pensé, gracias a Dios por un idiota. Decidí jugar un rato más: “Puedo conservarlo, son un recuerdo, no he estado acá en mucho tiempo…” – “No, no está permitido. No lo sancionamos, pero borre la foto.” “Okay,” dije y apreté el botón de borrar con un suspiro. “Adiós y todo lo mejor.” […] Caminé hacia otro lado, saqué la tarjeta de flash e inserté otra. Verá sargento, o el rango que sea, usted nunca será general, ni lo será su jefe – o sabría cuántos segundos toma devolver la foto borrada.

Acá está, esta foto, el mayor secreto de Rusia. […]

[pueden ver la foto original acá]

No voy a escribir cosas trilladas del tipo “los manuscritos no se queman”, porque tengo algo que decir en el tema principal. A saber, que la foto borrada fue precedida por otra, sin la caravana, y ni el vigilante chekista ni sus jefes encontraron nada criminal en esto:

[la foto original acá]

El actual presidente debe temerle más a esta foto, creo – porque la gente sensata probablemente lo verá como una acusación. Un cargo de dictadura. Revelación de la [mentalidad de sirvientes] de sus propios subordinados, que no ha desaparecido desde lo tiempos soviéticos. Y no se trata solamente del presidente – se trata de todos los ciudadanos que están preparados para tolerar esto.

En Estados Unidos, vivo [en medio de la nada, un lugar que raramente es visitado por oficiales del gobierno federal]. La administración republicana no realiza sus campañas electorales acá – es inútil, teniendo en cuenta las [creencias políticas ultra liberales] de California. Sin embargo, resultó que una vez me encontré con el vice presidente Cheney, en una intersección: yo estaba acercándome a su caravana, y estaba ocupado haciendo lo que todos los demás hacían en ese momento – esperar la luz verde. Llegó y todos siguieron su camino. Y si hubiera sido de otra manera, si algún funcionario hubiera creído seriamente que el pueblo está para el gobierno y no al revés, entonces rápidamente se hubiera enfrentado a la manera en que los [anti republicanos] californianos se enfrentaron con su gobernador demócrata – lo hicieron renunciar, y lo reemplazaron con [Arnold Schwarzenegger].

[…]

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